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Tronos Y Guerra: El Aniversario De Las Cuatro Tierras

Tronos Y Guerra: El Aniversario De Las Cuatro Tierras

Status: Terminada
Genre:Acción / Aventura / Completas / Venganza / Futuro / Sci-Fi Futurista / Villano
Popularitas:846
Nilai: 5
nombre de autor: Andrés JC

El centenario del Torneo de las Cuatro Tierras ha llegado antes de lo esperado. Para conmemorar los cien años desde la creación del brutal torneo, los Padres de la Patria han decidido adelantar el evento, ignorando las reglas tradicionales y usando esta ocasión para demostrar su poder y someter aún más a las Nueve Ciudades.

Nolan, el mejor amigo de Nora, ha sido elegido para representar a Altum, enfrentando los peligros de las traicioneras tierras artificiales: hielo, desierto, sabana y bosque. Nora, consciente del destino que le espera a Nolan, no está dispuesta a permitir que se repita la misma tragedia. Junto a la rebelión, buscará acabar con los Padres de la Patria y poner fin a la dictadura de las Cuatro Tierras.

El reloj avanza, el torneo está a punto de comenzar, y esta vez, el objetivo de Nora no es solo salvar a Nolan, sino destruir de una vez por todas el yugo que ha esclavizado a las nueve cuidades

NovelToon tiene autorización de Andrés JC para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El creador

Nora estaba lista para partir en su misión más peligrosa hasta la fecha. El plan era infiltrarse en la ciudad principal, donde se encontraba la base de los Padres de la Patria, y colocar explosivos en puntos estratégicos para desestabilizar el régimen. La misión era arriesgada, y el margen de error, inexistente. Tenía una semana para llevar a cabo su cometido, pero ni siquiera sabía cómo empezar. La ciudad estaba bajo una estricta vigilancia, y cada paso en falso podría ser su fin. Nora sentía una mezcla de nervios y determinación, aunque trataba de no mostrarlo.

Mientras guardaba el último de los suministros en su mochila, Eli, dio un paso adelante , se acercó a ella con una mirada que combinaba preocupación y afecto.

—Oye, Nora, cuídate. Si ves que la situación se pone fea o sientes que te están vigilando, dímelo. Iré a buscarte de inmediato, ¿entendido? —dijo Eli con voz firme—. Eres mi hermana y te amo. No quiero que te pase nada.

Nora sonrió, intentando tranquilizarlo. Sabía que Eli siempre había sido protector con ella, pero esta vez, ella era la que debía asumir el riesgo.

—No te preocupes, Eli. Yo estaré bien. Haré lo posible por ser más que una simple esperanza —respondió, con un tono firme que intentaba ocultar el miedo que sentía en el fondo.

Antes de que Eli pudiera decir algo más, Sora, con la. Cual había tenido ya varias discusiones , se unió a la conversación. Sus ojos eran duros, acostumbrados a la guerra y la estrategia.

—Recuerda, Nora, mantén la calma si te encuentras en peligro. Y si ves que están transmitiendo algo sobre Nolan en las televisiones, no pierdas la cabeza. No hagas nada que pueda delatarte. No podemos permitirnos el lujo de fallar en esta misión —dijo Sora, con la voz cargada de seriedad.

Nora apretó los labios, sintiendo que sus palabras eran más una orden que un consejo.

—Sí, ya lo sé —respondió de forma cortante, sin poder evitar que un toque de resentimiento se filtrara en su voz. Le molestaba que Sora siempre le diera instrucciones como si fuera una niña pequeña.

Eli, consciente de la tensión, se apresuró a intervenir.

—Nora, no seas así. Sora solo está preocupada, igual que yo. Por favor, no lo tomes a mal.

Nora dejó escapar un suspiro pesado y decidió cambiar de tema, tratando de desviar la conversación.

—¿Cuándo entrarán en acción Lara y Marcos? Hace tiempo que no sé de ellos. Extraño a Lara —dijo, intentando que su voz sonara más relajada.

Eli bajó la mirada por un momento, y luego respondió con un deje de nostalgia en su voz.

—Si tú la extrañas, imagínate yo… Pero no es el momento de pensar en eso. Ahora tenemos que centrarnos en tu misión. Vamos, te llevaremos al vehículo. No podemos arriesgarnos a enviarte en helicóptero. Los guardias de los Padres de la Patria podrían verte, y perderíamos la ventaja del sigilo —explicó, indicándole con un gesto que lo siguiera.

El vehículo que utilizarían era una camioneta blindada y envejecida, con el exterior cubierto de barro y polvo, perfecta para pasar desapercibida entre los numerosos transportes de la ciudad. El viaje sería largo, al menos cinco horas si no encontraban ningún contratiempo en el camino. Eli tomó el volante, mientras Nora se acomodaba en el asiento del copiloto, mirando por la ventana con una mezcla de ansiedad y determinación.

