Esperanza es una organizadora de bodas que dejó de creer en el amor y los finales felices cuando siempre por una u otra razón sus romances perfectos acababan abandonandola en el día más importante de su vida, su boda. Sus padres le concretan un matrimonio pero quién sería su esposo escapa dejándola en el altar y en lugar de ser el hazme reír la otra familia pone en lugar de su hijo a su sobrino del cual poco se sabe pero mucho se comenta. Entre ellos habrá una loca historia, un contrato y muchos problemas. ¿Me acompañas a descubrirla?
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Capítulo 12 INDIGESTIÓN
...NARRADORA...
Mientras Mariano Silver la procesaba su amor a su novia mientras se perdía en su cuerpo con todo cariño y pasión Esperanza recibía la invitación a cenar de sus padres.
Si bien comer con sus padres los fines de semana eran una tradición bastante normal que se repetía cada mes algún que otro sábado o domingo. El tono que su padre utilizó en su llamada siendo día miércoles le hizo sentir que aquella comida tenía algún propósito que seguro no le gustaría nada.
Esperanza agendó la comida con su cliente para el día viernes, sentía que el jueves estaría indispuesta porque aquella cena si trataba de un asunto de vital importancia, como creía, se prolongaría.
Llegó a casa de sus padres caminando a paso firme pero en su interior albergaba cierto pánico que no demostraría.
Las emociones de ella fueron suplantadas por una máscara fría e indiferente que mostraba para ocultar sus verdaderos sentimientos. Podría estar nerviosa, alterada o incluso triste pero no lo demostraría; nadie la vería débil y vulnerable otra vez. Ya las miradas de compasión y lástima no serían necesarias si nadie sabía cómo se sentía..
Las sonrisas a sus clientas soñadoras o a su querida amiga Analía así como a sus sobrinos y padres eran habituales pero demostrar su sufrimiento no.
Le pareció extraño ver a sus hermanos sin sus habituales parejas ni hijos y a sus padres mirándolos como con una orden explícita de guardar silencio. Ella conocía aquellas miradas y esas actitudes y solo ocultaban que algo muy grande se avecinaba, algo que la incluía pero ella desconocía.
Los años la hicieron hablar sin titubeos ni duda. Ella no era la persona que se dejaría amedrentar, no más.
-Buenas noches familia, ¿Se puede decir buenas o no lo son para nada?- preguntó sin vacilación a lo que su hermana mayor la miró con resignación y su hermano con enojo hacía sus padres
-¿Cuáles son esos modales? Siempre ver a la familia es algo bueno- su madre la reprendió con disgusto
-Siento que ésta "agradable" velada no será nada buena y que por los motivos que aquí estamos reunidos no son precisamente los de cenar- hizo comillas y al finalizar su frase evaluó a cada uno, había acertado y lo sabía
-Vamos a cenar, después hablaremos seriamente de lo que nos compete- zanjó su padre recibiendo el disgusto de sus hijos y el agradecimiento de su esposa que ya no sabía cómo calmar las aguas
Una cena incómoda y que resultó poco apetecible tuvieron los Salvatore; nadie comería con aquella tensión en el ambiente o al menos no a gusto.
Cuando finalizaron los hermanos rechazaron el postre y sus padres supieron que ya era momento de tocar los temas fuertes que debían ser tratados.
-En menos de dos meses se celebrará una boda- soltó su padre de repente
-¿Quien es el desafortunado?- preguntó la organizadora sin inmutarse, ya no creía en el matrimonio, los divorcios eran siempre sucesos que ocurrían luego del matrimonio que juró amarse toda la vida menos de una década después
-¡Esperanza!- exclamó su madre al escucharla preguntar semejante cosa
-La desafortunada querrás decir- comentó su hermano sin rodeos causando que ella quisiera saber más
-Te casarás tu hermana, deberían dejarse de tanto misterio y decírselo- su hermana mayor reprendió a sus padres
-Ja ja ja, ¿Yo? Ni novio tengo ni me interesa tenerlo, como humoristas se irán a la quiebra- se cruzó de brazos molesta al saber que hablaban en serio
-Haremos una asociación con los Silver- dijo su padre comenzando a explicar
-Bien por ustedes, yo nada tengo que ver en sus asuntos- se defendió antes de ser atacada Esperanza
-Un matrimonio nos garantiza muchas cosas, una es que van a pagarnos o podremos tomar el poder suficiente para revertir la situación si sale mal- continuó su padre
-No cuenten conmigo. Dos veces plantada en el altar y una cancelación faltando pocos días, ahora debo sumar un contrato matrimonial y seguro un esposo infiel, ¿Es así?- los miró desafiante a sus padres
-Limpiaras tu imagen, tienes que ver el lado positivo- su madre quiso suavizar las cosas sin éxito
-Y eso no me importa nada si en un año o dos me divorcio, quedaré aún más arruinada. Mí fama de solterona empedernida no afectó a mí trabajo así que no me interesa- se defendió de nuevo
-Puedes tener hijos con tu esposo- intentó su madre hacerla razonar
-Ni pensarlo y es mí última palabra- siguió con su pose desafiante haciendo enorgullecer a sus hermanos mayores
-Podriamos perderlo todo, el dinero ya fue entregado, ¿Querrás dejarnos a todos en la calle?, ¿Podrías vivir con eso?- se sintió mal ante la presión de sus padres y se levantó para marcharse dando un portazo.
Esperanza haría lo que fuera por sus padres, siempre la habían apoyado y no quería darles la espalda pero no era nada fácil lo que le estaban pidiendo. Debería de pensarlo, no había otra forma.