MI PEQUEÑA ESPOSA༆

           Al Día Siguiente

  ༺ Narra : Ignacio ༻

Me encontraba sentado en mi despacho, reflexionando sobre diversos asuntos, aunque uno en particular requería mi atención. En ese instante, Leopoldo, mi amigo y confidente, interrumpió mi tren de pensamientos.

—¿En qué piensas con tanta intensidad? —me preguntó, con una mirada curiosa y algo preocupada.

Me inclinè hacia adelante, apoyando mis brazos en el escritorio, mientras intentaba ordenar mis ideas.

—Estoy considerando algunas ideas —respondí, observando la inquietud en sus ojos—. No te inquietes, no es nada de lo que debas preocuparte.

Leopoldo me miró con escepticismo, así que opté por cambiar de tema.

—Dime, ¿Isabel tiene pareja actualmente?

Hubo un breve momento de indecisión en su rostro antes de que respondiera.

—Bueno, sí, había alguien, pero terminaron su relación. ¿Por qué lo preguntas? —comentó, algo confundido.

Mi entusiasmo aumentó al escuchar su respuesta.

—Muy bien, ¿qué te parecería considerar el matrimonio entre nuestros dos hijos?

Leopoldo frunció el ceño, visiblemente confundido.

—¿Te refieres a Frederick y Giselle?

Negué con un gesto de la cabeza.

—No, me refiero a Alejandro e Isabel.

La sorpresa se reflejó en su rostro.

—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? ¿Casar a Alejandro con mi pequeña? Debes recordar que tu hijo le lleva once años, ¿verdad? Aparte de eso, Alejandro estuvo comprometido con Giselle; su compromiso fue público y no han disuelto la relación de manera formal.

Levanté la mano para solicitar un momento de atención.

—Solo piénsalo, Leopoldo. Creo que este matrimonio podría ser exitoso. Además, sería muy beneficioso para ti, ¿no lo crees?

Leopoldo parecía reflexionar sobre mi propuesta, aunque vaciló por un instante.

—Sí, tienes razón. Sin embargo, como pudiste observar en la cena, no parecían llevarse muy bien. ¿Qué estrategia emplearemos para que puedan casarse?

—Permíteme quedarme con Alejandro —repliqué de manera inmediata—. Tú encargarte de Isabel. Su actitud parece ser bastante sensata, así que no tengo dudas de que aceptará. Solo asegúrate de explicarle toda la situación. En el instante en que surjan complicaciones y no consigan establecer un vínculo sólido, tendrán la opción de divorciarse en el momento que deseen.

Leopoldo asintió con la cabeza, pero su expresión continuaba exhibiendo cierta resistencia.

          ༺ Narra : Leopoldo ༻

Después de un rato, la charla que había tenido con Ignacio concluyó. Al despedirme de él, sentí una extraña mezcla de confusión y curiosidad que me impedía pensar con claridad. Subí al coche, y el conductor comenzó a manejar en dirección a nuestro hogar.

Cuando finalmente llegué, vi a mi esposa inmersa en su trabajo, concentrada en tomar notas. Me acerqué a ella con cautela, y aunque estaba absorta en lo que hacía, me preguntó sin levantar la vista de sus apuntes:

—¿Cómo te fue?

—Muy bien —respondí, titubeando un poco antes de continuar—. Ignacio me propuso algo.

Finalmente, me acerqué un poco más y le compartí la idea de casar a Isabel con Alejandro. Carmen alzó la vista, interrumpiendo momentáneamente su actividad.

—¿Proponer el matrimonio de Isabel con Alejandro? —preguntó, visiblemente sorprendida—. No estoy segura de qué pensar al respecto... En principio, podría resultar adecuado. Alejandro es un buen chico. Puede dar la impresión de ser distante, pero en realidad es una buena persona. Sin embargo, la decisión debe recaer en Isabel. Además, debemos considerar a Giselle. ¿Qué opinas que sucederá cuando se entere de que su ex prometido va a casarse con su hermana? Sin duda, eso la molestará considerablemente.

Durante nuestra conversación, escuché unos pasos que se aproximaban. Al voltear, vi a Isabel descendiendo las escaleras. La llamé.

—Hija, ven un momento. Siéntate aquí.

