el llamado la bestia por ser todo menos una persona con corazón, pero toda bestia le llega su bella,
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capítulo 3
con todo lo que ha pasado, no tuve la oportunidad de cenar, estuve en la cocina. pero no me atreví a preparar nada, por qué no tenía ganas de preparar alimentos para mí sola, así que solo busque en la nevera algo que comer, y mi sorpresa fue grande al ver que esté hombre en esta mansión tan grande, no tenga nada de alimentos aquí. parece que solo tiene la nevera de adorno, así que como no consigo nada que pueda comer, decido tomarme un vaso con agua y volver a mi habitación, me quito la ropa y me pongo una toalla al rededor del cuerpo, suelto mi cabello, y abro la puerta del baño, mi mandíbula cae al piso, al ver el baño más bello que mis ojos han podido mirar, si hay que ver qué las personas con dinero les gusta darse muchos lujos, asta me da cosita bañarme aquí, esto se siente mucho para mí, es como si fuera algo irreal, me siento en una pequeña cómoda que está aquí en el baño, y de mis ojos se resbala una lágrima, al pensar en mi familia y en como estarán, como estará Sarita, me preocupa su salud, extraño mucho a mis padres, como me gustaría que estuvieran conmigo, pero sé que no es posible ellos deben de cuidar de Sarita, y yo debo de seguir esforzándome para poder ayudarlos y retribuirles todo lo que han hecho por mí y por mi hermanita, después de tanto pensar en mis padres, decido secar mis lágrimas y entrar ala regadera, me doy una ducha muy larga asta que mis dedos están tan arrugados como una uva pasa, ahí es cuando decido que ya es hora de salir de la ducha, seco mi cuerpo y mi cabello, saco de mi mochila, mi pijama y una panti, me pongo la panti, seguido de mi pijama, y así decido a costarme, asta el próximo día, me despierto a las 6 de la mañana, y mi estómago ruge de hambre, es que no eh podido comer nada desde ayer, así que después de bañarme y cambiarme salí a poner el dinero para mi familia y a comprar algo de comida, no me eh podido encontrar al señor Sebastián así que no sé cómo es, camino asta afuera de la mansión pero cuando llegó veo el portón cerrado, y me preocupo por qué no sé cómo salir, pero de repente un hombre como de unos 60 años, aparece y me dice.
buenos días señorita, mi nombre es Fabio soy el encargado de la seguridad de la casa.
mucho gusto señor Fabio, mi nombre es Ángela Vittorio, soy la nueva empleada de la casa, me gustaría saber si usted me puede hacer el favor de abrime, es que necesito salir.
claro que sí señorita Ángela,
gracias, pero puede decirme Ángela todos dos somos empleados, no es necesario decirme señorita Ángela.
muy bien, Ángela entonces, y tú también llámame por mi nombre Fabio, y nada de señor Fabio.
bueno.
y a dónde te diriges.
ah voy al banco es que necesito ir a poner un dinero a mi familia, y a comprar algunas cosas que necesito.
bueno Ángela, mira si coges derecho y caminas como unos 200 metros, podrás conseguir taxi para que te lleven.
gracias, pero señor Fabio podría usted, hacerme dos favores más si es tan amable.
claro que sí Ángela, si están en mis posibilidades, claro que lo haré.
gracias, el primero es si me puede dar la dirección para volver sería muy amable de su parte, y el segundo es como hago para entrar a la casa nuevamente.
no te preocupes, el sale asta afuera conmigo y me muestra un aparatito, mira solo hunde este botón y yo sabré que eres tú.
¿ y como sabrá eso ?.
pues fácil, mira allá, ( el me muestra un lugar específico, con su dedo, y yo alzó mi rostro y puedo ver una cámara ).
por ahí sabré que eres tú, yo sonrió, y le agradezco al señor Fabio.
el entra y yo decido irme hacer mis diligencias, camino asta donde me dijo el señor Fabio, de repente veo pasar un carro es negro con vidrios oscuros, así que no se puede ver nada, pero no le doy importancia tampoco, veo un taxi que viene hacia mi dirección, le hago seña para saber si está desocupado, y tal parece que si, por qué, el se estaciona a mi lado.
buenos días señorita hacia donde se dirige, necesito ir al banco para extranjeros, sí señorita enseguida, por aquí hay uno cerca.
muchas gracias.
el hombre arranca el coche, y luego de unos 5 minutos llegamos, cuanto le debo.
son 100 dólares, casi me da algo cuando el hombre me dice que son 100 dólares por traerme asta aquí, no digo nada y le pago al señor, creo que tendré que irme a pie, aquí los taxis cobran muy caro, como que creen que yo soy rica, me río de mí misma, y decido entrar al banco hago la fila, paso al cajero y le doy el dinero para que lo deposite en la cuenta de mi padre, salgo del banco, y le pregunto a una señora que está por entrar al banco, si hay algún super mercado cerca de aquí, la señora muy amable me dice que si, que caminando a dos cuadras hay uno, le agradezco y salgo rumbo al supermercado, llegó al supermercado y por fuera es muy bonito y grande, decido entrar, pero al hacerlo me siento arrepentida, por qué hay mucha gente fina aquí, y yo aquí vestida con mi blusita y mi jeans, pero bueno como mi madre dice todos somos iguales y nadie es más que nadie, así que me armo de valor tomo un carrito y empiezo a caminar por los pasillos, la mayoría de las personas voltean a verme, y se ponen hablar, pero yo los ignoro recuerdo las palabras de mi madre nuevamente, a palabras necias oídos sordos, así que avanzo asta ver lo que puedo llevar y pueda comprar pero aquí todo cuesta un dineral, así que el bono que me dio la señora Clara se me va casi todo, en comprar mercado para unos días para mí.
el banco
el supermercado