Camila es una mujer inteligente, luchadora, amorosa y muy honrada que se verá obligada a irse a España para hacer una nueva vida y empezar de cero, empieza siendo niñera y eso la llevara a conocer el amor más puro que puede existir el de un niño, mientras que Fernando deberá aprender a ser padre y madre y olvidarse del amor, ya que este lo único bueno que le ha traído es a su hija Tatiana.
¿Qué pasará en la vida de estás personas?.
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CAPITULO #17.
Ya Fabián tiene dos días desde que llegó a la ciudad donde vive Fernando y hoy será el día en que se presentará en su casa, sabe por medio de Daniel que hoy se lo tomaría libre y estaría en su casa.
Frente a la puerta un poco nervioso, tocó para así esperar que está se abra, no esperó mucho, ya que al poco tiempo Camila abría la puerta con una sonrisa que se desvaneció al verlo.
Camila: Buen día, señor.
Fabián: Bien día Camila, ¿puedo pasar?.
Camila: Claro, adelante.
Fernando salió hace un momento con Tatiana, fueron al súper que está por aquí cerca así que no deben de tardar en llegar, estoy en la cocina si gusta puede venir conmigo.
Fabián: Claro, eres muy amable.
Camila: Aquí hay un vaso de leche con un pedazo de pastel de chocolate, espero que le guste.
Fabián: Muchas gracias, Pero por qué me tratas con tanta amabilidad.
Camila: Bueno usted se presentó de manera educada y sin escándalos así que yo haré lo mismo.
Además, estoy haciendo el almuerzo no tengo tiempo para discutir con usted, se me puede quemar todo.
Fabián: Jajajaja vaya, no me esperaba esa respuesta de tu parte, Pero puedes estar tranquila vengo aquí son de paz y porque me gustaría arreglar la relación con mi hijo antes de que sea demasiado tarde.
Camila: La señora Fernanda se fue el día de ayer para Japón.
Fabián: Estoy al tanto de ello, pero con Fernanda las cosas son distintas y ella es muy explosiva por lo que quiero llevar las cosas poco a poco, primero Fernando y luego Fernanda.
No espero que me perdonen a la primera, he cometido errores y asumirlos es mi responsabilidad, Pero me di cuenta de que quiero estar cerca de mi nieta y que con ella no voy a cometer los mismos errores y solo darle amor y cariño.
Camila: Si lo que dice es cierto, el tiempo le dará lo que pide, no sé muy bien toda la historia o al menos su parte, pero si está arrepentido de corazón Fernando lo perdonará.
Él es un buen hombre y un maravilloso padre, supongo que al ponerse en su lugar lo entenderá, mientras tanto coma de su pastel de chocolate, mire que si llega Fernando acaba con todo.
Fabián: Me lo imagino, cuando Tamara castigaba a Fernando no le dejaba comer postre y veía como Fernanda a escondidas iba a la cocina y picaba un gran trozo y lo llevaba a su habitación, ellos siempre han sido unidos y por eso seque nunca estarán solos, ya que se tienen el uno al otro.
Camila: Señor Fabián, solo tiene que demostrar lo que de verdad quiere decir y verá como le va de bien con sus hijos, ellos están dispuestos a escucharlo y darle una oportunidad, pero solo si de verdad ven ganas de parte de usted.
Fabián: Gracias Camila por escucharme.
Camila: No es nada, entre usted y su esposa me cae mejor usted.
Fabián: Y no te culpo por ello, Pero es mi esposa y la amo a pesar de sus pensamientos irracionales.
Camila: No podemos ser esclavos del amor señor Fabián, mi padre me dijo una vez.
Hija el amor tiene que ser libre y sin ataduras, si sientes que no puedes ser tu mismo con esa persona, entonces no es la adecuada, ya que serías esclavo del amor hacia esa persona.
Por eso es que muchos terminan hasta con su vida después de acabar con una relación, si usted la ama está bien, Pero no puede perder su identidad por amor.
Fabián: Que sabios son tus padres y también el buen trabajo que hicieron al criar una mujer como tú.
Camila: Si mire que no me dejó de nadie, bueno usted lo comprobó el día que vino con su esposa.
Fabián: Si, aunque también he notado que ya no le dices señor Fernando, ¿hay algo entre ustedes?.
Camila: ¿Qué? Yo...
Fabián: No sería nada malo, Camila, que mi hijo tenga a una mujer fuerte y empoderada a su lado a mí no me molesta, es más me agrada la idea que mi hijo sea realmente feliz al lado de una mujer que de verdad lo ame y quiera a Tatiana.
Camila: Bueno en ese caso, estamos en proceso de conocernos, aunque si le soy franca, su hijo me gusta mucho, solo busco la mejor manera de decirlo.
Fabián: Yo espero pasar tiempo con mi nieta de hecho estoy viviendo aquí, compré una casa no muy lejos de esta, tal vez durante estas semanas en la que me gane a mi hijo nuevamente, puede que tengan un momento a solas.
Camila: Ya lo veremos, pero algo si le digo si usted llega a hacerle daño a Fernando se las va a ver conmigo, mire que le tengo miedo.
Fabián: No esperaba menos de ti.
Fernando: Camila ya llegamos y te trajimos una sorpresa.
Dijo Fernando entrando a la cocina con Tatiana en un brazo y bolsas en la otra.
Camila: Pues yo también tengo una sorpresa.
Dijo señalando a Fabián.
Fernando: Hola papá, ¿cómo estás?.
Fabián: Hola hijo, estoy muy bien ¿y tú?.
Fernando: Estoy bien y ¿a qué debo tu visita?.
Fabián: Quiero hablar de algunas cosas contigo, Pero primero quiero cargar a mi hermosa nieta.
Fernando: Claro.
Fernando le entrego la niña a su padre y Camila se acercó para ayudarlo con las bolsas que aún cargaba.
Camila: Te dije que solo fueras por fruta para Tatiana, ¿qué son todas estas bolsas?.
Fernando: Bueno compré frutas, pasamos por el área de juguetes y obvio no salí con las manos vacías de ahí, también pasamos por el área de golosinas y sabes cómo soy.
Camila: Lo sé muy bien, ya la comida está lista, vamos a comer.
La comida estuvo agradable y también los temas de conversación que se centraban en Tatiana.
Camila: Bueno yo voy a bañar a esta princesa para que tome su siesta.
Fernando: Yo recojo la cocina entonces.
Camila: Está bien.
Camila se fue con Tatiana dejando solos a Fernando con su padre, ella sabía que tenían mucho de que hablar y darles privacidad es lo mejor.
Fabián: Yo te ayudaré para así terminar más rápido.
Fernando: Está bien, yo lavo los platos y tú los secas.
Fabián: De acuerdo.
Y así lo hicieron al cabo de unos minutos terminaron y la cocina quedó impecable nuevamente.
Fernando: Vamos a mi despacho para hablar mejor.
Ambos hombres se sentaron uno frente al otro.
Fernando: Te escucho padre.
la verdad me encato