Hice espacio a un lado para que pudiera tomar asiento. Isabel me miró con expresión de confusión.

—¿Qué ocurre, papá? —preguntó ella.

Aproveché la oportunidad para indagar.

—Hija, ¿cuál es tu opinión sobre el matrimonio?

El ambiente se volvió tenso, pero estaba decidido a conocer su opinión. Isabel me observó fijamente, como si estuviera considerando cuidadosamente sus palabras.

—Bueno, considero que el matrimonio es un asunto serio. No se puede tomar a la ligera —respondió con un tono reflexivo—. Pero, ¿por qué me planteas esa pregunta?

Carmen y yo intercambiamos miradas, conscientes de que la conversación apenas estaba comenzando.

—He estado reflexionando sobre un asunto —comencé, sintiendo que era propicio para abordar el tema de Alejandro—. ¿Qué opinas sobre la posibilidad de casarte con Alejandro?

Isabel frunció el ceño, visiblemente desconcertada.

—¿Alejandro? De ninguna manera, es demasiado arrogante. Además, es el ex prometido de Giselle; ella me detesta y no deseo complicar mi situación aún más.

—Isabel, solo queremos que consideres lo que Ignacio sugirió. Es una opción, pero la decisión final es tuya.

—No estoy segura... Es una decisión importante y necesito tiempo para reflexionar.

—Por supuesto, hija —respondí con amabilidad—. Tómate todo el tiempo que consideres necesario. No obstante, ten en cuenta que a veces las oportunidades no se presentan dos veces.

         ༺ Narra: Alejandro ༻

𓊈La propuesta 𓊉

Me encontraba en mi oficina, contemplando el paisaje desde la ventana, cuando mi padre entró con una sonrisa que no auguraba nada positivo.

—Alejandro, necesito discutir algo importante contigo —anunció, cerrando la puerta detrás de él.

—¿De qué se trata, padre? —pregunté.

—He llegado a un acuerdo con Leopoldo —su tono era serio, casi triunfante.

—¿Con Leopoldo? ¿Qué clase de acuerdo se está gestando? —fruncí el ceño, una sensación de inquietud empezaba a invadirme, presintiendo que algo no estaba bien en esta situación.

—Considerando que no puedes contraer matrimonio con Giselle por diversas circunstancias, hemos tomado la decisión de que debes evaluar una alternativa.

—¿Otra alternativa? ¿De qué se trata? —mi voz adquirió un tono tenso, mientras la incomodidad crecía dentro de mí.

—Isabel. —La firmeza en su mirada no dejaba lugar a dudas.— Nuestro deseo es que ustedes dos se unan en matrimonio.

—Definitivamente no. —Lo interrumpí, sintiendo una renovada determinación que me hizo enderezarme en mi silla de ruedas. —Con todo el respeto que te mereces, padre, pero estás completamente equivocado. ¿Qué te lleva a pensar que yo, en mi sano juicio, querría casarme con la hermana de la mujer que me traicionó de la manera más dolorosa?

—Escucha, Alejandro. Isabel es una candidata excepcional. Proviene de una familia sólida y podría aportar mucho al negocio familiar.

—¿Aportar? ... Es una niña consentida... Solo es una cara bonita.

—Te ofrezco el control total de la empresa —declaró, sin rodeos.

—¿Control total? —repetí, sintiendo una sorpresa que me dejó momentáneamente aturdido.

—Así es. Si decides casarte con ella, te otorgaremos la dirección completa de la compañía. Y si después de dos años no logran establecer un amor verdadero, tendrán la opción de divorciarse.

—Dicho esto, me parece bien. Acepto —respondí con determinación.

—¿De verdad? —Su expresión cambió drásticamente, mostrando una sorpresa palpable.

—Sí, contraeré matrimonio con Isabel.

ᥬ Se trata de una oportunidad invaluable que no puedo dejar escapar. Al tomar las riendas de la empresa, tendré la capacidad de detectar con mayor efectividad las irregularidades y el manejo irresponsable de los recursos financieros que están siendo perpetrados por los otros socios y por Frederick. Esta posición me permitirá tener una visión más clara de las operaciones internas y, por ende, podré intervenir de manera oportuna para corregir cualquier situación desfavorable que comprometa la integridad financiera de la compañía. ​᭄