Mi Ala

Después de la larga batalla, todos los miembros, sorprendidos de estar vivos y con sus extremidades restauradas sin cicatrices, celebraron su victoria y supervivencia.

Alada y Kiay se despertaron después de limpiar la cueva y los escombros dejados por los lobos. El equipo preparó una comida festiva con carne de lobo y papas fritas.

Rimei despertó a Kiay, llamándola líder y ofreciéndole la comida para celebrar la protección de Alada.

Kiay aceptó y respondió: "Nada de eso... ¡Vamos a recoger todas las pieles de lobo de la montaña! ¡Son muy valiosas! ¡Prepárense, agarren cuchillos, cuerdas y bolsas, y bajemos. ¡Podemos celebrar después!"

Rimei intentó intervenir, pero Kiay la interrumpió bruscamente: "¡Sin más demoras! ¡Podrían robarnos nuestras valiosas pieles de lobo! ¡Vamos!"

Kiay se acercó a Alada, pidiéndole ayuda para bajar y recolectar la comida y las pieles de lobo.

Alada, cansada, trató de argumentar: "Kiay, estoy muy cansada y somnolienta. Necesito descansar..."

Kiay accedió: "Está bien, vamos."

Descendieron con Alada cargándolos en su espalda, llegando cerca del lugar de la batalla. Los cuerpos de los lobos bestiales y los buitres que se alimentaban de ellos estaban esparcidos, pero Alada los ahuyentó.

Kiay le pidió a Alada que los protegiera mientras ellos cortaban rápidamente las pieles de lobo.

Después de un día, habían reunido todas las pieles y partes carnosas de los lobos. Recuperaron 93 pieles, 50 patas de lobo, y los huesos restantes fueron llevados para hacer armas, cuchillos y flechas.

Una vez que se habían llevado todo lo importante de los lobos, Alada los cargó de regreso.

"¿Se echará a perder esta carne?" preguntó Ryfer.

"¿Eres tonto? ¿Olvidaste que vivimos en una montaña fría, así que no se echará a perder fácilmente? Además, somos nueve si contamos a Alada, y diez con lo que ella come," respondió Jul.

"No hace falta hablar así," replicó Ryfer.

"Bueno, ahora tenemos pieles para ropa y mantas para los días fríos como este. Será muy agradable tener una manta cálida; no quiero molestarte más, amigo," dijo Kiay.

"Sí, y es genial dormir abrazando a Alada, pero mejor le demos algo de espacio ya que estaba incubando," añadió Rimei.

Alada los cargó de regreso y, una vez que llegaron, se fue a su nido.

"Kiay... No puedo dejar el nido mucho, o mis crías morirán," dijo Alada.

"Lo sé, amiga. Cuando eso pase, nos aseguraremos de que estén bien. Lo siento por cargar tanto contigo. Eres la única en quien puedo confiar," respondió Kiay.

Días después de la confrontación entre los lobos y el grupo de Kiay, lugares distantes comenzaron a notar que los lobos habían desaparecido; ya no había lobos dentro de un radio de 300 kilómetros.

En el Pueblo de la Gran Laguna de los Exiliados,

Hosfast se rió con incredulidad al ver que la joven líder había cumplido su palabra. "Esa pequeña realmente logró matarlos y no dejó escapar a ninguno... Hahaha, nunca soñé que vería este día... ¡Hombres y mujeres, hoy es un día de celebración! ¡Que todas las tribus sepan que los lobos bestiales han sido matados por la joven líder de la tribu Dwiam!"

Parces y Nina estaban asombrados por la noticia. "No puede ser. ¿Lograron matar a los lobos bestiales? ¡¿Cómo?! ¡Solo eran jóvenes y una chica!" exclamó Parces.

"Bueno, tenían un pájaro legendario de su lado. Incluso en pocos números, ella era una calamidad en persona. Con ella, debió ser posible," especuló Nina.

"¿Quién habría pensado que podrían matarlos? Parece que subestimamos a la chica. Oye, chica, quiero unirme a tu tribu; estoy seguro de que me harás útil, a diferencia de ahora," dijo Parces.

"Esta joven es un monstruo por haber matado a los lobos y tener ese pájaro a su lado... ¿Qué te parece si le decimos a la madre de Rimei dónde está?" sugirió Nina.

"Sí, porque no necesita saber que su madre no será sacrificada, ya que el Dios Rojo se está recuperando y durmiendo... desde la última batalla," respondió Parces.

"Al final, incluso el Gran Dios Rojo fue derrotado. ¿Qué era ese pájaro con aspecto de lagarto que respiraba fuego?" preguntó Parces.

"Esos rumores deben ser mentiras. No hay nada de ese tamaño. Ni siquiera existe un lagarto-pájaro gigante," dijo Nina.

"Desde que ella apareció, ya no dudo de nada. Tal vez vino del mismo lugar que ella. Tampoco vimos algo como ella," dijo Parces.

"Eso tendría sentido... ¿Qué más decía el rumor?" preguntó Nina.

"Decía que un pájaro gigante con aspecto de lagarto luchó junto al Dios Rojo con un hombre de hierro humanoide con un escudo. El rumor afirma que lucharon contra ella y la mataron, causando que él ahora esté en hibernación," explicó Parces.

"Este mundo está cambiando demasiado rápido. No sé qué quieren estos seres, pero espero que no sea nada malo," comentó Nina.

Hosfast escuchó su conversación a distancia desde detrás de una pared. "Entonces, ella no es lo único que nunca hemos visto que ha aparecido ahora. Esto suena muy peligroso. ¿Qué pasará cuando el Dios Rojo despierte? Ni siquiera quiero pensarlo."

Fin del capítulo.