En la Mira del Amor

Alberto observó a Carlos dormir tranquilamente por un tiempo, se levantó y fue al balcón de la habitación, miró la hora en su celular, cerró la puerta del balcón y hizo una llamada.

- ¿Hola\, cómo van las cosas por allá? - Alberto llamó a Bruno.

- Hola\, logramos interceptar el cargamento de Andrey\, él debe estar furioso. No ha salido últimamente\, supongo que no quiere arriesgarse con nada\, ya que su hombro todavía no está bien\, tiene otros enemigos además de nosotros.

Alberto miró hacia adentro para asegurarse de que Carlos todavía estuviera dormido - si todo sale bien, volveré mañana por la tarde, preparen mi apartamento, tengo una reunión importante por la mañana y quiero ganar tiempo. - Alberto bebió un trago de la bebida que tenía en sus manos - ¿Encontraron a Pablo?

- Sí\, está en la clínica de Marastrove\, lo están vigilando\, no sería prudente invadir el lugar - informó Bruno sobre la situación.

- ¿Y qué pasa con la situación en el puerto? ¿Mataron al desgraciado? - Alberto seguía mirando a Carlos en la cama a través del cristal de la puerta. - Sí señor\, a esta altura ya es comida de tiburones.

Bruno repasó más información sobre los negocios que Alberto dejó en sus manos para resolver y finalizaron la llamada. Alberto terminó su bebida y regresó a la habitación, deteniéndose junto a la cama para mirar a Carlos.

Él dormía dulcemente sin imaginar los peligros a su alrededor, dormía el sueño de la inocencia, un sueño que Alberto nunca pudo disfrutar. Se acostó junto a Carlos y siguió pensando en cómo hubiera sido su vida si no hubiera nacido en la familia Castellano. ¿Se habría convertido en un hombre bueno que podría dormir inocentemente como Carlos? Eso nunca lo sabría, pero intentaría preservar esa inocencia en Carlos como pudiera.

Eran alrededor de las cuatro de la mañana, Alberto no podía dormir, había dormido poco esa noche. Estaba acostumbrado a esa rutina, hacía mucho tiempo que no dormía bien, o toda la noche. Siempre se despertaba en medio de la noche y no podía volver a dormir, a veces por pesadillas con su madre, otras veces por algún problema relacionado con la organización.

Alberto se levantó sin despertar a Carlos, fue a la otra parte de la habitación donde estaba su laptop, iba a trabajar ya que no podía dormir. Antes, fue a su maleta y sacó una caja pequeña, como la de una joya, abrió el laptop y luego la caja, movió algo dentro de ella y luego manipuló la computadora. Miró la caja, sonrió y la guardó de nuevo en su maleta.

La claridad que entraba en la habitación despertó a Carlos, aún le costaba adaptarse al huso horario. Buscó a Alberto en la cama pero no lo encontró, levantó la cabeza y no lo vio en la habitación ni afuera.

Carlos se levantó, se aseó y salió a buscar a Alberto. Lo vio en la sala durmiendo en la mesa frente a la computadora, supuso que había perdido el sueño y se puso a trabajar. Todavía llevaba su bata puesta y David lo observaba, se acercó lentamente y lo abrazó por detrás.

La reacción de Alberto fue rápida, asustando a Carlos, Alberto se levantó rápidamente sacando el arma que tenía en el bolsillo de la bata. Carlos no pudo evitar tener miedo de que una vez más le apuntaran con un arma, pero en cuanto Alberto se dio cuenta de que era él, bajó el arma, la desactivó y la volvió a guardar en el bolsillo.

Alberto respiró hondo y se acercó a Carlos abrazándolo - perdóname, perdóname, actué por instinto, por favor, perdóname - Alberto soltó a Carlos y tomó su rostro - ¿Puedes perdonarme? Jamás te haría daño, no quiero que tengas miedo de mí.

Carlos aún permanecía sin decir nada, no pudo evitar sentir miedo en ese momento, pero entendió que no lo había hecho con maldad. - Está bien Alberto, solo me asusté, ¿por qué duermes con un arma en el bolsillo?

Alberto lo llevó al sofá y lo hizo sentarse, se colocó frente a él y sostuvo su mano - en mi mundo siempre estamos armados, Carlos, nunca sabemos cuándo podemos ser atacados por alguien, así que siempre tenemos un arma al alcance - Carlos solo asintió con la cabeza.

- No estoy acostumado a dormir a esta hora\, fue por reflejo simplemente - Alberto tenía que explicarle\, como las cosas funcionaban para él\, si estaban empezando una relación\, Carlos tenía que saber ciertas cosas sobre él\, incluso para no lastimarse.

- No quiero que te molestes con lo que te voy a pedir ahora\, esto es para tu propia seguridad ¿está bien? - Carlos levantó una ceja y siguió escuchando.

- Si estoy durmiendo\, no me despiertes abrazándome por detrás\, si te acurrucas en mi pecho no me asustaré\, si tocas mi brazo o incluso me besas\, pero abrazarme por detrás mientras duermo es un poco complicado para mí.

