Antonella, una mujer fuerte, luchadora y divertida. Desde muy joven comenzó su carrera como profesora. Siempre dispuesta, luchó durante años al lado de su esposo, solo para ser traicionada y reemplazada por otra mujer cuando él estaba en la cima de su carrera y con una vida cómoda. La única cosa buena que sacó de esa relación fue su hija, que ahora tiene 17 años.
Enrico, mafioso o mejor dicho, el Don o Capo de la Mafia, como la mayoría, no por elección, sino por herencia familiar. Vio a sus padres ser asesinados y, después de eso, se convirtió en un hombre frío, cruel y temido por todos. Dueño de una belleza poco común, es autoritario, peligroso y posesivo. No conoce el amor. Estuvo casado durante 10 años con Brigite, como muchos, por alianzas. Brigite fue asesinada en una emboscada, dejándolo con dos hijos pequeños.
Ella cree en el amor, aún sufre por haber amado demasiado, pero quiere empezar de nuevo, aunque con pocas expectativas. Él necesita a alguien que lo ayude con sus hijos y está considerando tener otra esposa.
El destino de Antonella se cruza con el de Don Enrico para salvar a su hija.
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Capítulo 11
En el coche, Sofía y Antonella van al centro comercial
Sofía: -Cierto, ¿has hecho alguna vez consultoría de imagen y moda?
Antonella: -Sí, hace años, lo hice con una estilista personal.
Sofía: -Con solo mirarla puedo ver que sabes, eres muy presumida y no tendré mucho trabajo.
Sofía: -Bien, ¿conoces tu paleta de colores? ¿Estilo? ¿Tipo de cuerpo?
Antonella: -Sí, en realidad, Sofía, siempre he sido presumida- dicen mientras conversan...
Sofía:
Veo que es una mujer que sabe vestirse, tiene un cuerpo bonito, es elegante y guapa, me gustó que le gusten los tacones y no será difícil, solo le falta ropa de marca.
Su estilo es muy femenino y eso le gustará mucho a Don Enrico, su estilo es sexy y sabe usarlo sin ser vulgar.
De vulgar no tiene nada y apuesto a que esta vez Don Enrico calentará su corazón.
Realmente deseo que encuentre a alguien que le haga bien, que caliente su corazón y su alma.
Aunque le tengo miedo, sé que es un buen hombre, Rinaldo le tiene mucho cariño.
Para nosotras es bueno, o puedo decir que muy bueno.
Conmigo nunca me ha faltado al respeto ni ha sido grosero.
Como dijo Ana, me cayó bien. Es sencilla, espontánea, divertida...
Al llegar al centro comercial
Antonella:
Entramos y de frente a una de las mejores tiendas, solo venden Chanel, Louis Vuitton, Prada, Valentino...
Esto va a ser muy divertido, sobre todo porque no va a salir de mi bolsillo y la tarjeta del mafioso es ilimitada, gracias señor por haberme secuestrado, creo que esto no está bien...
¡Después de comprar muchas prendas y muy bonitas!
Vamos a la tienda de lencería que tiene las mejores marcas, Agent Provocateur, La Perla, Intimissimi y así sucesivamente...
¡Dios mío, cada prenda es preciosa! Una más sexy que la otra y claro que aprovecho!!!
Va a venir el buenorro de Enrico a visitarme esta noche... Dios mío, qué pensamientos son esos, pero es que ese hombre no ayuda nada,
solo recordar lo que me dijo hoy y su mirada... ay, me voy a llevar algunas más
Después fuimos a por accesorios y nada de bisutería, oro, plata y señor, amo a este mafioso.
Antonella: -Ahora sé por qué las mujeres quieren ser amantes de estos mafiosos.
Sofía riendo: -Eres realmente diferente Antonella.
Antonella: -Sofía, quiero comprar unas cremas.
Sofía: -¡Buena idea! Me gustas Antonella. No te hagas la pobrecita.
Antonella: -¿Haciéndome? El todopoderoso me está dando, ¿crees que me va a parecer mal o que voy a ser tímida? Ni pensarlo.
Sofía, ya he pasado la edad de tener miedo, vergüenza y temor.
Sofía sonríe: -Eres igual que él.
Antonella: -¿De él quién?
Sofía: -De Don Enrico Antonella.
Antonella: -Entonces soy una diosa, porque el mafioso, este Enrico...
Sofía se ríe a carcajadas: -No, así no... Estoy diciendo que le gustas.
Antonella: -Pobrecito, mi ex preferiría ver al diablo antes que a mí.
Sofía se reía con ella...
Antonella:
Vi que a Sofía le gustaba mucho un set de cremas y lo compré, mandé envolverlo para regalo y antes de volver se lo di, era lo mínimo, después de todo lo que ha hecho por mí.
Por no hablar de que fue muy amable y cariñosa.
Llegamos ya tarde, casi a las diez y me fui directa a la habitación,
cené con Sofía en el centro comercial y me concentré en ordenar mis cosas y darme un buen baño, ¡estoy muerta!
Esa es la única parte mala, comprar cansa, pensé que nunca diría eso.
Enrico:
Rinaldo me avisa que Sofía había llamado diciendo que estaba en casa y que todo había ido bien y que Antonella le había caído muy bien.
Sofía no es de las que le cae bien la gente, ni siquiera Brigite le caía bien.
Rinaldo: -Enrico, dijo que Antonella es muy divertida y que nunca se había divertido tanto, que estaba muy animada y que mi esposa no es así.
Enrico: -Eso sí, es divertida.
Federico: -Muy divertida, y no te he contado que antes de subir al coche, casi mata a la vecina, la tal Doña Miriam del loro- y les cuenta.
Rinaldo, Dante: -Se ríen e incluso Enrico se ríe un poco, (con ellos Enrico a veces se reía).
Rinaldo: -Sofía dijo que tiene buen gusto y que fue muy fácil encontrar ropa para ella, dijo que es una mujer muy guapa.
Enrico piensa: -Dentro de dos días quiero ver si es guapa sin nada...
Federico: -Me cayó bien.
Enrico lo mira serio e intimidante.
Federico, que era el más gracioso: -No te preocupes, ¡dije que me cayó bien como amiga!
Ya veo que te ha gustado y, entre nosotros, ¡es una diosa!
Dante: -Admite que te gustó Enrico.
Enrico no dice nada y se levanta: -Vamos a ver la mercancía.
Se levantan y se van.
Enrico:
No me molestan mis amigos, pero no me gustó cuando dijo que le gustaba ni cuando la llamó diosa. Tengo que dejar de pensar en esa mujer y ocuparme de los negocios.