Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Suni evitó pensar en Jian, su cuerpo lo pedía, su mente por otra parte no podía si quiera confrontar la idea de sus propias exigencias, a veces sintiéndose un poco solo, y a pesar de que lo ignorará él también lo quería.

Sus emociones eran un cumulo caótico y desbordante, frecuentemente dirigidas a un afecto que no quería reconocer.

Las consecuencias de su decisión se hicieron presentes en su vida profesional, sus predicciones fueron acertada, probablemente jamás se le dejara volver a trabajar en otra cosa que no fuera lo que la sociedad dejaba como migajas a los Omegas, le pareció graciosos que afortunadamente no se le haya quitado su permiso cómo terapeuta,

Sin embargo ahora era solo un pedazo de papel si no podía ejercer.

La presencia de un Omega en una empresa internacional y de renombre, se filtró inmediatamente. El alboroto mediático no se hizo esperar, con una caótica pantomima buscaron desesperados cualquier trozo de información, afortunadamente las leyes se encargaron de proteger su información, algo irónico en opinión de Suni.

__________________

Los últimos días de su trabajo, dedico cada parte de si mismo en ello, aprovechando el tiempo como pudiera.

Y el tiempo nunca le había parecido tan escaso.

Su última sesión con los Alfas fue mucho más similar a una tarde entrañable entre amigos, aun peleando los hombres, platicaron sobre algunos regalos que querían comprarle al Omega por su futuro integrante en su familia. Obviamente terminaron discutiendo sobre el color adecuado de ropa para bebe, lo que le pareció muy gracioso a Suni, tenía que reconocerlo.

Suni definitivamente era alguien que se sentía afortunado a pesar de todo. Esperaba que los Alfas también notaron lo afortunados que eran de tener, sabía que ellos aún tenían que dejar su orgullo, e ignorar los juicios ajenos que los retenían de ser realmente felices, y demostrar lo que significan para el otro, de otra forma, temía que uno de ellos terminara por agobiarse ante la falta confianza en su relación con el otro.

Kyo el congresista, y el más expresivo de los Alfas le abrazó cuando se despidieron, deseándole suerte, el hombre le ofrecía una sonrisa dulce, con una promesa de estar dispuesto a cumplir la promesa de cambiar las cosas, y tal vez traer un futuro diferente para todos.

________________

La última sesión con la pareja de Omegas fue tremendamente difícil, afortunadamente Jian le dio espacio dejándolo solo en sud últimas sesiones, percibiendo lo personal y emocional que ese momento podía ser, además de lo significativo para Suni.

Hwan no pudo evitar llorar, y Soo permaneció callado, pero sonriéndole con una expresión de sincero agradecimiento. -Estaremos bien, no hay manera de que aceptamos su ridícula alternativa-negó con desprecio el pelirrojo-Idiotas...-Susurro molesto Soo, recibiendo un abrazo reconfortante de Hwan que aún seguía sollozando entre suspiros agitados.

Aunque era un poco triste, Suni por primera vez se sintió solo al observar las claras e inocentes sonrisas que los otros se dedicaban cada vez que sus ojos se encontraban, anhelando manos de alguien que no quería ver.

Su situación era agobiante para él, la flaqueza que vio en el Alfa lo aterrorizaba.

-Por cierto-Interrumpió amablemente Hwan-No culpamos a Jian de nada, sabemos cómo funciona el gobierno...el de hecho nos ha estado ayudando a buscar alguna forma legal, además de que parece que ha estado investigando por su cuenta también-Comento el Omega acariciando suavemente los hombros de Soo para bajar su irritación.

Suni asintió tranquilo y se despidió como otras veces.

No pudo evitar voltear antes de salir de la casa, y ver como ambos se abrazaban como la primera vez que los conoció, buscando asegurarse del calor del otro, temerosos, pero había algo diferente.

Había esperanza y determinación.

Suni esperaba que tuvieran la fuerza para encarar lo que llegará en su futuro.

____________

Sorprendentemente Mo no lloro el último día que fue a verlo como terapeuta, lo recibió con un pastel y una pila de películas,

Suni creyó que el Omega se quebraría, pero el hombre le sonrió animándolo. Mo hablo de manera alegre sobre nombres de bebés, tanto para Suni como para él.

