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Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Una Mentira, Que Cambió Mi Vida

Status: Terminada
Genre:Traiciones y engaños / Reencuentro / Embarazo no planeado / Completas
Popularitas:9.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabriela

Mary es una chica muy alegre y llena de sueños, aunque desde pequeña enfrentó muchos obstáculos, siempre es optimista y está con una gran sonrisa, buscándole siempre el lado bueno a todo, una día su vida cambiará, aunque al principio todo parece ir de mal en peor, pronto todo eso pasará a ser parte del camino para su felicidad, pues conocerá a su gran amor, aunque eso todavía no lo sabe, acompañame a vivit esa increíble historia, llena de dolor, lágrimas y felicidad.

NovelToon tiene autorización de Gabriela para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El día de la operación.

La madrugada llegó cargada de nervios, el hospital estaba silencioso, con ese olor a desinfectante que anunciaba que algo grande estaba por suceder.

Tony dormía conectado a los monitores; su pequeño pecho subía y bajaba lentamente, Mary lo observaba desde una silla, con las manos entrelazadas para no temblar, Daniela estaba con ella, cubriéndola con una manta, afuera, en la sala de espera, Mónica y Ana murmuraban oraciones, mientras Nacho caminaba de un lado a otro sin poder controlar su ansiedad.

Antonio había pasado la noche en otra habitación, preparándose para el procedimiento, apenas había dormido, pero no por el miedo, más bien era la sensación de estar a punto de recuperar algo que nunca supo que había perdido.

Carlos lo visitó antes de que lo llevaran al quirófano.

—¿Listo, hermano? —preguntó con una sonrisa suave.

Antonio respiró profundamente.

—Carlos… gracias, si no me hubieras llamado…

Carlos negó con la cabeza.

—No me agradezcas, agradece que tienes otra oportunidad, no todos la tienen.

Antonio bajó la mirada.

—¿Crees… que Mary pueda perdonarme algún día?

Carlos se apoyó en la pared, cruzando los brazos.

—Perdonarte no será fácil, pero se que tú la quieres de verdad, yo me haré a un lado hermano, te conozco y nunca te había visto tan interesado por alguien, además que tiene un hijo y el los necesita.

Antonio asintió, aunque en el fondo sabía que tenía un largo camino por recorrer.

A las seis de la mañana, el personal médico comenzó el proceso Mary entró al pasillo justo cuando Antonio era llevado en una camilla, él la vio y su mirada se iluminó, como si el simple hecho de verla le diera fuerzas.

Ella dudó, pero luego caminó hacia él.

—Antonio… —susurró, con voz frágil—. Gracias por hacer esto.

—Es mi hijo —respondió él, con sinceridad absoluta— y tú… tú mereces que haga mucho más.

Mary bajó la mirada y no respondió, pero por un instante dejó que su mano rozara la de él,

Antonio sintió un nudo en la garganta.

Carlos interrumpió suavemente.

—Tenemos que irnos, les avisaremos cuando termine.

Mary vio cómo la camilla avanzaba por el pasillo hasta que las puertas blancas se cerraron, Daniela apareció detrás de ella.

—Vamos, Mary… ahora solo podemos esperar.

Mary asintió y se apoyó en ella, Daniela la sostuvo con cariño, como una hermana, la sala de espera se llenó de silencios largos,

Nacho intentó disimular su preocupación, pero cada cinco minutos miraba la puerta,

Mónica y Ana hablaban en voz baja, recordando los días en que Mary llegó embarazada y perdida, Carlos iba y venía, controlando detalles, hablando con enfermeras, revisando informes.

Y entonces, algo inesperado ocurrió.

Daniela estaba sentada en un sofá con su hijo, que ya estaba cansado y somnoliento, Nacho se acercó con una taza de té caliente.

—Toma, para que te relajes un poco —le dijo con torpeza amable.

Daniela le dedicó una sonrisa cálida.

—Gracias, Nacho, has sido un gran apoyo para Mary.

—Haré lo que sea por mi hermana… y por Tony —respondió él—, pero también… —se detuvo un momento, sorprendiéndose de su propio impulso— quiero agradecerte por estar aquí, sin ti, Mary habría colapsado.

Daniela bajó la mirada, su hijo levantó sus brazos hacia Nacho, pidiéndole que lo cargara, Nacho se quedó congelado un instante, pero luego lo alzó con una ternura que nadie esperaba.

Daniela los miró… y sintió algo nuevo nacer dentro de ella, su corazón dio un vuelco.

Pasaron cuatro horas antes de que un médico finalmente apareciera.

—¿Familia de Tony? —preguntó.

Todos se levantaron al mismo tiempo.

—El trasplante fue exitoso —informó con una sonrisa— Tony está estable, ahora debemos esperar su evolución, pero está respondiendo bien.

Mary rompió en llanto, cubriéndose la boca para contener los sollozos, Daniela la abrazó fuerte, mientras Mónica y Ana lloraban de alegría.

—¿Y Antonio? —preguntó Carlos con la voz quebrada.

—También está estable, lo trasladaremos a recuperación en unos minutos, puede visitarlo uno a la vez.

Carlos cerró los ojos con alivio, golpeando suavemente el hombro de Nacho.

—Lo lograron —murmuró.

Mary respiró profundamente, secándose las lágrimas.

—Quiero verlo —dijo.

Antonio estaba recostado, pálido pero consciente, cuando vio que Mary entró, sonrió débilmente.

—Hola… —susurró.

Ella se quedó quieta unos segundos, como si no supiera cómo acercarse, pero finalmente avanzó hasta quedar frente a él.

—Tony está bien —dijo ella— Gracias a ti… gracias a que viniste.

Antonio tragó saliva.

—No quiero que me agradezcas, quiero estar ahí porque… porque debí estar desde el principio.

Mary bajó la mirada.

—Lo sé, pero ahora… lo importante es que hiciste lo correcto.

Hubo un silencio suave, doloroso, pero necesario.

Antonio extendió la mano, como un gesto de paz.

—¿Puedo…? No te voy a pedir nada, solo… quiero saber que me perdonas algún día.

Mary dudó, la herida seguía abierta, pero ya no sangraba con la misma fuerza, finalmente, tomó su mano, solo por un instante.

—No sé si podré perdonarte del todo, pero… estoy dispuesta a intentarlo.

Antonio cerró los ojos, aliviado.

Los días siguientes estuvieron llenos de cuidados, medicamentos y largas horas de recuperación, Mary dividía su tiempo entre Tony y Antonio, aunque sin dar señales de nada más, Carlos, por su parte, trataba de ocultar su conflicto interno, pues una parte de él quería alejar a Antonio,

pero otra sabía que su amigo estaba haciendo todo lo posible por reparar el pasado.

Daniela y Nacho, casi sin darse cuenta, se fueron acercando más y más, ella encontraba en él una protección tranquila, era una calidez que hacía tiempo no sentía.

El pequeño hijo de Daniela comenzó a llamarlo “Nachi”,

y eso derritió el corazón del hombre más duro de la familia.

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Marilenis maria vilchez mavares
Exvelente novela corta y con una trama muy buena
Eufrosina Ortiz Martinez
muchas felicidades muy buena historia
Maria Garcia
me encantó su novela
Angie G
Escritora ,no te vayas a tirar la historia,con más cosas desagradables,ella merece ser feliz.
Que la rescaten.
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