Laura fue abandonada por su exmarido con un hijo pequeño y, a pesar de todas las dificultades, Laura luchó duro para criar a su hijo. A Laura no le importaba el amor ni tener una relación con nadie, su hijo era su prioridad. Hasta que encontró a Lucas y se dio cuenta de que el amor merecía una segunda oportunidad.
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Capítulo 23
Lucas abre la puerta del dormitorio y entra, encontrando a Laura sentada en la cama, con los hombros rígidos y una expresión tensa en el rostro. Lucas cierra la puerta suavemente y se acerca a ella preocupado.
Lucas se sienta en el borde de la cama y mira a su amante visiblemente tensa.
— Hola amor, ¿cómo estás? Pareces un poco tensa. — dice mirándola mientras le toma la mano.
Laura suspira y lo mira, pareciendo aliviada por su presencia.
— Estoy pensando en Pedro... Sé que está bien. Pero aun así, no puedo evitar preocuparme por él. — dice Laura.
Lucas sonríe tranquilizadoramente y acaricia el rostro de Laura.
— Cariño, entiendo cómo te sientes. Siempre han sido ustedes dos y ahora sus vidas están cambiando. Es normal que te sientas así. Puedo darte un masaje en hombros y cuello si quieres. Así podrás sentirte más relajado.
Laura mira a Lucas, sus ojos brillan de gratitud.
— Sería maravilloso, Lucas. Creo que me ayudaría mucho a aliviar toda esta tensión. — dice sonriendo.
Lucas se posiciona con cuidado detrás de Laura y coloca sus manos suavemente sobre sus hombros, comenzando a masajear con movimientos lentos y delicados.
— Estoy aquí para cuidar de ti. — Susurró Lucas suavemente al oído de Laura.
Laura cierra los ojos dejándose llevar por las hábiles manos de Lucas. Ella siente que la tensión disminuye gradualmente, permitiendo que una sensación de tranquilidad la invada.
— Tienes manos de ángel, Lucas. Me siento muy agradecida de tenerte a mi lado. — dice Laura en tono relajado.
Lucas continúa masajeando, dedicado y atento a las señales de alivio en el cuerpo de Laura.
— Siempre estaré aquí, mi amor. Quiero que te sientas bien, seguro y amado. Eres mi prioridad. — dice Lucas apasionadamente.
Laura deja escapar un suspiro de alivio y sonríe, disfrutando el momento de cariño y conexión con Lucas.
— No sé qué haría sin ti, Lucas. Este masaje era exactamente lo que necesitaba. — dice Laura agradecida.
Lucas sonríe y continúa masajeando, disfrutando del tiempo juntos, sabiendo qué pequeños gestos de cariño pueden marcar la diferencia.
Los ojos de Lucas y Laura se encontraron a través del espejo que estaba en la pared del dormitorio.
Lucas envuelve a Laura por detrás en un abrazo apasionado. Laura rápidamente se da vuelta y sus labios se encuentran en un beso urgente e intenso. El beso los transporta a un mundo de placer y exploración.
Las manos de Lucas recorren el cuerpo de Laura, deslizándose suavemente por las curvas, explorando cada trozo de piel. Laura, a su vez, desabotona la camisa de Lucas y lo mira con deseo en los ojos.
— Te quiero, Lucas. — susurra Laura emocionada.
— Yo también te deseo a ti, Laura... — dice Lucas con su voz ronca llena de emoción.
Con un rápido movimiento se desnudan, entregándose por completo al deseo que los consume. Sus manos y cuerpos se entrelazan en un ritmo frenético, lleno de pasión. Cada caricia, cada beso, es una explosión de sensaciones.
La habitación se llena de gemidos y suspiros de placer mientras se aman en un frenesí de deseo. Se exploran mutuamente, entregándose el uno al otro sin reservas.
Después del clímax, se encuentran acostados, jadeando, mirándose profundamente a los ojos. El amor y la pasión se desbordan en sus ojos.
— Te amo, Laura. — dice Lucas susurrando al oído de Laura, haciéndola estremecer.
— Yo también te amo, Lucas. Nada puede separarnos. — dice Laura con voz llena de amor.
Se abrazan, envueltos en el calor de sus cuerpos cansados y sudorosos.
. . .
Era temprano en la mañana, Laura dormía profundamente.
Sin embargo, algo la despertó en medio de sus sueños. Un suave toque en su rostro, como si de una caricia se tratara, la sacó de su profundo sueño. Abrió los ojos lentamente, permitiendo que su visión se adaptara a la tenue luz de la habitación. Mientras miraba a su alrededor, notó que Lucas estaba despierto a su lado, sonriéndole amorosamente.
— Ven conmigo, quiero mostrarte algo. — susurró Lucas.
Laura, aún somnolienta, se levantó de la cama y siguió a Lucas en silencio, curiosa por saber qué había planeado. Los dos salieron del apartamento y caminaron de la mano por el pasillo del edificio, hasta llegar a la terraza. Allí se habían dispuesto un colchón y algunas almohadas, creando un ambiente acogedor y romántico.
Lucas ayudó a Laura a sentarse en la colchoneta y luego se sentó a su lado. Los dos, envueltos por el silencio de la noche y la ligera brisa, miraron hacia el cielo estrellado sobre ellos.
— La noche es tan hermosa. — Murmuró Laura, sintiendo como su corazón latía más rápido en su pecho.
— Sí, pero no llega a tus pies. — Respondió Lucas sonriéndole apasionadamente.
Mientras los dos permanecían allí, contemplando la inmensidad del cielo, Lucas tomó la mano de Laura y la besó suavemente, calentándola con su cariñoso tacto. Sus miradas se encontraron en un momento de complicidad, y Laura sintió una oleada de amor desbordarse en su pecho.
Sin decir una palabra, lentamente se acercaron el uno al otro, dejando que sus labios se encontraran en un dulce y apasionado beso. Fue un beso lleno de ternura, pero también con un toque de deseo creciente.
Las manos de Lucas acariciaron suavemente el rostro de Laura, mientras ella le rodeaba el cuello con sus brazos. El beso se profundizó, volviéndose más intenso, reflejando el amor y la pasión que sentían el uno por el otro.
Tumbados en el colchón, muy juntos y sumergidos en ese momento mágico, se entregaron al amor que los unía. Las caricias se hicieron más intensas, los cuerpos se entrelazaron en un abrazo lleno de deseo y el amanecer se convirtió en el escenario de una conexión íntima y apasionada.
Se entregaron a la pasión, uniendo cuerpos y almas, disfrutando de una plena e inolvidable noche de amor.
Al amanecer, cansados y satisfechos, se acurrucaron uno en brazos del otro, sintiéndose completos. Laura y Lucas entendieron que el amor verdadero es capaz de trascender las barreras del tiempo y el espacio, haciendo que cada momento juntos sea único e inolvidable.