Juro Nunca Amarte

A media noche ese insecto entró a mi habitación muy borracho, Santo Dios me puso la piel de gallina, entró como un delincuente dando un patadón a la puerta de mi habitación.

Abrí mis ojos abruptamente y me senté a prisa sólo para ver que se acercaba casi a rastras hasta mi cama.

"¡Qué estás haciendo aquí!" Bramé enojada sin dejar de cubrir mi cuerpo ya que me había quitado el maquillaje.

"Vengo a dormir con mi mujer".

Respondió el sinvergüenza y se quitó el saco y lo arrojó al piso.

"¡Estas loco!, esto es sólo una farsa".

"Eres una niña mala" exclamó sin dejar de darme golpecitos en mi frente con sus dedos "Me avergonzaste frente a todos, eres realmente estúpida". Soltó una sonrisa burlona cargada de frialdad.

"Idiota", solté mi mano y le di una bofetada. Si pensaba que seguía siendo la chica sumisa y tonta de antes estaba soñando despierto. No iba permitir que este individuo hiciera de las suyas.

Sus ojos se pusieron rojos de la cólera y me tomó del brazo.

"No te atrevas a hacer esto, de lo contrario te irá muy mal".

"Suéltame, estas borracho". Me solté de su agarre y me puse en pie.

Felizmente las luces estaban apagadas y la iluminación de la habitación era tenue, de está manera no vería mi verdadero rostro.

Como estaba tan borracho de seguro que ni cuenta se daría, y eso me alivio, pronto se tumbó en la cama rendido.

Luché por ponerlo en pie y lo llevé directo a la ducha.

"Oye que haces" Balbuceó casi dormido.

"Querido, tu esposa es tan cuidadosa que quiere aliviar tu borrachera".

Dije con maldad y abrí el grifo de agua fría y vi como se retorcia de frío en el piso.

"¡Me muero de frío!, exclamó casi ahogándose, luchado por ponerse en pie.

Esto lo estaba disfrutado. Obvio que no moveria ni un dedo para ayudarlo, el seguía mojándose bajo la regadera y yo me miraba la manicura con indiferencia.

Después de unos 10 minutos fingí socorrerlo.

"Querido, como puedes ducharte con agua fría, puedes coger una neumonía"

Dije irónica haciendo una mueca sin dejar de sonreir. Lo tomé del brazo y lo llevé al sofá, no dejaba de temblar y aferrarse a mi.

Lo tumbé en el sofá y me metí a dormir, me importaba un bledo su estado.

Los rayos del sol atravesaron las cortinas despertandome, mire el despertador y marcaban las 7 de la mañana, giré para ver a ese tonto y parecía profundamente dormido.

Me levanté a prisa y me meti a la ducha luego me puse mi supuesto disfraz de Betty la fea. Ya lista caminé hacia el y le di unas pataditas en la pierna.

"Hey despierta".

No abrió los ojos ni se movió y eso me alarmó.

'¡Santo Dios, ¿A caso se me pasó la mano? ¡Lo maté!'

Me apresuré a tocar su cara y estaba ardiendo en fiebre.

"Maldición, ¡Por que te enfermaste! eres una nena, ¿Qué no tienes pinta de macho fuerte?!."

Lo regañé con la preocupación recorriendome.

"Perdón no quise hacerlo" Balbuceó entre sus delirios y apretó mi mano. Sus manos en las mias me producían una sensación de nervios asi que me los quité de encima.

"¡Demonios que hago!, ¿Aviso a su Madre?, Seguro está con resaca y sigue durmiendo como piedra".

Supuse, Ya que la supuesta suegris estaba tan feliz como mis padres que se metieron todo el vino.

Corrí por una toalla y un tazón de agua para bajarle la fiebre. Desbotoné su camisa y su pedazo de carne bien duro salió a la vista, sus músculos lucían bien marcados y llamativos que inconscientemente trague saliva.

"No es momento que me seduzcas, además eres realmente feo que no me produces nada", le dije con coraje, pasándole paños de agua fría por el cuerpo"

La suerte no estaba de mi lado, quien iba imagínar que le salvaría la vida a ese desgraciado, ¿Mejor lo hubiese dejado morir? , No No No, no soy tan diabólica, aunque se lo merezca no soy ese tipo de persona.

Pasé la toalla por todo su rostro y me detuve por un segundo para contemplarlo, no se porque hice eso. Ese hermoso y perfecto rostro lucía malditamente atractivo a pesar de estar enfermo. Tenía tantas ganas de arruinar ese rostro hechizante que me volvió loca hace 10 años atrás.

"¿Que haces?".

De pronto abrió los ojos, y yo me quedé sin habla apretando la toalla sin dejar de ver sus ojos color esmeralda, no me esperaba que despertara y eso me tomó desprevenida. Al parecer volvió en si.

"Estoy salvando tu vida", respondí muy segura, desviando mi mirada con indiferencia.

{Perspectiva de Daniel}

La cabeza me iba a estallar junto con todo mi cuerpo , me dolía absolutamente todo, como si un tren me habria pasado por encima.

"¿Qué me pasó?" Pregunté confundido, ya que esto no se trataba de una simple resaca, mi cuerpo estaba muy caliente y tenía la boca seca, estaba tan sediento como si hubiera atravesado un desierto.

"¿A caso no te acuerdas de lo que te pasó?", preguntó la fea, estaba un poco nerviosa.

Aunque quisiera recordarlo me resultaba imposible, ayer bebí como loco, quería olvidar hasta mi nombre, estaba tan furioso por todo lo bochornoso de la estúpida boda, y la humillación que tuve que pasar por culpa de esa fea. Soy un hombre que jamás se disculpa ante nadie pero ayer dañaron mi orgullo en público.

"¿Eres idiota?, es evidente que no, ¿Por que crees que te estoy preguntando?". Escupí furioso, su sola presencia me irrita.

{Perspectiva de Katty}

Mejor hubiera dejado que se muera esa bestia indolente, tenía tantas ganas de abofetearlo en ese instante.

"Ayer te pusiste como un loco, al parecer algo hizo corto circuito en tu cerebro y empezaste a actuar como un psicópata, empezaste a bailar, modelar como una señorita, y a gritar eufórico, entre otras cosas vergonzosas más, y por último insististe en meterte a la ducha porque dijiste que eras la Sirenita. Obvio que te enfermaste por el chapuzón".

Su rostro se tornó en sopresa y se disimuló tosiendo.

"¿Esperas que te crea?".

"Bueno usted pidió que le diera una explicación a su estado y eso fue lo que pasó, ahora si no me cree es su problema".