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El Director Ejecutivo Y Su Joven Esposa.

El Director Ejecutivo Y Su Joven Esposa.

Status: Terminada
Genre:CEO / Matrimonio contratado / Amor tras matrimonio / Posesivo / Arrogante / Matrimonio arreglado / Completas
Popularitas:2.1M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Frida Escobar

Santiago es el director ejecutivo de su propia empresa. Un ceo frío y calculador.

Alva es una joven que siempre ha tenido todo en la vida, el amor de sus padre, estatus y riquezas es a lo que Santiago considera hija de papi.

Que ocurrirá cuando las circunstancias los llevan a casarse por un contrato de dos años,por azares del destino se ven en un enredo de odio, amor, y obsesión. Dos personas totalmente distintas unidos por un mismo fin.

⚠️ esta novela no es para todo publico tiene escenas +18 explícitas, lenguaje inapropiado si no es de tu agrado solo pasa de largo.

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Casi cerca.

***NARRADO POR SANTIAGO***

Me levanté del comedor sin decir nada. Salí de la casa y subí a mi auto, apretando el volante con fuerza.

¿Quién se cree esa chiquilla? Recibiendo una llamada de un hombre, en mi propia casa… Ni siquiera tuvo el mínimo respeto de salir a contestarla afuera.

Pisé el acelerador rumbo a la empresa de mi abuela, aún con el ceño fruncido. Cuando llegué, ahí estaba ella: en su oficina como si nada, riéndose con uno de sus clientes. Le brillaban los ojos, como si estuviera celebrando algo. Me vio y, sin perder su sonrisa, despidió al tipo con quien hablaba.

—¿Y esa cara? —preguntó con sarcasmo.

—Qué casualidad… hace unos días estabas enferma y ahora te veo perfectamente bien.

—El saber que mi nieto —casi hijo— ya tiene esposa me ha devuelto las ganas de vivir.

—Abuela… esto fue un chantaje, ¿cierto?

—Lo hecho, hecho está. ¿Qué tal mi nuera?

—No lo sé… creo que está en la universidad.

—¿Cómo que crees?

—Cumplí con lo que pediste. Dijiste que una vez que firmara me dejarías en paz.

—No te cuesta nada llevarla tú mismo. Que se note que tiene esposo. ¿O crees que no tiene pretendientes? Está rodeada de jóvenes que solo esperan una oportunidad.

—Me quedó claro con la llamada que recibió —resoplé—. Tengo cosas más importantes que hacer.

—Tu madre quiere conocerla —dijo de pronto, mirándome por encima de sus lentes.

Me detuve por un segundo. No respondí. Solo seguí caminando hacia la salida como si no hubiera oído nada.

—Hace rato te busco. ¿Qué fue lo que ocurrió esta mañana? Nadie me cuenta nada. ¿De verdad te casaste con esa jovencita? ¿Fue para hacer sufrir al señor Beltrán? ¿Tanto lo odias?

La voz de Jacobo me siguió hasta el elevador. Apenas salí, me topé con el mismísimo señor Beltrán. Nuestros ojos se cruzaron. Ahí estaba el desprecio, el odio mutuo, intacto.

—Señor Beltrán, buenos días —dije con frialdad.

—Jacobo —respondió él, con una sonrisa diplomática que no le creí ni por un segundo.

Jacobo lo siguió con la mirada mientras se alejaba.

—Se supone que ahora son suegro y yerno, y ni los buenos días se dieron. Por un momento creí que se irían a los golpes. Ese hombre de verdad te odia.

—Es mutuo.

—¿Y dónde está la cuñada?

—¿Qué te importa?

Subí a mi auto con rabia, y Jacobo se metió del lado del copiloto.

—Última pregunta: cuando mi cuñada venga contigo, ¿yo me subo adelante o atrás? Para saber cuál es mi lugar…

—Tu lugar será en la carretera, cuando te saque de mi carro por hacer preguntas estúpidas.

—Por lo que veo, el matrimonio te sienta bien. Y eso que apenas llevan unas horas. No me digas que la embarazaste y por eso te obligaron a casarte.

Ignoré su comentario. Llegamos a la empresa donde me esperaba el señor Mauricio. Le entregué los papeles que me había solicitado.

