Mi Fiera De Ojos Azules

Ashley al ver un ramo de flores encima de la mesa dice “Esas flores, son del fastidioso de Sam.”

Emma torciendo el gesto al oír aquel nombre. “Eso dijo el abuelo.”

Ashley responde. “Qué pesado es, ¿cuándo se dará cuenta de que no quieres nada con él?".

Evander después de llenar las jarras y alarmado por lo que escucho, salió de la cabaña, pero se quedó anclado en la puerta cuando escuchó de pronto a Ashley dejar de hablar el idioma Norteño para hacerlo en otro idioma que solo utilizan los Sureño, un idioma que casi nadie utilizaba en sus tierras.

Ashley se acerca a su hermana. “¿Qué haces?”.

Emma sonriendo y enseñándole hojas de vinagrera entre otras responde. “Estoy cociendo hierbas.”

Ashley río al saber para qué solían utilizar esas hierbas. “En vez de loba no serás bruja, ¿a quién se las piensas dar?”

Emma responde con cara de malicia. “A la fortachona de Delia, estoy harta de sus insultos, esta noche me acercaré a su carruaje y echaré un poquito de esto en su agua, mañana y pasado mañana tendrá unos días muy depurativos,” ambas rieron a carcajadas.

Ashley dice. “Eres tremenda hermanita, ¿me dejarás acompañarte?”

Emma: sonriendo al imaginar a Delia con el culo ardido de tanto evacuar dice. “¡No!, te quedarás con Nick, el abuelo tiene que descansar, además será algo rápido, iré acompañada por lord Draco.”

Evander después de escuchar aquella conversación se dirigió hacia los hombres, y mientras los oía reír, ajeno a su conversación, pensó, ¿por qué las muchachas hablaban aquel idioma?, y en especial, ¿quién es ese tal lord Draco?

Un rato después, los ancianos Arthur y Luan, encantados por la conversación de aquellos jóvenes guerreros, los invitaron a cenar, pero éstos declinaron la oferta, sabían que en el castillo los esperaban, por ello, con más pereza que otra cosa, montaron sus caballos y cabalgaron de regreso al castillo.

 Evander mira la cara de embelesada de su amigo.  “Leno, percibo que tu corazón de guerrero se ablanda cuando ve una mujer bonita”.

Leno al escucharlo, lo miró con el ceño fruncido, sabe que esa pequeña mujer tiene algo que lo aturde.

Bruno con su cara jovial dice. “¡por la diosa luna, Leno!, ha sido vergonzoso, ¡qué manera de babear!”

Leno recordó a la dulce Ashley, mientras entraban por las puertas del castillo, - “por la diosa luna, ¿quién puede resistirse a esa dulce sonrisa?”

Evander con una sonrisa burlona. “Tienes razón amigo, tiene una bonita sonrisa.”

Al entrar en el salón principal, Evander, Leno y Bruno se dirigieron hacia sus hombres, que bebían cerveza y bromeaban con unas mujeres, después de darles instrucciones, se marcharon para donde se encontraba Alan quienes estaban enfrascados en una conversación con Sara y Marie.

Leno dice. “Buenas noches, permítame decirles que tienen una belleza natural.”

Evander con su mirada neutral dice: “Me has quitado el halago de la boca.”

Marie: con timidez responde. “Gracias.”

Bruno estuvo a punto de atragantarse al mirar a Marie que estaba preciosa con aquel vestido celeste.

Sara es muy atentos. “¿Qué tal llegaron Emma y Ashley?”.

Bruno responde. “Bien, bien,” al ver que su hermano y Leno callaron como muertos, y mirando a Alan preguntó. “¿Todas las mujeres de estas tierras tienen el mismo carácter?”.

Evander lo regaño al ver la mirada de Marie. “Bruno”.

Marie con los ojos entrecerrados dice. “¿Ocurre algo con las mujeres de estas tierras?”

Bruno al ver su cara de pocos amigos responde. “Tú tranquila, aún eres una niña, ”Sonriendo a Sara dice. “Preguntaba por las mujeres”.

Marie está furiosa porque la ignoro.  “¿Alguien te ha dicho alguna vez que tienes menos delicadeza que un mono?”.

Sara al escucharla, se llevó la mano a la boca.

Alan al escucharle grita. “Marie, son nuestros invitados, compórtate.”

 “Tranquilo, hermano, educación no me falta, pero ciertos animales y sus modales me sacan de quicio,” Marie recalcó alejándose al ver entrar en el salón a sus primas Gerta y Landra junto a su abuelo Magnus.

“Te acompaño,” indicó Sara mientras la tomaba de la mano y tiraba de ella para tranquilizarla.

“¿A qué animal se refiere?” Bruno preguntó mientras sonreía.

“Así no llegarás a ninguna parte muchacho,” le susurró Leno divertido, mientras Magnus caminaba hacia ellos.

“Eso pretendo,” declaró Bruno bajito, pero no lo suficiente para no ser oído.

Magnus se acerca al presente. “¡Muchachos!, me dijeron que habían llegado, ¡qué alegría veros! ¿Cómo está mi buen amigo Marlob?”

Evander mientras le daba un cordial saludo. “Quedó algo triste por no poder venir, su estado es delicado y no puede hacer un viaje tan largo.”

Marcus dice. “Salúdalo de mi parte y dile que vaya preparando esa agua de vida tan estupenda que prepara, que cualquier día me presento por allí”.

Las dos mujeres soltaron una risotada que los hombres las miraron.

Leno sonriendo con encanto dice. “¿Quiénes son?”

Magnus mira a las muchachas. “Las nietas de mi hermana Dayana.”

Alan dice. “Las sangronas de mis primas,” luego mirando a Bruno preguntó. “Se puede saber qué te pasa con mi hermana?”

Bruno: rascándose la cabeza dice. “No me pasa nada, aunque me hacen gracia sus reacciones”.

Alan molesto por la actitud del muchacho dice. “Aléjate de mi hermana.”

Bruno responde. “Eso hago, ¿No lo ves, Alan?”

Magnus los regañó. “¡Muchachos!, háganme el favor de comportarse.”

Alan y Bruno se enfrentaron con la mirada hasta que Leno se interpuso entre ellos para acabar con aquella tontería, se conocían de siempre, sus padres habían sido buenos aliados y amigos en vida.

Alan conocía a su hermana y sabía que siempre había suspirado por Bruno.