Mi Fiera De Ojos Azules

CAPÍTULO 1

En una época donde las manadas eran consideradas clanes, los hijos de los alfa se convertían en grandes guerreros, la mayoría al ser mayor de edad salían de sus manadas en busca de sus propio futuro; el gran alfa es quien gobierna todo el territorio, viven en castillos y también algunos alfa de alto rango, existen dos territorios en conflicto; el gran alfa de las tierras del Sur en reiteradas ocasiones a tratado de invadir las tierras de los salvajes del norte.

Las mujeres en esa época no tenían ni voz ni voto, en las tomas decisiones de los clanes, Emma tendrá que luchar para ser la diferencia.

Emma Sallow es una joven hermosa que atrae las miradas de los hombres, por su escandaloso cabello oscuro y sus ojos azules como el mar; de espíritu libre, decidida a tomar sus propias decisiones, a la que le divierten los retos, valiente, no se deja doblegar por nadie, como le enseñó su madre Yendra, sus padres fallecieron en una emboscada, es la mayor de 3 hermanos, al enterarse sus tíos del fallecimiento de su hermano, se apoderaron de las tierras de su padre, con ayuda del alfa mayor de las tierras del Sur.

Emma a sus dieciocho años queda huérfana, sus padres mueren en un atentado en el bosque cuando regresaban al castillo, es la mayor de tres hermanos, en ese momento juró en la tumba de sus padres que va a proteger a sus hermanos a costa de todos, sus codiciosos tíos Elizabeth y Carlos al enterarse de la muerte de su hermano se presentan en el clan de la manada para reclamar sus tierras, ella por ser mujer el gran alfa Darían de las tierras del Sur le cede el poder a su tío Carlos y es programado alfa de la manada Sallow.

Tiempo después Emma se encontraba en la habitación de su hermano Nick, un pequeño de tan solo tres años tratando de dormir, cuando logra hacerlo sale cuidadosamente de la habitación, al pasar por la sala de descanso se detiene al escuchar que mencionan su nombre, se esconde y observa que están reunidos sus dos tíos y el malicioso viejo de la manada Oliver Brank, quien siempre despreció a su madre por ser de otras tierras.

Elizabeth es la hermana menor de los dos hermanos, desde que su hermano mayor trajo a esa salvaje de las Tierras del Norte a la manada y se casó con ella, la gente de la alta sociedad cuando se enteró de esa boda dejó de tenerla en cuenta, y desde entonces no fueron invitados a las fiestas y eventos sociales de otras manadas, esos mocosos no saben el odio que ella siente por ellos, pero ahora que su hermano Harry y la salvaje de su cuñada Yendra habían muerto, ella se encargaría de sacar a esos dos mestizos de su camino y educar a Nick a su antojo para que siguieran sus órdenes, con voz calmada dice. "Oliver, debemos casar a esos dos mestizos cuanto antes sin tanta formalidad".

“Señora Elizabeth, deje eso en mis manos, yo me encargaré de que esas dos bodas se lleven a cabo". Murmuró Oliver el viejo barrigón mientras cogía un nuevo pastel de vainilla".

Elizabeth le miró con cara agria. "Las candidatas ya conocen a esas mestizas desde pequeñas, están dispuestas a casarse con ellas para dominarlas, enseñarles modales y disciplinas, su salvaje madre no las educó correctamente, esas dos en vez de estar tejiendo y recibiendo lecciones de modales, se pasan el tiempo montando a caballo por todo el rebaño, la gente piensa que son hijas de las criadas."

Carlos sonrió con picardía. "Será un acuerdo beneficioso para todos, cuando les propuse a esos dos alfas casarse con ellas, no dudaron en decir que sí, se las llevarán a sus tierras para hacer con ellas lo que les plazca, llevan mucho tiempo codiciando a esas chicas, afirmaron que sabrán someterlas a sus caprichos."

Elizabeth suelta una carcajada, con voz traviesa dice. "No veo la hora de que esos salvajes desaparezcan de mi vista, Emma ya tiene dieciocho años para casarse, necesitamos que mueva sus influencias sobre Ashley ya que tiene dieciséis para que aproveche de salir con las dos mocosas al mismo tiempo".

Emma incrédula escuchaba en silencio los malvados planes de sus tíos, pensó en sus padres, si estuvieran vivos no permitirían que eso pasara, desde que habían muerto sus tíos convirtieron su hogar en una pesadilla, donde todo debía hacerse bajo reglas y como ellos dijeran, No podía creer que sus tíos las fueran a casar con dos enemigos de su padre, los hombres que siempre lo odiaron desde que se casó con una mujer de las Tierras del Norte, esos alfas siempre nos han mirado con perversidad y lujuria, se quedó paralizada analizando que podía hacer.

"Supongo que esos dos hombres se los llevarán lejos de esta manada, sinceramente y por el bien de ustedes, Carlos es mejor que esos dos mestizos rebeldes desaparezcan de estas tierras". Comentó Oliver sarcásticamente mientras se metía otro trozo de pastel en la boca.

"¡Sí¡ el acuerdo es que las saquen de estas tierras, y una vez que se vayan no las volveremos a ver, ellos sabrán qué hacer con ellas, es insoportable vivir en armonía con esas chicas, no quieren obedecer, acatar normas y mucho menos comportarse como señoritas" dijo Carlos con voz neutra.

Elizabeth tomando en sus manos una taza de té, con voz arrogante dice. "Ya pronto quitaremos ese dolor de cabeza de nuestras vidas, solo el bastardo de Nick permanecerá en esta casa, bajo mi tutela y yo lo criaré, cuando llegue el momento él será el Alfa y heredero de estas tierras; será más moldeable sin la influencia de esos dos salvajes, le enseñaré a ser un buen líder de las tierras de su padre, y cuando llegue el momento de luchar él será quien derrote a nuestros enemigos de las tierras del Norte."

Emma no pude escuchar más, las lágrimas rodaban por su rostro, con mucho cuidado salía de la casa, en su mente apareció Jacob, el antiguo beta de la manada y el mejor amigo de mi padre; después de que el alfa de la manada muriera desertó de su posición, se estableció dentro del bosque con algunas personas que lo seguían, él siempre los había ayudado; ella decidió ir a buscarlo y pedirle ayuda, se transformó y comenzó a correr Azul por el inmenso bosque, se detuvo agotada de tanto correr, regresó a su forma humana para descansar y maldecir en voz alta. "¡perra sarnosa!".