—Gracias, Santiago —me dijo, y se marchó.

Jacobo desapareció como siempre. Se escabulle sin avisar, y regresa cuando le da la gana.

—Señor Santiago, afuera está su suegra. Dice que quiere hablar con usted —me informó Mirna con algo de nerviosismo.

Suspiré. Justo lo que me faltaba. Al menos la señora Beltrán es más accesible que el marido.

—Que pase.

Entró con una sonrisa tranquila.

—Hola, Santiago. Buenos días.

—Buenos días, señora Beltrán.

—No pienso quitarte mucho tiempo. Sé que estás ocupado. ¿Cómo está mi hija?

—Creo que bien. Esta mañana la escuché hablando por teléfono. Puede llamarla si desea. Ella puede ir a visitarlos cuando quiera… No es como si estuviera secuestrada.

—Dime, Santiago. ¿Te llama la atención?

—¿Qué quiere saber? ¿Si me atrae como mujer? —respondí con frialdad—. No.

Ella asintió con una expresión apagada, pero digna.

—No se preocupe. Tendré la mínima interacción posible. A todos nos conviene que estos dos años pasen rápido.

—Sabes que, en estos casos, hay eventos donde deben presentarse juntos. Pronto se publicará la noticia del matrimonio.

—Lo sé. Pero mientras no sea necesario, no sucederá.

—No te quito más tiempo. Cuídate… y cuídala —dijo, antes de marcharse.

Me quedé solo, molesto conmigo mismo. Nadie me obligó a meterme en este lío. Nadie… más que yo. Nunca debí volver.

Me levanté y caminé hacia el ventanal, cuando Mirna regresó.

—Señor, creo que debe ver esto.

Dejó una revista sobre mi escritorio y salió. La tomé.

"Uno de los galanes más perseguidos ya fue atrapado… nada más y nada menos que por Alva Beltrán."

La portada tenía una foto nuestra, y el título en negritas parecía una burla. Mi celular vibró. Era mi abuela.

—Ese es mi regalo de bodas, ¿te gustó?

—Así que te divierte esto…

—No, bueno… te dejo. Le llamaré a Alva para saber si le gustó. No creo que te moleste que diga que fue idea tuya.

Colgué sin responderle. No tenía caso discutir con ella.

—Señor Santiago, acaba de llegar una invitación para esta noche —informó Mirna, entregándome un sobre.

Lo abrí. René Castro. Perfecto. Justo el tipo de noche que no quiero tener.

Tomé mi maletín, salí de la empresa y manejé hacia la universidad. Al llegar, me quité el saco, lo dejé sobre el asiento y me recosté en la puerta del auto, arremangándome con calma, lentes oscuros y la paciencia justa.

—¿Señor Santiago? ¿Usted recogerá a la señorita Alva hoy?

Era el chófer que Beltrán había enviado. Asentí.

—Solo por hoy.

—Me retiro entonces.

Lo vi marcharse. Al menos Beltrán sabe contratar personal competente.

Poco después, la vi salir. No me había visto aún. Caminaba riéndose con sus amigas. De pronto, un joven se acercó y la abrazó por los hombros. Ella sonrió. Cómoda. Cercana.

¿Qué carajos es esto?

Sus amigas se despidieron, y vi al muchacho —Patricio— marcharse molesto. Ella se quedó viéndolo, confundida.

—¿Peleando con el novio? —le solté, sin pensar.

—No es mi novio. Es un amigo —respondió secamente.

—Vamos. Tengo prisa.

Caminamos entre las miradas curiosas. Le abrí la puerta del coche y, cuando entró, la cerré detrás de ella. Subí por mi lado, encendí el motor, y pude sentir su mirada sobre mí.

En un semáforo, la escuché suspirar. De pronto, sonó música del estéreo del auto.

—Espero que no te moleste. Conecté mi celular. No me gustan los silencios.

No dije nada. Seguí manejando. Comenzó a cantar bajito. Estaba por apagar la música cuando mi mano se adelantó a la suya… justo cuando una voz femenina habló a través de la bocina.

