René y Antón, podría decirse que nacieron uno para el otro. pero por decisiones personales, se separaron por un corto periodo de tiempo, el la amo desde que ella estaba dentro del vientre de su madre, es solo que nunca lo dijo ante todos y ella lo amo y sin dudarlo se lo dijo en cuanto lo descubrió, ambos hicieron promesas, pero el fue el primero en romperla, por lo que ella decidió hacer lo mismo, ¿sera que en verdad su destino siempre fue amarse?
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CAPÍTULO 11
RENÉ
Agradezco que en todo el camino al centro comercial Grecia no dijera nada con respecto a la llegada de su hermano. No estoy para sus tonterías. Camino al centro comercial, le escribí a Juanjo. Sé que él aún no compra su traje, así que para evitar que Grecia me arrastre al lado de su hermano, a quien no quiero ni ver, le dije que lo vería en el centro comercial para comprar su traje. Además, debe venir con mi vestido, así que está bien que los escojamos juntos.
Cuando llegamos al centro comercial más grande de la ciudad, Grecia sonrió feliz y al bajar quiso salir corriendo, pero la detuve. Ella iba a protestar, pero justo Juanjo bajó de un taxi y su sonrisa se borró un poco, aunque disimuló.
—Hola hermosa —Juanjo me abrazó y me dio muchos besos que desde el punto de vista de los demás parecieran en mis labios, pero no fue así.
—Hola Grecia —Juanjo la saludó con un beso en la mejilla.
—Hola Juanjo, no sabía que venías —Grecia.
—Sí, bueno, debemos escoger un traje y un vestido que convengan. No podemos ir a la graduación y a nuestro pre-compromiso con cualquier cosa —respondió Juanjo, quien no soltó mi mano y me alegra que esté aquí.
—¿Y tu auto? —preguntó Grecia. Juanjo y yo nos miramos a los ojos nerviosos.
—Mis padres me regalarán otro, así que el mío lo vendieron —respondió Juanjo.
—Bueno, entremos de una vez, quiero escoger un vestido rápido —Grecia.
Los tres entramos al centro comercial y yo sé cuáles son las intenciones de Grecia: terminar rápido para, al volver, intentar que me quede a merendar en su casa. Pero no soy tonta, la conozco casi desde que nació prácticamente y no voy a caer tan fácil. Juanjo y yo ya tenemos un plan.
Grecia escogió su vestido muy rápido, en cambio, Juanjo y yo nos tardamos alrededor de una hora. Grecia estaba molesta con nuestras tonterías en las tiendas, pero lo soportó. Además, yo debía escoger dos vestidos y Juanjo dos trajes, uno para la graduación y el otro para la fiesta del pre-compromiso.
Al parecer, a Grecia se le había olvidado o lo quería olvidar, porque cuando le pregunté si no compraría otro vestido para el pre-compromiso, me puso una cara de pocos amigos. Pero al final, escogió el segundo vestido.
Juanjo y yo escogimos para la graduación el color negro y blanco. Yo escogí una camisa de mangas largas negra y una falda larga blanca con abertura en la pierna izquierda, hermosísima. Juanjo usaría un traje negro con camisa blanca y así combinaríamos muy bien en la graduación. Grecia no opinó con respecto a nuestro primer cambio de ropa, pero Juanjo y yo sabíamos que nos veíamos espectaculares.
Pero mejor nos veíamos con lo que escogimos para nuestro pre-compromiso. Escogimos el color azul marino. Juanjo escogió un traje en ese color con detalles en negro en los dobles de la chaqueta, y yo un hermoso vestido largo pegado al cuerpo con abertura por encima de la rodilla derecha. Me encantó el segundo cambio.
Grecia, por su parte, escogió un vestido verde esmeralda ceñido al cuerpo, muy lindo. Ese sería para el pre-compromiso, y para la graduación escogió uno blanco largo también ceñido al cuerpo.
