No Quiero Ser La Villana, Quiero Al Protagonista.

La expresión en el rostro de la chica era opaca pero a la vez cálida, como si quisiese esconder cualquier indicio de tristeza en esa expresión suave.

'Amarte se volvió mi todo... pero si no te tengo ¿Cómo puedo seguir?... el destino es cruel... la luna sale y esconde mi pesar... esconde el sufrimiento que el cielo nublado trae...' Continuó la chica con una pequeña sonrisa en su rostro.

Sin embargo, el canto se detuvo abruptamente cuando la mirada de la chica se encontró con la de su esposo.

No puso evitar sentirse nerviosa y sus ojos recorrieron cualquier punto que no fuesen los ojos de Diego, ligeramente avergonzada.

Nunca había cantado delante de otras personas, pues su voz era bastante chillona en su vida pasada, sin embargo, la villana estaba acostumbrada a cantar y su voz siempre fue hermosa, aún así, sintió algo de vergüenza cuando su esposo la vio cantar.

-Ignorame.- Dijo Diego con indiferencia, bajando la mirada hacia el libro en sus manos, no pensó que la chica se sentiría algo incómoda con su presencia, de haberlo sabido, se habría quedado fuera de la puerta, escuchando.

Aunque lo dijo, Diana ya no cantó, simplemente tarareo en voz baja con gusto y continuó con su labor.

Al cabo de media hora, la cena finalmente estuvo lista.

Diana sirvió los platos en la mesa de té, coloconadolos uno a uno delante de Diego. Gracias a que la mesa era pequeña, los platillos se veían abarrotados, creando un ambiente cálido y familiar.

Cuando Diana se sentó, Diego tomó los palillos y miró los platillos preparados con sumo cuidado, todos eran sencillos pero elegantes, con un agradable olor hogareño saliendo de ellos.

Por alguna razón, se moría por probarlos, y sin pensarlo dos veces, le dio un bocado al trozo de costilla agridulce, no de los platillos que más disfrutaba preparar su madre cuando estaba viva.

Aquello hizo que los disfrutará aún más, aunque no era exactamente el mismo sabor, la similitud era tan grande que su corazón no pudo evitar sentirse tocado.

-Mañana tengo que grabar un pequeño vídeo en el set del parque, puedes ir conmigo si quieres o si no, puedes quedarte aquí mientras regreso.- Dijo Diana con seriedad, tomando sus palillos para comenzar a comer.

Estaba a punto de decir algo más cuando su móvil sonó con fuerza, sacándola de sus risueños pensamientos.

-Dame un momento...momento.- Dijo, sacando el móvil y respondiendo la llamada.

"Señorita ¡Finalmente respondes, no me vas a creer esto! ¡La mánager Li le dijo a todos que tu la despediste porqué no te agradaba, también dijo que sufres de amnesia por la caída que sufriste en el escenario de ensayo! ¡Cientos de personas están discutiendo sobre eso en internet." Una voz alterada vino desde el otro lado de la línea, haciendo que Diana frunciera el ceño.

-¿Qué?- Preguntó Diana ligeramente sorprendida.

"¡Sí, sus fans están molestos contigo por tratar a tu mánager de manera tan cruel, además, varios internautas discuten sobre tu personalidad altiva y arrogante! ¡Ellos exigen que te disculpes personalmente con la Mánager Li!" Exclamo la chica al otro lado de la linea, claramente nerviosa.

Fue hasta entonces que Diana entendió a quién pertenecía la voz, era su trabajadora asistente personal, la única chica que fue realmente sincera con la villana, aunque al final, tuvo un trágico final.

Solo fue hasta el final de la historia que la villana descubrió que su mejor amiga y novio fueron los que la asesinaron.

La villana se sintió tan devastada que arremetió con todo, sin embargo, termino igual que su asistente al final.

Después de todo, su asistente le había ayudado en incontables ocasiones a hacerle la vida imposible a la protagonista principal. Se podía decir que era la secuaz de la villana.

-Ross, tranquilízate un poco ¿Quieres?¿Ya comiste algo, has cenado?- Preguntó Diana con un tono gentil en su voz, queriendo dejar de la esa situación.

No quería pensar en los problemas que causó en su segundo día estando aquí.

"Pero, Señorita... su carrera está en riesgo, no es momento de relajarse ¡Hay que hacer algo o podría volverse la noticia más candente! Si eso pasa ¡Todos en el país creerán esas mentiras!" Exclamo Ross con preocupación.

Diana casi podía escucharla mordiéndose las uñas, no pudo evitar fruncir el ceño, solo quería relajarse un poco y tener una tranquila cena con su esposo.

¿A quién le importaba hablar de su cruel y estúpida mánager que no sirve para nada? Ninguno de esos internautas e influencer sabía lo mala que podía ser esa mujer.

-Espera ¿Has dicho la noticia más candente?- Pregunto Diana en voz baja con una luz brillante en sus ojos, tuvo una idea de repente.

"Sí, la más candente ¿No sabrá todo el país la noticia luego si eso sucede.." Ross no tuvo ni tiempo de terminar de hablar cuando la llamada fue colgada por Diana.

La chica fue corriendo a su habitación para buscar el regalo que había comprado para Diego, aunque el cumpleaños de su esposo era hasta dentro de dos días, no creía que fuese malo dárselo antes ¿No?

Diego dejó de comer cuando su esposa se fue, sus ojos cayeron sobre el móvil de su esposa, el cual timbraba intensamente otra vez.

Su mirada subió, viendo a su esposa regresar con una caja exquisitamente envuelta, por sus ojos, paso un brillo extraño ¿Ese no era el regalo que tenía para su esposa? ¿Cómo era que ella lo tenía?

-Mira, esposo, compre este regalo para ti. Recordé que dentro de dos días cumplirías años, sin embargo, necesito de ti en estos momentos.- Expreso Diana de forma sincera, entregando el regalo a Diego.

El ceño del hombre se frunció ¿Ella había comprado un regalo para él con la misma caja?

Aunque dudoso, la abrió, encontrando un reloj muy parecido al que él había comprado, tan solo que más grande.

Un hermoso y frío dragón yacía tallado en las pulseras y uno que otro diamante se podía ver a través del cristal que marcaba la hora.

-Es...- Diego estaba asombrado aún así, no lo mostró en su rostro ¡Qué coincidencia!