No hubo lágrimas ni despedidas tristes.

Solo un hasta luego.

Mo no quería ser un recuerdo triste para quien lo hizo poder sonreír de nuevo, a pesar de soportar el nudo en su garganta por las lágrimas contenidas, aun solía desear ver a su Alfa,

Aun esperando.

Pero comenzaba a ser consciente de lo que tenía en su vida, gracias a Suni.

El camino seria duro.

Sabía que tenía un amigo en Suni, y él quería también ser un amigo para él. A veces extrañaba a su familia, en esas ocasiones se daba cuenta como Suni se había convertido en algo similar a un hermano.

Ambos se prometieron volverse a ver.

Suni agradeció cada día que tuvo la oportunidad de tomar sus decisiones sin límites, y también la oportunidad de conocer a cada persona que ahora formaban parte de su vida, e incluso sus errores parecían preciadas y brillantes remembranzas.

Cada paso dichoso y sin ningún arrepentimiento.

No hubo despedidas, solo varios hasta pronto. No estaba seguro que le deparará el mañana.

Pero eso estaba bien. Esa era su especialidad después de todo, ser bueno manejando las situaciones problemáticas.

Aunque no podía evitar querer la presencia de alguien.

Alguien especial.

________________________

El abogado Byung Jian no estaba seguro porque había vuelto al lugar donde conoció a Suni, aquel club nocturno, si no recordaba nada ni su visita al lugar parecía ayudar a su memoria, y lo poco que venía a su mente de ese día lo hacía sentir como sus errores vinieran a cortarle la piel sin piedad.

Había sido débil, no, había sido un cobarde ante la situación que se le presentaba. El Omega, que antes estaba firmemente seguro que era un Beta, le demostró su lado vulnerable, y lo poco digno que era de sus libertades, al contrario que Suni que aún se mantuvo orgulloso y altivo.

Sin importar lo asustado que estuviera el Omega parecía poder sortear sin problemas los embates de situaciones imposibles de solucionar, y eso lo hacía valiente, al contrario de él, que ni si quiera pudo explicar mirándolo a los ojos lo que paso esa noche, y sobre todo, afirmarle al Omega que él no rechazaba lo que Suni era, solo estaba confundido, como desorientado.

Sentado en una mesa del club nocturno, solo pidió un poco de agua, repugnándole y haciéndole sentir con desprecio propio el mero olor del alcohol.

Toda su vida, como había dicho Suni, estaba llena de dudas, él lo aceptaba. Pero los últimos días recordando muchas de las personas que conoció, como las vidas que se cruzaron con la suya de personas importantes que se fueron sin otra alternativa, pero siempre estaban en su mente, le hicieron recobrar un poco de las razones de lo que había elegido en su vida, que antes estaban empañadas por la forma en que sus deseos nobles de ayudar a alguien de manera desinteresada fueron aplastados.

Ya había dudado lo suficiente.

Por supuesto que fueron días de reflexión ahogándose en su incertidumbre e inseguridades, dándose cuenta del daño que había hecho a la persona que amaba, porque sus sentimientos no dejaban de obligarle a reconocerlo, Él lo amaba.

Dejar sus usuales debilidades, era la única forma de hacer frente a la situación,

Suni no aceptaría algo diferente.

No merecía menos.

Y el tempo debía recibir sus decisiones de manera vacilante.

No más.

_____________________

Los días pasaron rápido, como un caudal presuroso, llevándose sin escrúpulo lo que estuviese a su paso, aumentando la tensión y las ansiedades de quienes esperaban.

Jian sabía que el tiempo de Suni con su trabajo y su forma de vida convencional había llegado a su límite, aunque eso no lo detuvo de buscarlo, reuniendo toda la información que la compañía del Omega le proporciono, irónicamente con absurda facilidad al saber que él era el Alfa de Keun Suni, no iba a mentir, estuvo a punto de rechazar las facilidades que se le daban por la simple razón de ser un Alfa.

