Él nacimiento de Kevin acabó en el divorcio de Zaira, debido al ADN, pero ¿Quien es el padre del pequeño?
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Capítulo 5 NUEVA COCINERA
Zaira Martínez
Llegamos al año de matrimonio y en casa tuvimos un inconveniente, nuestra cocinera renunció porque volvería a su ciudad natal para vivir con su familia, su madre estaba enferma y entendimos la importancia de aquella relación así que la dejamos ir dándole una buena indemnización por su desempeño y para ayudarle con los gastos médicos de su madre.
Yo no sé cocinar gran variedad de platillos y era Laura, nuestra cocinera quien me estaba enseñando algunos tips para preparar cosas no muy elaboradas. Al irse ella quise tomar el control de la cocina imitando aquellas sabrosas comidas que ella preparaba y que tanto le gustaban a Luciano pero no resultó.
Algunas noches el probaba lo que con tanto esmero cocinaba y luego fingiá algún malestar para dejar de comer; otras veces llegaba a casa con la cena para los dos de un restaurante cinco estrellas y algunas otras veces directamente no llegaba.
Recuerdo las veces que calenté la cena tantas veces y él llegó tarde justificando una cena de negocios de último minuto. Me dolía el pensar que quizás estaba con otra mujer pero me aferraba al amor que nos tuvimos por años y tampoco es que pudiera desconfiar ya que nunca me dió motivos. No venía con otros perfumes ni manchas de labial como sucede típicamente en las películas. Jamás ví marcas en su piel tampoco así que dejé de hacerme tontas ideas.
Logramos contratar una nueva cocinera con excelentes recomendaciones y de nacionalidad mexicana. A Luciano esa comida le gustaba mucho, disfrutaba de comer picante mientras que yo soy más de sabores suaves pero el amor debe de ser generoso ¿Verdad? Por lo tanto una buena esposa debe intentar hacer feliz a su marido hasta en los pequeños detalles.
Luego de algunas semanas de comer cosas más picantes y condimentadas de lo que mi estómago soporta comencé a sentir ciertos malestares estomacales. Embarazada no podía estar así que descartaba esa posibilidad.
Luciano estaba feliz con la comida mexicana y es que en verdad la cocinera era una verdadera maravilla. Ahora compartíamos siempre la mesa aunque no teníamos demasiado de que hablar y al menos me sentía más acompañada.
Nuestra intimidad carecía de romance pero según mi madre luego de casarse una pareja cambia en todos los aspectos pero la mujer debe ser absolutamente complaciente y comprensiva con su esposo porque deben durar juntos toda la vida.
Yo me casé para toda la vida, con mi primer y único amor. Quizás nuestra pareja estaba bien pero yo tendía a exagerar las cosas, era algo probable. Cuando éramos novios todo era miel sobre hojuelas y nuestras salidas eran muy relajadas, sin presiones. Ahora con el trabajo excesivo de él luego de asumir el control de todo su tiempo era muy reducido.
Con nuevos inversionistas y con grandes oportunidades laborales excelentes con contratos millonarios comprendía que debía hacer crecer sin más el patrimonio que algún día heredarían nuestros hijos aunque de momento ser más en casa era una posibilidad imposible.
Comencé a sentirme cada vez más sola, no tenía con quién hablar más que con la cocinera o alguna chica del servicio pero consejos reales u opiniones sinceras eran algo que no podía esperar ya que nosotros les pagamos el sueldo y el miedo a ser despedidas podría alterar su percepción o al menos su juicio acerca de todo ésto.
Hablar con mi madre era imposible porque para ella el hombre está sobre la mujer en todas las situaciones ya que él es la figura dominante en una pareja mientras que el sexo femenino solo es para atenderlo o ayudarlo a cumplir sus objetivos.