Por supuesto, después de comprar nuestros vestidos y los trajes de Juanjo, fuimos por nuestros accesorios que combinaran con la ropa. Ahí, si fuimos más rápidos, sabiendo ya qué ropa usaríamos, fue fácil escoger lo que combinaba.
Cuando terminamos con todo, fuimos al área de comidas por algo de beber cuando el celular de Grecia sonó y por su cara pude ver cuáles eran sus intenciones y no lo permitiría. Ese idiota no la tendrá fácil si quiere hablar conmigo.
📱 —Sí, abuelo —Grecia hablaba con mi papá.
📱—Enseguida le digo y estaremos allá —cuando la escuché decir eso, le quité rápido el teléfono para hablar con mi papá.
📱—Hola papi, ¿qué pasa? —pregunté, aunque conociendo a mi familia como la conozco, sé lo que pasa.
📱—Princesa, tu hermana le hará una bienvenida a Antón y todos nos reuniremos en su casa, ¿te vemos allá? —mi papá ya sospechaba que esto podía pasar, pero yo seré la gran ausente por primera vez en todas las reuniones familiares.
📱—Papi, lo siento, pero Juanjo me llevará con su tía, la que es dueña de la mejor joyería del país, para que tome la medida para mi anillo. Harán uno exclusivo para mí —respondí y en realidad no es mentira, su tía sí hará mi anillo, pero ella ya tiene la medida de mi dedo.
📱—Bueno, princesa, discúlpate con tu hermana y Antón, pero no llegues tarde a casa y si pasa algo, llámame —mi hermoso padre.
📱—No te preocupes, no volveré a llegar tarde. Te quiero y te veo en casa —Me despedí de mi papá y le entregué su celular a Grecia, quien me miraba con una cara. Bueno, gracias a Dios, las miradas no matan.
—Le diré al chófer que te lleve. Juanjo y yo nos iremos en taxi —comuniqué a Grecia y esta no dijo nada.
Acompañamos a Grecia con el chófer y de paso mandamos mis vestidos a la mansión y los trajes de Juanjo a su casa. Cuando Grecia se fue, Juanjo no pudo quedarse callado.
—¿Qué sentiste cuando lo viste? —preguntó Juanjo y yo lo abracé.
—Mucha rabia, pero está más guapo que antes. No creí que eso fuera posible y sentí que todo mi mundo se movió con tan solo verlo y escuchar su voz —comenté en los brazos de Juanjo.
—Princesa, eso es puro amor, pero ese idiota te lastima y, por lo tanto, tiene que hacer méritos si se quiere acercar a ti —dijo Juanjo.
—No, ha pasado demasiado tiempo. Él estuvo casi tres años en Rusia, pudo haber dejado una novia allá. Él regresará después de las vacaciones y yo me quedaré aquí. No lo voy a dejar entrar de nuevo en mi vida, para que mañana se vuelva a ir y me lastime —expresé separándome de Juanjo.
—Bueno, puede que tengas razón, pero como siempre, yo te apoyo en todo. Dime, ¿qué hacemos ahora? Porque las medidas de tu deseo ya mi tía las tiene —dijo Juanjo.
—Enséñame a manejar moto —pedí con una sonrisa en el rostro.
Y es que Juanjo tiene buenos amigos mecánicos y sé que tiene una moto propia guardada en secreto de sus padres, quienes nunca le quisieron regalar una. Pero afortunadamente, Juanjo guardó todas sus mesadas desde muy pequeño y se compró una moto hace poco, y es hermosa.
—Te enseñaré, pero con cuidado —respondió Juanjo y yo, de la emoción, salté a sus brazos y lo abracé con fuerza.
—Gracias, eres el mejor —expresé feliz y él rio.
Juanjo tiene una sonrisa hermosa, lástima que sea gay, pero no me importa. Es mi mejor amigo y lo único que necesito ahora para ser feliz, el único que me entiende y conoce todos mis secretos es él.