> "Sí me molesté, y mucho. Santiago es un desgraciado al que no le importa nadie. Y tú, que dices que es solo un contrato, metiste más que un pie. No puedo evitar los celos… sabiendo que lo único que te detiene es que..."

La llamada terminó. Ella retiró su mano, tensa, sin mirarme. Siguió viendo por la ventana, apretando el celular entre los dedos.

Llegamos a una tienda donde suelo encargar trajes para eventos. Yo me fui directo al área masculina, elegí varios trajes, y justo cuando terminaba…

—Su esposa lo manda a llamar.

Una de las empleadas me guió hasta la sección de damas. La vi de espaldas, intentando subirse el cierre de un vestido de noche.

—¿Señorita? ¿Puede ayudarme?

Me acerqué sin decir palabra y tomé el cierre, subiéndolo lentamente. Me detuve un segundo de más… observándola.

—¿Le aviso a mi esposo? —dijo de pronto, dándose la vuelta.

Tropieza.

La sostengo por la cintura.

Quedamos demasiado cerca.

Y por un segundo, lo olvido todo.

1
Tinmey
EL SUFRE POR ELLOS Y NO ENTIENDE PORQUE LO DEJARON SOLO CON SUS ABUELOS , SI LA MADRE LE PUEDE EXPLICAR, SANARA SUS HERIDAS Y SU CORAZON ,Y PODRA TENER HIJOS EN PAZ, NO SE METE POR METICHE ,ES QUE LO AMA Y NO QUIERE QUE SIGA SUFRIENDO. AHORA ENTIENDEN????
Tinmey
/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Tinmey
JAJAJAJAJAJA, ME REVUELCO DE RISA ,,,, DALE DURO ALBA YA ES TUYO./Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Tinmey
YA EMPEZARA A MANIPULAR ELLA A TODOS,,, YA LO VERAN.
Tinmey
ASI SE HACE ALBA, YA PROBO LA MIEL AHORA QUE LUCHE POR TENERLA OTRA VEZ, LES DIJE QUE ERA ASTUTA, YA VA A EMPEZAR A SACAR LAS UÑAS , Y EL VA A QUEDAR TODO ARAÑADO , PIDIENDO MAS.
Cecily~★
Jodete por chismoso! >:y jajaaj
Cecily~★
jajajaj Jacobo es Simpsoniano? 🤣❤️
Yrsi Diaz
Me encantó tu historia, todos los personajes, hasta un poco cómics, un consejo para todas las lectoras que están embarazadas nunca pongan en riesgo su salud, hay que tomar decisiones acertadas, gracias por compartir tu novela, te deseo mucho éxito.
AnaPe
Hermosa 🥰🥰🥰🥰🥰🥰
IsaCris
Estoy leyendo tus obras y son hermosas y está no se quedo atrás, excelente autora, me encantó ❤️❤️❤️🙏🫂, el amor supera todo, y está preciosa pareja lo logró....🙏🙏🙏
Frida Escobar: Muchas gracias por su apoyo ojalá y pueda apoyarme con la que estoy escribiendo en estos momentos.
¡Un CEO! ¿de padrastro?
total 1 replies
IsaCris
Dale gracias a Dios chica, Dios te regalo tres 🤰hay miles de mujeres que quieres ser mamitas y no pueden....tu fuiste bendecida...🙏🙏🙏
IsaCris
Hay Dios ya hasta nos da risa....😁😁😁
Jeannette Mariñan Camus
excelente escritora. Disfrute mucho todas tus historias, volveré a leer las. sigue escribiendo lo haces genial 😃
✨@W🤩
🤣 Haber cuanto te dura, apenas empiecen los celos ya caíste
Bleidys Marcela Sanchez
jajaja jajaja jajaja jajajaja caprichoso como el papá y la mamá
fedra paublott
aquí voy con de estás maravillosas novelas
Margelis Izarra
a esa muchachita todo el mundo la maneja: el papá, la abuela, el Santiago, el Patricio , las amigas...espero que cambie porque se vuelve tediosa
Nena
Niña después que matas al tigre le tienes miedo al cuero, aguante su pela🤭🤭🤭
Patricia Hermosillo
Golosa, quiere recuperar el tiempo perdido
Patricia Hermosillo
Jajaja ahi si las pudo mover
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