El está enamorado de su mejor amiga. Ella está a punto de casarse. El día de su boda tiene un accidente y "muere" un año después el se encuentra con una chica que es idéntica a ella.
¿Será la misma mujer o una prima lejada muy parecida.?
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Eres una chica muy dulce
...Nicolás....
Me casé con el alma de una niña. Su actitud me recuerda a alguien, pero no estoy seguro de a quién.
— Amor. ¿Quieres alguna golosina.?
Ya había mucho de eso en nuestra despensa.
— ¿No crees que deberías compra frutas y verduras.?
— Mmm, no. Mamá siempre me hacía comer esas cosas. A mí no me gustan.
— Pues ahora yo haré que las comas. No puedes vivir comiéndo sólo ésto.
— Y yo que pensé que sería más libre cuándo me casará. — Se quejó.
— Ya amor. Es por tú bien.
— ¿Por mi bien.?
— Amor, ¿creés que cuándo estés embarazada podrás comer estás cosas.?
— Supongo que si.
— Tal vez, pero muy poquito.
— Está bien. Me cuidaré.
...Cristina....
Tantos años comiéndo sólo frutas y verduras para que ahora que estoy sana esté hombre venga a prohibirme lo mismo que me prohíben en mi casa.
Todo sea por el bien de mi futuro bebé.
Terminamos las compras y pasamos por una farmacia. El compro una pastilla y una botella de agua.
— Tómatela.
— ¿Es la del día siguiente.?
— Si.
— ¿Enserio te preocupa tener hijos conmigo.?
— No es eso. Ya te dije porqué.
— Bueno. Sólo espero que en tres años si dejes que me embaracé.
— Lo prometo. — Me tomé la pastilla. Sabía horrible. Me quité ese desagradable sabor con una bolsa de Doritos. Son mi chuchería favorita, mi madre me dejaba comerla una ves al mes antes.
Regresamos a la casa y le pedí a Nicolás que me ayudará a cocinar.
— No se cómo.
— Yo tampoco.
— ¿Si no sabes porqué preferiste ir al super y no ir a un restaurante.?
— Quiero aprender. Una buena esposa debe saber cocinar.
— No necesitas aprender.
— No quiero comer comida de restaurante todos los días.
— No será así. Contrataré a una cocinera. ¿Está bien.?
— Mmm, ¿te preocupa que me ensucie las manos.?
— Me preocupa que te cortes y no podamos hacer el amor.
Suspiré indignada.
— Qué comentario más desalmado.
— Sólo bromeó. — Me dió un beso en la mejilla. — Te amo.
— Me gusta que digas eso. — Le devolví el beso. — Intentaré cocinar, si no sale bien pidamos pizza.
— Está bien.
...Nicolás....
Le ayudé en lo que pude pero al igual que ella soy un desastre en la cocina. Al final logramos hacer una carne quemada y tuvimos que pedir pizza.
— Admite qué fue divertido. — Ella se veía de muy buen humor.
Cómo podría decirle que no a esa bella sonrisa.
— Lo fue.
— Te prometo que aprenderé a cocinar.
— Ya te dije que no es necesario.
— Para mí lo es. No quiero darte comida quemada todos los días. — Reí. Me gusta que ella se preocupe por mí. Se sintió bonito.
— Eres una chica muy dulce. ¿Sabías.?
— No. Gracias por decirme. — Me dió un beso y seguimos comiendo pizza. A Lucrecia no le gustaba, son cómo dos gotas de agua pero mentalmente son muy distintas.
...Cristina....
Dormír con un hombre es bonito. Y más si tiene éstos brazos musculosos que te dan calor.
Tuve una linda mañana, mi corazón tenía una felicidad inexplicable.
— ¿Estás despierta tan temprano.?
— Me da sed en las mañanas, es por eso que despierto.
— Deja que te hidrate. — Me besó con intensidad.
— Gracias pero es agua lo que necesitó. — Me levanté y tomé un poco.
Me volví a acostar y el me besó de nuevo.
— ¿Te sientes lista ahora.?
— No.
— Vamos, sólo una vez.
— Mmm. — Parece que a esté hombre no le puedo decir que no. — Está bien.