El Alfa paso la mayor parte del tiempo intentando contactar a Suni, quien ignoro todo intento, algo perfectamente lógico tomando en cuenta la forma en que su vida estaba cambiando, y el dolor que estaba pasando, el pelinegro realmente no sabía si tenía si quiera el derecho de ir a donde el Omega vivía,

No se sentía con el derecho si era honesto.

Sin embargo intento desaparecer sus dudas, tenía la certeza de que si no buscaba al Omega ese día, sino encaraba a Suni, esa persona estaría fuera de su vida, y no habría manera de volverlo a ver más.

Y él no quería eso, no podría soportarlo.

Los grandes ojos de color avellana de quien estuvo en sus pensamientos, probablemente desde aquella noche, adquiriendo cada día más importancia y significado en su vida sin realmente buscarlo, se clavaron en los suyos silenciosos.

Dolidos.

-Yo no quiero saber nada de ningún Alfa, ¿entiendes?-La voz suave y siempre agradable del castaño, salió áspera, en un susurro pesado con recientes penas.

Sus ojos verdes temblaron ligeramente ante el silencio absoluto de Suni, sin embargo el otro no lo rechazo, tampoco le cerró la puerta, al Alfa le fue concedido de una oportunidad en forma de silencio, de una ausencia de palabras expectante,

Una última oportunidad.

El hombre paso una mano por sus lacios cabellos negros que en ese momento estaban sin orden, usualmente arreglados con notable pulcritud, y sonrió tomando aire, sopesando cuidadosamente sus palabras:

-Eso está bien por mí-Enarco aún más una sonrisa, una diferente a sus usuales expresiones gentiles,

Su cara denotaba confianza absoluta.

El Omega lo miro con notable confusión, abriendo sus ojos ante un Jian diferente a los meses que paso con un Alfa, uno dócil y vacilante. Ahora veía un hombre que conservaba su presencia gentil, cálida y noble, pero con una presencia serena y firme,

Sin miedo.

-Yo no soy un Alfa-hablo acercándose muy sutilmente a Suni, cerrando sus ojos un momento manteniendo sus sonrisa-Soy solo Byung Jian-Los volvió a abrir estando a pocos centímetros de un rostro mudo de la impresión-Algo despistado me han dicho-Se encogió de hombro en gesto inocente.

Frente a él Alfa estaba alguien que siempre embotello y controlo sus emociones, una persona siempre fría y decidida,

Siendo vulnerable frente a él.

En los ojos verdes de Jian se reflejaba una persona dominada por sus emociones, algo que siempre se había negado en su vida, frente a alguien que nunca pensó en dejar que lo viera siendo débil, temblando ligeramente con sus ojos abiertos a más no poder, alguien que no sabía qué hacer con sus sentimientos que se desbordaban de sus manos. Causados por palabras tan cargadas de sinceridad y devoción que no estaba seguro de si podía repetirlas en su mente y no ceder al llanto.

Una declaración con tantas implicaciones, tan inmensa en las emociones que cargaba, que le sorprendía que el hombre frente a él la hubiese dicho sin titubear. Finalmente Suni no dijo nada, solo bajo su mirada al suelo y se tapó el rostro con sus manos agitadas por muy suaves temblores.

Jian estiro sus brazos, si bien inseguro de que fueran aceptados, no dudo en sus movimientos suaves ni un momento, envolvieron la pequeña forma del Omega pegándolo a su cuerpo.

De alguien que en ese momento parecía pequeño y asustado, pero que en realidad había guardado tantas cosas y enfrentado muchas otras con la cabeza en alto.

Absortos en la calidez del otro, ninguno noto la presencia de alguien cerca de la puerta que había permanecido oculto y en silencio. Hye portaba una sonrisa deslumbrante, con pequeñas lágrimas que se limpiaba ocasionalmente, algunas veces cuando se pegaban a sus pestañas, o cuando alguna rodaba por su mejilla.

Hye se retiró sin hacer un solo ruido de su posición dejando solos a quienes parecían ignorar toda señal ajena a ellos, pensando en la forma en que los eventos en tu vida se encargan de agitarte, buscando tirarte, y a veces recibirte con algo que nunca esperaste, pero que puede convertirse en tu felicidad.

La casualidad era algo sumamente peculiar y fascinante.

Pero a veces bellísima en sus maneras.