Megan es expulsada de su manada luego de que la guerra entre clanes comenzará dejando muerte a su paso, ella viendo la indiferencia de su pareja decide irse llevando en su vientre el legado y la dependencia de quien se convertirá en el líder de su clan. Un nuevo amor podrá borrar las viejas heridas o una guerra todavía peor comenzará.
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El hada protectora de Megan.
Suéltame ahora mismo.
- Claro que no, mira lo que tienes aquí escondido. Sabes siempre me gustaste mucho y creo que antes de llevarte de regreso nos vamos a divertir un rato. Después de todo en este estado ya no eres tan salvaje y más cuando tu propio macho te abandono.
Le doy un puñetazo cerrando su asquerosa boca mientras intento escapar, su mano en mi tobillo hace que caiga para luego arrastrarme por la nieve. - Zorra no cambias nunca, pero te va a gustar ya lo verás.
- AYUDA.. Alguien por favor ayúdeme. - Me duele la barriga por los golpes recibidos y no puedo defenderme, maldición porque mi cuerpo no reacciona.
- Siente mis feromonas, pronto estarás mansa como una gatita.
Con mis últimas fuerzas lo pateo en el abdomen para liberarme de su brutalidad, sus asquerosas feromonas están debilitándome todavía más, si no escapó ahora todo acabo para mí.
- Te enseñaré a respetar a un macho.
Un fuerte golpe me deja sangrando de la boca, tengo la vista nublosa, pero no me rindo, lo arañó en el rostro cuando su cuerpo cae sobre el mío sin previo aviso.
- ¿Megan estás bien?
- Eres el hada...
Pierdo el conocimiento aunque puedo reconocerlo a la perfección, ese aroma ya lo tengo impregnado en mí.
La levanto y la llegó a su casa, es increíble ver lo salvaje que pueden llegar a ser algunos idiotas y tratar así a una hembra embarazada.
- Orión encárgate de esa basura.
Corro lo más rápido posible y Noha nos recibe asustada. - ¿Qué le pasó? Porque huele a sangre.
- La atacaron.
- ¿Quién?
- Alguien de su misma manada.
- Malditos desgraciados intentaron lastimarla, puedo sentir las feromonas de ese macho en ella. El bebé, Nodal tienes que ayudarla o el niño morirá.
- ¿Cómo la ayudo?
- Abrázala y deja que tus feromonas tranquilicen sus sentidos.
- Está bien.
La tomó con cuidado entre mis brazos y comienzo a liberar feromonas, Megan se aferra a mí entre quejidos de dolor. Ese macho planeaba abusar de ella y uso una dosis muy fuerte haciendo que sus sentidos entrarán en shock debido a su embarazo.
- El padre del cachorro tendría que hacer esto, yo no soy de ayuda. Me rechaza.
- Tranquilo, aguarda y verás.
Poco a poco Megan deja de luchar y se deja vencer por completo, su respiración vuelve a la normalidad al igual que su pulso.
- De no ser por ti ella habría parido antes de tiempo, el bebé ya se tranquilizó y la madre también.
- Como es esto posible Noha.
- Es el destino, ese niño ya te reconoce como su familia. ¿Dime ahora si tú estás listo para aceptarlos a ellos como tal?
Una hembra de la tribu contraria con una marca, una mujer abandonada y en espera de un cachorro. - Esto terminará de arruinar mi reputación. Será divertido ver que dirá ella y todo su asqueroso clan.
Su cuerpo está hirviendo y su aroma se combina a la perfección con el mío, como si eso fuera poco el bebé en su estómago no deja de moverse. Veo llegar a Orión cubierto de sangre, tal parece que ya termino su comida.
Horas después:
- Me duele la cabeza y la espalda... Desde cuando Noha tiene brazos tan musculosos.
Un recuerdo pasa por mi cabeza y abro los ojos asustada al recordar lo sucedido, me quedo inmóvil temiendo lo peor. Deslizó despacio mi mano hasta llegar a mi bolso y tomó el cuchillo. Sus brazos me tienen bien agarrada y aun así logró quitármelo de encima.
Maldito cerdo te voy a matar ahora mismo. Antes de lograr cortar su garganta me sujeta fuerte de ambas manos.
- Sí que eres rápida, un segundo más y no la cuento.
- Desgraciado muérete.
- ¡Megan soy yo!
Es la primera vez en muchos años que alguien me toma con la guardia baja y llega tan lejos como para poner un cuchillo en mi garganta. Esta mujer sin dudas es única.
- ¿Tú?
- Si mírame soy el hada.
Por fin deja caer el cuchillo y se sienta junto a mi algo nerviosa. - Perdóname, pensé que eras..
- ¿El macho que intento abusar de ti en el prado?
- Me salvaste aun cuando no tenías que hacerlo me ayudaste. ¿Por qué?
- Eso quiere decir que recuerdas todo, que alivio no soy de los que les gusta explicar las cosas dos veces y tampoco soy tan cruel como para ver está clase de actos y no hacer nada.
- Gracias por eso y por esto.. Por todo.
- Mira de ahora en adelante cuando quieras salir a pasear hazlo en el territorio de la luna. En ese lugar nadie te podrá poner un solo dedo encima si es que quieren mantener la cabezas en su lugar.
- Pero porque eres tan amable conmigo.
- Digamos que me recuerdas a alguien y en ese momento yo no la podía ayudar, pero ahora puedo remediar eso contigo.
- ¿Cómo te llamas?
- Tú puedes decirme hada protectora.
Siento como mis mejillas arden de vergüenza al recordar todas las veces que le he dicho hada y lo peor es que él lo sabe.
- Ya me tengo que ir, recuerda pasear únicamente en el territorio de la luna. Estos días hay mucho movimiento y sé que no eres de las que se queda quieta así que ten cuidado.
Así sin más lo veo ponerse su abrigo y salir seguido de su enorme mascota, si no fuera por ellos dos yo ahora estaría muerta.
- Megan porque estás llorando mi niña.
- Lloro del coraje que siento, Noha. Ese desgraciado me lastimó y yo no pude defenderme sola.
- No es tu culpa, justo ahora eres muy vulnerable, pero eso no te hace débil.
- Sabes en su mirada vi decepción porque no estaba muerta, todos en mi tribu ya esperaban que no existiera. Yo como tonta guardaba la esperanza de que al menos alguien rezara por mi seguridad.
- No llores, ellos son los que pierden.
Los odio a todos, ojalá llegue el día en que los pueda volver a ver a los ojos y descargar está rabia que me consume.