Nova Reik

Érase una vez, en una galaxia muy, muy lejana, un mágico lugar que brillaba alegremente con las mejores estrellas de Andrómeda. Donde los niños podían reír, los adultos dejar a sus pequeños correr libremente por las instalaciones, y todos disfrutar de las mejores atracciones, viviendo en aparente armonía.

Ese lugar era Andrómeda Zoo, ¡el mejor zoológico del universo!, un lugar donde los niños y adultos pueden disfrutar de unas hermosas vacaciones.

—¡Papá!, ¡Mira!, ¡Es una Titán! —exclamó un niño con la apariencia de un insecto humanoide—. Whoa, es tal y como en los comerciales, ¡tiene el cabello plateado!

—Sí jaja. Me pregunto cómo consiguieron uno, siendo que su planeta fue destruido hace un buen tiempo —respondió su padre mientras se acercaba a él para sujetar su hombro—.

Como cada semana en este lugar, al sonar de la campana los niños de otros planetas, de distintos colores, y olores, venían a vernos. No sabía si sentirme aliviada de tener compañía o sentirme un simple mono de circo. Pero sabía que tenía que escapar con Stan de aquí, solo que había algunos problemas para nuestra fuga.

—¿Estás lista?

—¡Si, yo nací lista!

Estábamos por usar nuestra superfuerza para romper la pared cuando escuchamos la explosión de una bomba. Intrigados, nos asomamos por la ventana de nuestra habitación y alcanzamos a ver cómo los guardias sacaban el cuerpo sin cabeza de L-34.

—No puedo creer que haya sido tan tonto como para intentar escapar con el collarín puesto.

—Sin duda fue buena idea comprar esos collares para estos fenómenos. Dudo que alguno pueda dañar una pared con sus dones sin que su cabeza estalle en el momento en que el sistema detecte su intención de escapar.

Si queríamos escapar del zoológico, debíamos deshacernos de los collarines como sea, y para eso necesitábamos averiguar cómo funcionaban.

—¿Y bien?, Komori, ¿crees que puedas quitarlo? —preguntó Stan, sujetándome del cabello, mientras unos tentáculos de sangre salían de su espalda para revisar mi collarín—.

—No, e intentar quitarlo a la fuerza podría causar que la cabeza de Nova explote en miles de pedazos —respondió K02 mientras revisaba el collarín con sus tentáculos de sangre—. Aunque, encontré una cerradura en el collarín; tal vez si encontramos la llave puedan quitarse el collarín.

—¿Qué? ¿Una llave? Esto debe ser una broma

—Mira el lado positivo, Stan, aún hay esperanza de regresar a casa, solo tenemos que encontrar la forma de robarle la llave a los guardias

—Mm… No creo que sea tan fácil, ellos están armados y nosotros no podemos usar nuestros poderes para defendernos, ¿cómo demonios piensas que vamos a conseguir la llave?

—Solo confía, Stan, confía en tu capitana.

—T-Tu plan no tiene nada que ver con tus intentos de enseñarle trucos a Loxy, ¿verdad?

—No lo sé, una gran capitana nunca revela sus planes

—Nick, ¿cuánto apuestas a que falla?

—¡Oye! —se quejó Stan—

Cada cierto tiempo nos llevaban a un comedor gigantesco donde podíamos socializar con otros prisioneros del zoológico. A simple vista el comedor parecía infinito, repleto de criaturas inimaginables que parecían sacadas de un libro de ciencia ficción.

—¡¡Loxy!! —grité corriendo hacia Loxy—

Cómo cualquier otro día en el comedor, Loxy corrió hacia mí para saltar a mis brazos. Eufórico, me lamió toda la cara hasta llenarme de baba.

—Chiquito… Hola, tú también me extrañaste, ¿verdad, pequeño? Yo también te extrañé mi bebé… ¡Yo también! —dije mientras le daba mimos y besos a Loxy—.

