Reencarné Del Siglo XXI Al Pasado

Finalmente, lograron llegar a la puerta principal, donde se detuvieron. Fuera, la noche estaba oscura y silenciosa, pero no había señales de vida. Alexa sabía que debían actuar con rapidez antes de que el líder de los mercenarios las encontrara.

"Vamos a correr hacia el bosque", susurró Alexa, tomando la mano de las niñas. "Tenemos que encontrar a alguien que nos ayude, que nos proteja".

Con determinación, las cuatro jovencitas salieron corriendo hacia la oscuridad del bosque, cada paso acercándolas un poco más a la libertad. El corazón de Alexa latía con fuerza, temiendo que en cualquier momento fueran descubiertas y capturadas de nuevo.

Pero la suerte parecía estar de su lado esa noche, ya que lograron llegar a un claro en el bosque donde encontraron refugio. Exhaustas y temblorosas, se sentaron en el suelo, tratando de controlar la respiración agitada y el miedo latente.

"Estamos a salvo por ahora", murmuró Alexa, mirando a las niñas con preocupación. "Pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Debemos seguir adelante, encontrar ayuda".

Las niñas asintieron en silencio, confiando en Alexa para guiarlas en ese momento de crisis. Juntas, se levantaron y continuaron su camino por el bosque,

Mientras tanto, el líder de los mercenarios se dio cuenta de la desaparición de Alexa y las niñas y entró en un frenesí de ira y paranoia. Ordenó a sus hombres que los buscaran en todo el bosque, dispuestos a hacer lo que fuera necesario para recuperar a sus prisioneras.

Pero Alexa y las niñas ya estaban lejos,

En medio de la oscuridad y la desesperación, nació una chispa de determinación en el corazón de Alexa. Sabía que debía encontrar una manera de escapar y proteger a las niñas inocentes que estaban en peligro. Aunque su pasado la había marcado profundamente, estaba decidida a no permitir que aquella pesadilla se repitiera.

La joven Alexa caminaba con las tres niñas a través del oscuro bosque, tratando de mantener la calma a pesar de la oscuridad y los sonidos inquietantes que resonaban a su alrededor. Las niñas, asustadas y exhaustas, seguían detrás de ella, agarrándose a su ropa con fuerza.

De repente, fueron alcanzadas por el líder de los mercenarios y sus hombres, quienes rodearon a las indefensas niñas con miradas amenazadoras. Alexa intentó protegerlas, pero el líder la tomó por sorpresa y comenzó a golpearla salvajemente hasta hacerla sangrar. Las niñas, paralizadas por el miedo, solo podían llorar y tratar de esconderse detrás de los árboles.

Después de golpear a Alexa, el líder la arrastró junto con las niñas a una cabaña cercana, donde horas antes habían estado secuestradas. Una vez dentro, comenzó a torturar a Alexa como represalia, causándole dos costillas rotas, varios cortes profundos en la pierna derecha y el labio partido. A pesar del intenso dolor, Alexa trató de mantenerse fuerte y proteger a las niñas, consolándolas y prometiéndoles que todo iba a estar bien.

Mientras tanto, a lo lejos, dos hombres había presenciado la brutal escena desidieron seguir de lejos a los mercenarios al tener la ubicación de la cabaña uno galopaba a toda velocidad para informar al duque Estéfano Ferrer y a su alteza el rey Felipe, quienes desde hacía tres días mantenían el reino en caos por el secuestro de la querida Alexa Ferrer, la luz de sus ojos. Los príncipes y el joven duque Vicencio , también se encontraban preocupados y desesperados por encontrar a Alexa sana y salva.

Al recibir la noticia del hombre, el duque Estéfano Ferrer y el rey Felipe inmediatamente organizaron un grupo de caballeros y soldados para ir en busca de Alexa y las niñas. Los príncipes y el joven duque Vicencio también se unieron a la misión, determinados a rescatar a su amada prima y amiga.

Mientras tanto, en la cabaña, el líder de los mercenarios continuaba torturando a Alexa, disfrutando de su sufrimiento y de la impotencia de las niñas. Sin embargo, en un momento de descuido, Alexa logró liberarse y luchar contra sus captores, logrando escapar con las niñas hacia el bosque. A pesar de sus heridas, se negó a rendirse y luchó con valentía para proteger a las niñas y llevarlas a un lugar seguro.

Mientras tanto, el grupo de rescate encabezado por el duque Estéfano Ferrer y el rey Felipe se acercaba a la cabaña, decididos a salvar a Alexa y castigar a los mercenarios por su vileza. Los príncipes también estaban listos para unirse a la batalla y demostrar su valentía y determinación en la lucha contra el mal.

Finalmente, el grupo de rescate llegó a la cabaña justo a tiempo para ver a Alexa y las niñas huir hacia el bosque. Los mercenarios, sorprendidos por la llegada de los caballeros y soldados, intentaron resistir pero fueron rápidamente derrotados y capturados. El líder de los mercenarios fue llevado ante el rey Felipe y el duque Estéfano Ferrer, quienes le condenaron a cadena perpetua por sus crímenes.

En medio del caos y la confusión, Alexa fue finalmente rescatada y atendida por los médicos reales.

Mientras la joven Alexa estaba secuestrada, su doncella Valentina por el susto y la preocupación entró en trabajo de parto. El capitán Rojas estaba buscando a su señorita Alexa y no sabía del nacimiento de su hijo

a Alexa las heridas que le habían infligido los mercenarios eran profundas y su estado era crítico. Los médicos luchaban por salvarla, pero su vida pendía de un hilo. quienes la curaron y la cuidaron con gran dedicación la única buena noticia era que no habían abusado de ella.

Dos días después, regresaron todos con la joven Alexa gravemente herida. Alexa se debatía entre la vida y la muerte. Las heridas que le habían infligido los mercenarios eran profundas y su estado era crítico. Los médicos luchaban,pp por salvarla, pero su vida pendía de un hilo. Valentina quería estar a su lado, pero no le era permitido, ya que acababa de dar a luz. El capitán Rojas estaba feliz por el nacimiento de su hijo, pero al igual que todos en el palacio, estaba preocupado por la joven Alexa.

En un pueblo a dos horas del palacio, en la mansión del ministro de finanzas Castellanos, se encontraban los culpables del secuestro de la joven Alexa Ferrer. El ministro de relaciones exteriores Lear, junto a los duques y los archiduques, estaban preocupados por el rescate de la joven Alexa. Una misteriosa mujer les dejó en claro que bajo ninguna circunstancia podían dar a conocer su identidad, porque de lo contrario no solo ellos morirían, sino que también todos sus familiares.

El misterio se cernía sobre el palacio y el pueblo, mientras todos esperaban con ansias la recuperación de Alexa. El capitán Rojas se comprometió a encontrar a los culpables y hacer justicia por lo que le habían hecho a su joven señorita Alexa Mientras tanto, Valentina cuidaba del recién nacido en silencio, con la esperanza de que su señorita se recuperara y pudiera conocer a su hijo al cual le coloco Alexis en honor a su señorita Alexa.

La tensión y el suspense aumentaban a medida que los días pasaban y Alexa seguía luchando por su vida.

Los príncipes también se aseguraron de que las niñas fueran protegidas y recibieran el apoyo y el amor que necesitaban para superar el trauma que habían vivido.