Por Mis Malditos Tacones

...BELÉN CLINT...

Cada vez quedaba menos del novio amoroso que parecía amarme y su lado oscuro y maligno ocupaba toda su personalidad dónde buscaba la manera de humillarme.

Él desapareció dos días y pude sentirme en paz pero no escapar, estaba totalmente encerrada y aunque busqué llaves no encontré, tampoco mis ahorros.

Lo vi llegar desde la ventana y lo trajo un patrullero, otro policía estacionó su coche y él habló animadamente con ellos después de darles dinero.

-No puede ser, ¿Por qué los está sobornando? ¿Que tantas conexiones tiene él y que es lo que esconde?- me pregunté

Había cosas muy raras que me llevaban a pensar que estaba en algún tipo de acto ilícito o venta de drogas tal vez. Sea lo que sea la policía era comprada y mis posibilidades de denunciar alguno de sus tantos abusos se volvía lejana e imposible.

Me había metido en serios problemas y cada vez las cosas parecían complicarse más para mí.

voy a entrar a casa y venía bastante tranquilo pero a su vez él cambió su comportamiento nuevamente explotando de la nada golpeándome humillándome con sus palabras con sus acciones y no comprendía qué es lo que había pasado.

Cada vez el comportamiento de mi novio iba siendo peor y más errático, su carácter solamente cambiaba de la nada sin motivos aparentes yo sabía que él era un psicópata y que debía escapar de su lado o todo acabaría mal. Estaba decidida a escapar pero tenía que ver cómo lo haría porque no tenía llaves ni tampoco había una manera de salir por una ventana ya que tenía rejas y a los vecinos por más de que les gritara no me darían importancia era bastante difícil mi situación ahora y cada vez parecía complicarse más.

No sabía si mis vecinos no escuchaban o simplemente estaban amenazados o comprados por él pero ya este momento nada podía sorprenderme.

(.....)

Otra noche más que él llegaba ebrio y que a consecuencia de eso desquitaba su furia conmigo sin saber ni siquiera por qué estaba furioso. Esta vez apenas sí pude moverme incluso creo que perdí la conciencia por un momento. Al reaccionar tenía mi cuerpo cubierto por moretones totalmente adolorido y estaba desnuda también ya no no sabía qué más me podía suceder.

Cada vez el encontraba nuevas maneras de torturarme, de golpearme y humillarme cada día. Todo se volvía más difícil y más tortuoso para mí que ya no sabía ni entendía qué más me podía suceder. En este momento mi deseo de escaparme era demasiado latente aunque no sabía cómo hacerlo ni siquiera tenía dinero; debía encontrar sí o sí esos ahorros que yo sabía que él guardaba y escapar a como diera lugar en algún momento. El tendría que dejar la puerta sin llave alguna vez y yo aprovecharía cualquier descuido para para poder irme sin mirar atrás lo más lejos que pudiera.

Comencé a buscar con mucho cuidado de no cambiar nada de sitio mi dinero, no quería que sospechara y me golpeara ésta vez por creer que estaba robándole.

Finalmente encontré un sobre dentro del colchón pero solo lo descubrí al levantarlo ligeramente para cambiar las sábanas. Miré y había más o menos lo que creía que había recaudado.

Aunque tenía varios moretones estaba feliz de tener la esperanza de escapar en algún momento y tener algunos dólares.

(......)

La tía de él vino a comer y solo mí rostro estaba presentable. Ella me miró con lástima de nuevo. Fuimos a la cocina por el postre y porque ella quería enseñarme una receta.

-No puedo sacarte de aquí pero cuando logres escapar quiero que tengas esto- me dió un dinero que metí dentro de mí zapato, todo en susurros

-Entonces tienes que batir la crema, ¿Lo entiendes? Que quede a éste punto, es muy importante- siguió "enseñándome"

-Ya entiendo, espero que me quede tan delicioso cuando yo lo haga- le sonreí y le agradecí por todo lo que estaba haciendo por mí

-Espero que puedas huir, en algún momento tienes que aprovechar un descuido e irte. Una mujer va a ayudarte, ella es de mí confianza y puede conseguirte trabajo, tienes que viajar en tren algunas ciudades. Se que mí sobrino no te buscará así, intentará encontrarte en otros lugares- susurró

-Mira a mí me gusta ponerle cerezas pero puedes decorarlo con lo que tú elijas, chocolate, fresas, lo que tú quieras- habló fuerte

-Asi me gusta, queda muy lindo y se ve delicioso- le sonreí de nuevo

-Este es su número, guárdalo bien- me dio un pequeño papelito

Fuimos a la mesa y hablamos animadamente. Ella estaba relajada y yo imitaba su comportamiento de la forma más natural.

Cuando ella decidió irse él la llevaría y yo aprovecharía ese momento para guardar todo lo que ella me dio donde el no buscaría ni revisaría, el papel lo puse dentro del paquete de una compresa sanitaria y el dinero dentro de un par de medias.

Cuando él regresó estaba tranquilo y yo lavando lo que habíamos ensuciado.

Al fin tenía esperanza y me aferraria a eso con todas mis fuerzas.