Sinopsis
Emilia Bernade fue forzada a casarse con el duque Mazheón, quien era descrito por todos como alguien cruel y de corazón frío, ella atemorizada por el futuro que le esperaba decidió acabar con su vida, no obstante alguien reencarnó en su cuerpo, sin saber absolutamente nada de su anterior vida, cargando consigo pequeños fragmentos de como había muerto. Esa nueva Emilia para no estar sola decidió aferrarse al duque a pesar de sus rechazos.
¿Se ganará su amor o su odio?
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Recuerdos
Esa noche tuve un sueño, uno que fue muy vívido.
El lugar era una especie de club o fiesta, allí estaba esa mujer rubia nuevamente. Me acerqué a ella mientras atravesaba a la multitud. La música de fondo era algo borrosa, no era capaz de oírla bien; las personas bailaban bien pegadas, moviéndose al ritmo.
—Emma… ¿Ya te vas?, se que no te gustan esos tipos de lugares. —Ella hizo una pausa y luego abrió la boca recordando algo. —Mierda, tus papás son muy estrictos, lo olvidé. Espérame te acompaño.
—Esta bien. —Me regresé a la mesa de antes, la fiesta estaba algo calmada en ese instante. Miré el vaso con vino frente a mí, lo tomé y bebí un sorbo de el. El tiempo pasó bastante rápido, de la misma manera que los recuerdos pasados; como el día que había conocido a Mariela, las veces que ella me insistió en ir a los coros, ella siempre estaba a mi lado. De la misma forma, ella en ese momento era mi compañera de universidad, y antes de venir a esa fiesta habíamos tenido una pelea, pero por su actitud parecía haberlo olvidado.
Suspiré mientras olía el humo del vapor del chico que estaba sentado cerca de mi mesa, por su actitud parecía muy ido; seguramente por haber bebido bastante. Encima de su mesa habían varias botellas de alcohol, tal vez lo dejaron y necesitaba desahogarse. Mientras miraba al muchacho Mariela llegó, me abrazó pegando su rostro al mío, olía bastante a alcohol.
—¿Estás borracha? —Le pregunté y ella asintió para luego darme un beso en la mejilla.
—Ven, te voy a llevar a casa. —La miré sin mucha confianza, no creía que pudiera conducir en ese estado. —Lo puedo hacer, créeme. —Ella intentó convencerme pero negué con la cabeza.
—La otra vez tuvimos un accidente, —Le mostré la marca que tenía en la frente. —No quiero morir y menos cuando estoy a punto de terminar la carrera de diseño de moda.
Ella carcajeó como si mi preocupación fuera divertida, luego me atrajo sosteniendo mi mano, me jaló haciendo que mí oreja quedara a centímetros de sus labios.
—Te dije que puedo hacerlo. —En ese momento sentí como su agarre se hacía más fuerte, y de la nada comenzó a sacarme a rastras de la multitud.
—Mar, cálmate, mierda estás borracha. —Intenté negarme mientras avanzábamos pero ella siguió jalando de mi brazo. Cuando llegamos afuera me molesté bastante y al final le di una bofetada sin querer, ella se enojó y me empujó. —¡Eres una maldita loca!
—¡No, no lo soy! ¡Te odio! —Ella comenzó a llorar, no sabía que hacer en ese momento y cuando intenté acercarme ella me volvió a gritar. —Te metiste en mi vida, me robaste a mi novio y fingiste ser mi amiga.
—¿De que hablas? Tú ni siquiera tienes un novio, y la que comenzó a hablarme fuiste tú, tal vez me querías robar todo lo que tenía. —Dije subiendo mis hombros burlándome de la situación. Había escuchado rumores sobre ella, todos decían que ella envidiaba mi vida, que odiaba que tuviera buenos padres y un buen novio. Al final terminaron siendo ciertas, me giré para irme pero en ese momento sentí como Mariela me empujaba nuevamente a la carretera. Una luz brillante apareció cegándome por completo, de repente me encontraba en el suelo sintiendo un dolor insoportable y escuchando voces lejanas. Las gotas de lluvia salpicaron cerca de mi rostro y aunque intenté ponerme de pie no podía y me quedé agonizando en el asfalto.
Desperté en mi habitación como Emilia Bernade, me quedé sentada viendo la puerta fijamente, de la nada mis recuerdos volvieron y sentía un gran resentimiento, mi vida era una mierda por completo. Luego de unos minutos Katelyn llegó contenta a mi habitación, me ayudó con el baño y mientras ella hacía ese trabajo me comentó sobre la razón de su felicidad.
—Duquesa, hoy le darán su paga o «su mantenimiento», con eso usted puede ahorrar e irse de esta mansión.
—Oh, buena idea —Carcajeé divertida. —Y luego me busco varios amantes —Ella soltó una risita de complicidad. Pero ya tenía un plan, con mis recuerdos de mi otra vida quería hacer una tienda de ropa. Sin embargo no sabía donde conseguir una máquina de coser, tal vez debería preguntarle a Ian o a Martha.
—Hoy la siento diferente, se nota con más vida.
—Sí, supongo que hoy va a ser un buen día.
Y de esa manera el día comenzó, lo primero que hice fue preguntarle a Ian sobre las máquinas de costura, él me dijo que debía conocer a un fabricante para poder tener uno, al menos la posición de duquesa me facilitaba ese asunto. En mi anterior vida era dos años mayor que en esta vida, en ese momento tenía 19 años (siendo Emilia), mierda las personas de este mundo se casaban muy jóvenes. Bueno, con mis recuerdos restaurados mi sentido de la moda había cambiado un poco, no quería para nada esos vestidos pomposos, pero tendría que aguantar o pedirle al duque más dinero y no me iba a humillar así o ¿sí?
Recordando mi actitud desde el momento que había llegado, era completamente distinta a como sería yo naturalmente. Aunque supongo que a Katelyn y a los demás no les afectará mi personalidad, o eso esperaba.
Dos días después,
Katherine se encontraba algo molesta conmigo por haber faltado a clases últimamente, nos encontrábamos en la sala donde ella me daba clases privadas. Me senté como ella me pidió, recto y eso me estaba cansando un poco.
—Estás respondiendo mal, en las anteriores clases no eras así.
—Ah, se me olvidó leer los libros que me encargó. La próxima vez lo haré. —Ella me miró sospechosamente, pero luego volvió a escribir algo en el pizarrón.
Realmente no me había olvidado, lo que había sucedido era que estaba muy pendiente en recordar más detalles sobre mi vida pasada que otra cosa, de hecho los últimos días simplemente me sentaba en el jardín a recordar, aunque eso trajo consecuencias; varias veces me dio hemorragia nasal, supongo por el sobreesfuerzo. La verdad hacía eso, para recordar como hacía mi trabajo anteriormente, el método que utilicé era una especie de hipnotismo, fue curioso que pudiera hipnotizarme a mi misma.
En ningún momento el estuvo enamorado de Elena, solo le gustó
sigue sin gustarme el duque, por qué no aclara las cosas desde el principio y se hace la víctima
Debe salir conocer mejor donde está, seguir con sus negocios, aprender magia y combate cuerpo a cuerpo, entrenar físicamente.
Salir de ese matrimonio, que lo único que hace el duque es actuar de manera inmadura. ni el sabe que siente..
Cuando va dejar al duque, se deja envolver por él