La Melodía De La Muerte

Adrik de Russie

Está vez fui yo quien buscó sus labios, moría por probarlos de nuevo, con lo que no contaba, es que ella me iba a rechazar, y lo sé, me lo merezco, fui un completo idiota con ella, fue peor aún cuando me hizo salir de su camerino, aunque no quería hacerlo, terminé accediendo y me fui.

Me senté en la barra a beber un vaso de agua, Pero sabía que eso no iba a alivianar está presión en el pecho, así que pedí una copa de whisky, me lo tomé de un solo trago, me iba a levantar, cuando ví a Irina, se sentó al otro extremo de la barra, el barman le sirvió un vaso de agua, ella le sonreía, moría ver qué lo hacía con tanta facilidad con otras personas y a mí me trató con desdén.

No pude dejar de mirarla mientras estuvo ahí, y ella como si nada, seguía riéndose por lo que le decía el chico, juro que la sangre se me calentó, incluso contemplé la posibilidad que después de acabar con los Moguilevich, el sería mi próximo objetivo, antes de que yo me levantara, ella entregó su vaso y se fué por el pasillo, miré mi reloj y ya casi era la hora de su presentación, supe que se había ido al camerino, yo caminé hacia la bodega donde guardamos los instrumentos, tomé mi saxofón, lo saqué del estuche, revisé que estuviese funcionando bien, cuando me cerciore que todo estaba en orden, me puse el traje que traía para la ocasión, un esmoquin vinotinto, perfecto para el ambiente sensual que Alexey quiere ofrecer hoy.

Me dirigí a la tarima, esperé algunos minutos, cuando ví a Irina saliendo, estaba hermosa, con su vestido ajustado, tenía una pierna descubierta, y la otra tapada por la tela que colgaba, la parte de arriba, era un corpiño que adelgazaba aún más su cintura y hacia que sus pechos se elevarán aún mas, las luces se apagaron y a los pocos segundos se encendió una luz neon roja, hacia resaltar su silueta, comencé a tocar el saxofón, la melodía comenzó.

Irina se movía maravillosamente, esa luz que caía en cascada sobre ella, acentuaba su figura, la hacía ver imponente y seductora, su movimientos eran seguros y marcados, dándole vida a cada cambio de la melodía, de a poco se acercó a mi, pasó sus manos por mi cintura, se hizo atrás de mí y dibujo mi silueta con sus manos, luego se alejó, el público presente estaba en un trance, ella es cautivadora, a lo lejos ví a Aleksey sonriendo con suficiencia, se veía bastante satisfecho por la idea que había tenido.

Se llegó la hora del gran final, Irina tomó una silla, agarró un lado de la falta de su vestido, prácticamente lo arrancó, dejando la parte baja de su cuerpo al descubierto, llevaba puesto una falda más corta, que permitieron ver sus hermosas piernas en todo su esplendor, dió uno giros que se percibieron como si estuviese flotando en el aire, delicados y fluidos, las luces se apagaron y los aplausos no se hicieron esperar, cuando se encendieron las luces tenues del club, nos paramos ena mitad del escenario y nos despedimos, luego bajamos, ella caminó adelante, y se perdió en la multitud, caminé un poco más rápido para intentar alcanzarla, pero ví como entró a su camerino y cerró.

Me iba a volver loco, su indiferencia era el castigo que ella me estaba imponiendo y se que me lo merezco, ella no tiene la culpa de todos los problemas que traigo encima, caminé hacia la barra, aún con mi saxofón en la mano, pedí otro whisky y me lo bebi de un solo golpe.

- ya me estoy comenzando a preocupar -- escuché la voz de Aleksey detrás de mi, luego se sentó a mi lado.

- por qué deberías preocuparte -- dije sin ánimo.

- Mírate nada más como estás, ¿Crees que es normal? Nunca bebes hermano, está es la primera vez que te veo así, ¿Pasa algo?-- yo negué.

- No, solo necesito descansar-- dije.

- Si, últimamente han tenido turnos pesados, por eso le dije a Irina que hoy se fuera tan pronto terminara la presentación -- comentó.

- pero supongo que vendrá a cobrar sus propinas, ¿No?-- el negó.

- No, incluso creo que ya se fue, dijo que las reclamaría mañana, al parecer tenía afán de irse -- no lo dejé terminar, me levanté, corrí a la bodega, dejé mi saxofón, me cambié de ropa y salí de aquel lugar.

Estuve un buen rato dando vueltas por los alrededores, pero ya no había rastro de ella, ni de su auto, está tarde lo ví cuando iba entrando a trabajar, lancé un puño al aire, en ese mismo instante, mi celular vibró en el bolsillo, era un mensaje de Aleksey, pero alguien más me había escrito, un remitente desconocido.

📩- ¿Te fuiste?, tampoco cobraste tu propina-- dijo, yo le respondí con un simple "mañana paso por el".

Luego abrí el otro mensaje, quedé congelado al leer el remitente.

📩Adrik, se que ha pasado mucho tiempo, y se que te alejaste de nosotros con justa razón, pero ya debes pasar la página, somos familia, y te necesitamos, las cosas están difíciles por estos lados, solo si tú vuelves, podremos recuperar lo que un día tuvimos y disfrutamos, yo sé que tú padre si estuviese vivo, sería el hombre más feliz de ver a su preciado hijo seguir con su legado y ser su descendiente, el negocio te necesita.

Con amor mamá.

Me reí con ironía, como se atreve a poner un sentimiento tan grande como lo es el amor, y más el maternal, ella no sabe lo que es eso, quizás por mi hermano que en paz descanse, si lo sintió, pero conmigo no, yo nunca fui de su agrado, y aunque confieso que antes me dolía, ahora no me importa, ella y su familia se pueden ir al mismísimo infierno junto a mi padre y no regresen de ahí jamás.

Sin responder, guardé mi celular en el bolsillo y decidí caminar un poco, como hace mucho no lo hacía, llegué al parque, saqué un cigarrillo que tenía guardado en mi chaqueta hace mucho tiempo, lo encendí y me sentía fumarlo, la noche estaba solitaria, no habían más de tres personas al rededor paseando sus mascotas, mientras a mi me acompañaba el viento helado, ya la temporada de invierno estaba llegando y con sigo, fríos extremos, terminé mi cigarrillo, bote la colilla, luego ajusté mi chaqueta y caminé hacia la parada de buses, aún era temprano y podía irme ahí.

Llegué justo a tiempo, el autobús ya estaba ahí, me subí, pagué y me senté en una de las sillas vacías, al poco tiempo comenzó a avanzar y desde el cristal iba viendo todo lo que había en el recorrido, borrachos en los andenes, familias saliendo de compartir una deliciosa cena en un restaurante, prostitutas ofreciendo sus servicios, indigentes buscando comida de los basureros, me hizo analizar que la vida es un contraste de emociones y sentimientos, un día estás feliz, y otros días tristes, un día lo tienes todo, y al otro nada, todo es efímero, nada es para siempre.

Fui interrumpido por la voz del conductor, quien ya se veía agotado por un largo día de trabajo -- Está es la última parada-- yo lo miré y me paré rápidamente.

- Una disculpa, muchas gracias -- le dije antes de bajarme.