Por otro lado, los demás que habían estado con nosotros en la nave de Rho Mor, estaban con los de su especie, o al menos intentaban congeniar con ellos. Sin embargo, debido a sus respectivos problemas, no podían hacerlo del todo.

Tras la muerte de L-34, el noble caballero de Roxy, ella quedó indefensa y no tuvo otra opción más que intentar convivir con los de su especie. Pero no le resultó como esperaba: una de las elfas le tiró la comida al suelo para acto seguido empujarla.

—Tú… mocosa engreída… ¡¿Crees que puedes comer aquí en nuestra mesa después de todo el sufrimiento que causaste en Elfer?!

—L-Lo siento, yo solo… —balbuceó—

—¡¡¿Solo qué?!! ¿Piensas que un simple lo siento va a solucionar todo lo que causaron tú y tus padres? ¡Eres una asesina!

Roxy miró a los demás elfos intentando buscar ayuda; no obstante, ellos le respondieron con desprecio y dureza, lo que la destrozó e hizo que quedara al borde del llanto. Tambaleando quiso ponerse de pie y marcharse, pero fue rodeada por los demás elfos.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó, cerrándole el paso—

—¿Crees que te saldrás con la tuya?, después de todo el sufrimiento que causaste

La elfa no tardó en lanzarle un puñetazo que hizo que se estrellara contra el suelo; estaban enojados y cegados por la sed de sangre; Roxy quedó paralizada por el miedo y buscó ayuda con la mirada.

—Jaja, aquí nadie va a salvarte —agarró un cuchillo de plástico de la mesa—. ¿Lo ves? Aquí no eres nadie: solo eres una perdedora, una pequeña manipuladora. Y pronto… vas a pagar por lo que hiciste

—N-No… —Roxy sintió un inmenso terror al ver el pequeño cuchillo de plástico—. ¡P-Por favor!, ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡¿Si?!, soy todo eso: soy una fracasada, soy una cobarde, soy una asesina, ¡¡Solo por favor, no me hagas daño!!

—¡¡Cállate!! —gritó enfurecida mientras se lanzaba hacia ella para llevar a cabo su venganza—

Pero su cuchillo no atravesó la piel de Roxy, sino la mía, más específicamente mi brazo izquierdo. Mi sangre salpicó mi mejilla, y mi intervención dejó a todos los elfos confundidos y sorprendidos. Roxy se quedó en shock; no sabía si sentir alivio o confusión al ver que alguien la había salvado.

—¿Qué… por qué?, ¿G-Gorila…? —preguntó, con los ojos llorosos—.

—¿Y por qué no? —apreté el puño para después apartar a la elfa con un puñetazo en el rostro— Quédate detrás de mí —añadí, quitándome el cuchillo del brazo—

—Tsh, ¿Por qué…? —gruñó la elfa, poniéndose de pie— No consigo entender, ¿Por qué razón eres tan tonta como para proteger a una asesina como ella?, ¿Acaso te pagó?, ¿Te manipuló para que pienses que es tu amiga?, ¿Es tu pareja?, ¿Por qué?

—No —dije— No lo hago por dinero, tampoco porque sea su amiga o su pareja. Yo… ¡Solo hago porque es lo que creo correcto!

—¿Crees que es correcto proteger a una asesina? —Insistió otro elfo—

—No sé si es una asesina. Lo único que sé, es que ella es la más indefensa aquí, y no dejaré que se aprovechen de eso. Además, de todo el zoológico, la única que no tiene collarín es ella, y si realmente es una asesina como dices, tendría uno

—Jaja, eres realmente tonta, ¿no? —se burló otro elfo—

—Shhh, dime, ¿cuál es tu nombre? Quisiera saber quién es el nuevo perrito faldero de Roxy

—Mi nombre es Flor Watson, y soy una simple chica de Bears City

—¡Hmph!, Flor, eh… tierno, muy tierno. Lástima que hoy sea el día de tu muerte —añadió riendo entre dientes mientras los elfos me rodeaban—. Acaben con la humana…