Carlos encontró extraño pero lo entendió, si esto era alguna especie de límite para Alberto tendría que respetarlo - ¿esto también se aplica cuando estoy despierto, o el problema es no ver quién lo está haciendo? -

- si te veo acercarte y si no estoy distraído puedes hacerlo tranquilamente\, como dijiste el hecho de no saber exactamente quién me está abrazando por detrás me hace actuar instintivamente con la intención de protegerme.

Carlos asintió con la cabeza indicando que entendió, sabía que había algo detrás de esta alta defensa de Alberto, pero no iba a preguntar, si él se sentía seguro para contar, iba a contar.

Alberto sostuvo su rostro nuevamente y lo besó - ¿tienes hambre? ¿Quieres que pida el desayuno? - Carlos confirmó diciendo que se iba a duchar mientras el desayuno no llegaba, se levantó y fue al cuarto.

Alberto lo observó hasta que cerrara la puerta de la habitación - mierda - Alberto maldijo, esto no podría haber sucedido, no quería que Carlos sintiera miedo de él, no quería que lo viera de esa manera. No quería que Carlos viera su peor lado.

Alberto pidió el desayuno y llamó a Paulo informándole que trabajaría en la habitación por la mañana y que reservara una mesa en algún restaurante. Comenzó a trabajar nuevamente hasta que alguien llamó a la puerta, él miró por la mirilla viendo que era el servicio de habitaciones.

Alberto miró hacia la puerta de la habitación y no había señales de Carlos aún, sacó el arma del bolsillo, la desbloqueó y la cargó, la volvió a guardar en el bolsillo del albornoz y abrió la puerta.

Alberto indicó dónde podía colocar la comida, observó al hombre verificando si había algo sospechoso en él, Carlos apareció mientras el hombre ponía la mesa. Alberto notó el cambio en la respiración del hombre y que miraba varias veces a Carlos.

Carlos ni siquiera se dio cuenta de nada, se sentó mirando la mesa sonriendo, tenía hambre. Alberto, sin embargo, lo observaba todo, fue entrenado para eso, Alberto notó un cierto tatuaje en el cuello del hombre.

Carlos agradeció y el hombre lo miró una vez más antes de irse, Alberto fue hasta la puerta y la cerró una vez que él pasó por ella. Alberto cogió el móvil y envió un mensaje a Paulo.

Se sentó junto a Carlos y empezaron a comer, Alberto recordó algo y se levantó cogiendo una caja de sus cosas.

- Esto es para ti\, compré esto en caso de que aceptaras mi propuesta\, son cadenas de pareja\, no quise un anillo de compromiso - Carlos abrió la caja y solo había una dentro - ¿dónde está la tuya? - Alberto ya tenía la suya en el cuello y la sacó mostrándola. - ven aquí\, déjame ponértela -

Carlos se volvió permitiendo que Alberto le pusiera la cadena alrededor de su cuello. Alberto la colocó y besó el cuello de Carlos. - Vamos a comer, necesito trabajar esta mañana, lo haré en la habitación, saldremos a almorzar. Después del almuerzo tengo una reunión y si todo va bien, nos iremos por la tarde. - Carlos estuvo de acuerdo, sabía que este viaje no era de vacaciones y sabía en el fondo que Alberto solo lo había traído para alejarlo de Andrey.

- Si quieres aprovechar la piscina del hotel\, Paulo te acompañará - Carlos frunció el ceño cuando Alberto mencionó a Paulo. - ¿Hay algo malo con Paulo? ¿No te gusta? -

- En realidad\, creo que él es el que no me cae bien a mí - Alberto sonrió e intentó explicar - Paulo es así\, es más reservado y tranquilo\, a diferencia de Bruno. Cuando lo conozcas mejor\, verás que no es como piensas. - Carlos simplemente asintió con la cabeza - Te dejaré trabajar\, veré una película mientras terminas.

Carlos se fue a la habitación y Alberto continuó su trabajo, hizo algunas llamadas a los socios en Brasil y también a Bruno. Alberto intentaba terminar su trabajo lo más rápido posible, no había ido de vacaciones pero quería que Carlos pudiera disfrutar al máximo, ya que él quería conocer Brasil.

Mientras tanto, Andrey estaba lidiando con la ira de su padre. "Incompetente, ¿realmente piensa que voy a creer que puede liderar la organización? Hasta ahora no ha logrado acabar con Alberto". Su padre le había dado una cachetada antes de salir. Andrey se quedó allí, consumido por la rabia.

Andrey llamó a Douglas, quien entró apresuradamente. - ¿La chica está siendo vigilada? - Andrey se volvió para enfrentar a Douglas con la aparente furia que sentía. - Sí, señor, todo está listo, solo tenemos que esperar el momento adecuado. - Andrey esbozó una sonrisa irónica. - Tendré que hacerlo yo mismo. - Andrey no iba a detenerse hasta destruir a Alberto y conseguir a Carlos.