La carretera se extendía frente a ellos, una línea interminable de asfalto que se perdía en el horizonte. Nora observaba los paisajes que iban quedando atrás: campos desérticos y pueblos abandonados, recordatorios de un pasado mejor y de un presente sombrío. El silencio entre los dos era incómodo, hasta que ella decidió romperlo.

—¿Crees que las pruebas sean iguales a la última vez? —preguntó, sin apartar la vista del paisaje que pasaba rápidamente.

Eli tardó un momento en responder, como si evaluara sus palabras con cuidado.

—No podría decirte con certeza —comenzó—. La última vez, cambiaron varias cosas. Por ejemplo, la segunda prueba, la del canto del sinsajo, fue idea mía. La diseñé para que fuera un poco más sencilla que las pruebas de años anteriores. Cuando yo participé, esa prueba consistía en un juego de estrategia, mucho más complicado.

Nora lo miró con sorpresa.

—Siempre me he preguntado cómo lograste convertirte en uno de los Padres de la Patria. Nunca me lo contaste en detalle.

Eli esbozó una sonrisa amarga y se encogió de hombros.

—No fue tan difícil como parece. Me gané su confianza en las pruebas, y luego comencé a sugerirles, en secreto, nuevas ideas para el torneo. Al final, les gustaron mis propuestas, y así fue como terminé en ese lugar antes de abandonarlo —dijo, su voz cargada de ironía.

—¿Y por qué elegiste la canción del sinsajo para la segunda prueba? —insistió Nora.

Eli hizo una pausa, su mirada se volvió distante.

—Porque me recordaba a casa. Era la canción que nuestra madre solía cantar cuando éramos niños. Me pareció apropiado, de alguna manera, incorporar un poco de ese pasado en las pruebas —explicó, con un dejo de melancolía.

El vehículo continuó avanzando por la carretera, y las primeras luces de la ciudad principal empezaban a hacerse visibles a lo lejos. La oscuridad de la noche estaba cayendo rápidamente, cubriendo el horizonte con un manto negro punteado por las luces artificiales que brillaban como estrellas. Nora sintió un nudo en la garganta y un dolor en el estómago. Sabía que estaba acercándose al peligro, pero también a su destino. Debía hacerlo, por la rebelión, por los que ya no estaban, y por ella misma.

—Esos lugares… Las Tierras Artificiales… son horribles por dentro —dijo en voz baja—. A veces, uno no sabe si sigue en su propio mundo o en una pesadilla.

Eli asintió con un leve movimiento de cabeza.

—Cuando Alexander Snew creó las Tierras, su propósito no era convertirlas en campos de batalla. Quería construir refugios para la humanidad debido a la ola de calor que devastaba la Tierra. Pero el poder corrompe, y lo que alguna vez fue un sueño se convirtió en una pesadilla. Snew vivió el resto de su vida arrepentido por lo que se había hecho con su creación —explicó, su voz teñida de tristeza.

Nora lo miró con curiosidad.

—¿Quién era exactamente Alexander Snew? Nunca había escuchado tanto sobre él.

—Como te dije, fue el creador de las Tierras Artificiales. Su idea original era que la humanidad tuviera varios lugares para vivir en caso de que las condiciones en la Tierra se volvieran insostenibles. Pero la codicia y la corrupción tomaron el control, y las Tierras se convirtieron en lo que son ahora —respondió Eli.

Nora permaneció en silencio por unos segundos, asimilando lo que había escuchado.

—¿Y qué pasó con él? ¿Tiene descendientes? —preguntó finalmente.

Eli se encogió de hombros, su mirada se volvió seria.

—Han pasado más de cien años desde la creación de las Tierras, y contando la edad que tenía Snew en esa época, es casi seguro que esté muerto. Sin embargo, tiene un bisnieto: Alexander Haw, uno de los actuales Padres de la Patria. Él nunca estuvo de acuerdo con que yo formara parte del consejo, seguro debe de estar restregando en su cara a los demás que tenia razón—admitió Eli, con un tono de resignación.

Nora asintió, sintiendo que cada palabra que pronunciaba su hermano la acercaba más a la realidad brutal que enfrentaba. Mientras el vehículo se acercaba a la entrada de la ciudad, su corazón latía con fuerza, sabiendo que lo que la esperaba al otro lado de esas puertas cambiaría su vida para siempre.

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Amai Encinas Rojas
Wow, la verdad no lo he comenzado todavía así que no puedo opinar mucho pero, me gusta esta temática se dice? Parece tipo juegos del hambre, es interesante. Veremos que pasará y cómo será.
Liam O'connor: Si, exacto jsjj
Amai Encinas Rojas: Holi, entonces esta sería la segunda parte ¿cierto?, es para ir a leer en orden 😂.
total 3 replies
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