Mi Pequeño Principe
Los nervios por mi boda de mañana me tienen desvelada toda la noche, por fin después de cinco años de relación, puedo casarme con el amor de mi vida. Nos conocimos con Franco durante la secundaria y ahora que estamos a punto de terminar nuestras carreras, me propuso ser su esposa, la emoción siento en estos momentos que estoy tan cerca del gran paso, hace que mi corazón salga de mi pecho de tanto latir.
mis padres son dueños de una de las principales empresas de cosméticos del mundo, tienen sucursales por todo el mundo y a miles de empleados bajo su cargo. mis futuros suegros poseen grandes empresas de
productos congelados, también tienen muchas sucursales, aunque quizás no tantos ingresos como los míos, pero eso jamás fue problema para mí, tengo 23 años, estoy a punto de recibirme de contadora y a diferencia de mi hermana espero jamás pertenecer a la empresa familiar. Quiero tener lo mío, ganado con mi propio sudor.
Mi hermana es dos años más chica que yo, pero ella gasta plata como si fuese millonaria, bueno de hecho nuestra familia lo es, pero no sé ganó ningún centavo de todo lo que gasta. Ni siquiera pudo entrar en la facultad sin que mi padre moviera contactos, no entiendo por qué siguen manteniéndola, cumplen sus caprichos como si ella fuese la única hija. Ojo no malinterpreten, no quiero que cumplan nada mío, solamente quiero que le enseñen a valerse por sí misma, porque de seguir así ni siquiera va a poder mantener el negocio familiar.
Me siento en parte rara, a pesar de estar durante tanto tiempo en relación con Franco, jamás tuvimos intimidad, siempre le pedí que esperáramos hasta casarnos, y ahora el pensar que ya mañana en la noche estaremos juntos me da un poco de miedo. Necesito salir de mi habitación, tengo que respirar aire puro, maldita sea la hora que acepte venir a dormir al hotel donde se llevara a cabo la boda. Debería haberme quedado a dormir en mi casa, aunque me calma saber que Franco también está en una habitación cerca de mí, quizás podría pasar a ver si él también está con insomnio igual que yo.
Salgo de mi cuarto y me dirijo al de él, estaba a punto de golpearlo la puerta, cuando unos gemidos desde adentro me frenaron en seco. Abrí despacio casi sin hacer ruido y mi respiración se detuvo. Creo que en todos los años de vida que me queden jamás podré olvidarme de eso. Mi hermana y mi prometido haciendo el amor, el hombre al que amo con mi vida y mi propia sangre ¿qué clase de pesadilla es esta? ¿Pueden acaso ser tan crueles las personas? ¿Me merecía esta traición? Las preguntas se amontonan en mi mente, mientras las lágrimas corren en mi cara.
Son unas mierdas, los dos son unos hijos de puta- les grité haciendo que se sobresalten en su lugar. Podía ver que estaban sorprendidos de que yo estuviese ahí.
Hermana- me dijo Florencia en un susurro.
Giselle, lo lamento, en verdad perdóname- me decía el estúpido de mi ex prometido.
No tienen perdón, ninguno de los dos lo tienen- seguía gritando y llorando de rabia.
No fuiste capaz de satisfacerlo, ni siquiera te entregaste a él y dices que somos mierdas, es tu culpa que él te traicionara, demasiado puritana para semejante hombre- el cambio de actitud de mi hermana me sorprendió, siempre quería lo que era mío, pero rebajarse con un hombre.
Llevo años engañándote con ella, solamente me caso contigo porque eres la primera en la línea directiva de la empresa de tu padre- me confiesa él haciéndome sentir tan poca cosa, en verdad nunca me había amado, todo era por plata ¿cómo pude ser tan estúpida de creerle?
Pues cásate con ella, porque no pienso ir al altar contigo mañana- le digo y me dispongo a retirarme cuando de repente mi hermana me agarra del brazo y me gira para darme de beber algo, el sabor era tan amargo que mezclado con alcohol solamente me quemaba la garganta, escupí todo lo que pude, pero parte de ese líquido llego a bajar por mi garganta.
Solamente pude empujarla, cayó al piso y fue socorrida rápidamente por mi ex, quien entre gritos intento pegarme, pero lo llegué a frenar. Salí tambaleando como pude de esa habitación, mis ojos veían todo borroso, ni siquiera distinguía los números de cuartos, intentaba recordar el 217 en mi mente para no perderme.
Los pasos que iba dando eran tan torpes, hasta trastabillaba con mis propios pies, en varias ocasiones casi caigo de jeta al piso, pero me intentaba agarrar de las paredes. No iba a dejar que nadie me viera así. Ingrese como pude a mi cuarto y cerré detrás de mí la puerta, llegué hasta la cama y me tumbe a llorar, me dolía todo, estaba muy mareada. Nunca me percate de la presencia que estaba a mi lado, ni de que no era mi cuarto. Todo se puso negro en un momento y me dejé llevar, el aliento a mentas cerca de mis fosas nasales, unas manos recorriendo mi cuerpo y un dolor punzante en mi entrada íntima, de mi boca salían ¿gemidos? No sé que intentaba decir, pero después de un rato me dormí.
Desperté cuando la luz del sol me dio directamente en la cara, sentía un dolor de cabeza punzante, me daba vuelta todo. Me incorporé en la cama intentando recordar lo que había pasado la noche anterior, las imágenes de Florencia con Franco en la cama me hicieron llorar nuevamente, pero ese llanto no duró mucho cuando recordé que algo más había pasado. Corrí las sábanas y lo entendí cuando vi esas manchas rojas, ya no era virgen. Preste atención al cuarto, era obvio que no era el 217 ¿dónde demonios me había metido?
Escuche la ducha en el baño, me levante muy rápido a pesar del dolor que sentía, me vestí rápidamente, dejé una nota en la mesa de luz y me fui, tenía que volver rápidamente a mi cuarto.
¿Dónde carajos estabas?- la voz de mi padre ni bien cruce la puerta de esa habitación me hizo erizar todos los vellos.
pa... papa- me giré para verlo, tenía los ojos hinchados de tanto llorar y para colmo la blusa rota.
Tu hermana ya nos dijo que te habías ido con otro hombre, pero el verte salir de un cuarto que no es tuyo a hurtadillas era la prueba que nos faltaba- me dijo con odio - te estaba buscando por todo el hotel, tu madre estaba preocupada-
Florencia te dijo que me fui con otro, esa zorra no te dijo que anoche estaba en la cama con franco- zasss el cachetazo que me dio, hizo que aún me doliera más el corazón, mi padre jamás me había pegado.
¿Te atreves a difamar a tu hermana, cuando te veo con mis propios ojos salir con esas fachas de otra habitación?- me gritaba coléricamente.
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Comments
mariela
Bueno Pitufina me aventuró en esta nueva novela deseando que tengas mucha suerte y éxito.
Franco y Fiorella para de fichitas que creyeron que nunca los iban a descubrir y vino Giselle
Tu padre otro estúpido más que tendrá su karma
2024-03-07
133
Lady-lucyy
....
2024-10-25
1
Estrella Guadalupe Martinez Vera
Que malditos
2024-10-23
1