Yo Soy La Duquesa

Los días pasaban y sacha continuo su vida con toda la tranquilidad del mundo.

Las personas que habían sido rescatadas se adaptaban bien a su vida y se esforzaban por asentarse en el lugar que sacha les había dado y le ayudaban a ella en todo lo que podían para agradecerle.

—hola, buenos días. —le dijo sacha a dos chicos que cortaban leña en el bosque.

—ah ¿señora sacha cuanto lleva ahí?.—dijo uno de los chicos de cabello morado y ojos verdes.

—acabo de llegar y ustedes ¿cuanto llevaban aquí?

—no llevamos mucho, la abuela maría nos envió por leña para su casa.—dijo el otro chico de cabellos color gris y ojos verdes.

—si, esto es más fácil para nosotros qué somos jóvenes por eso decidimos ayudarle.

—ja, no se confíen tanto de una anciana, aun recuerdo cuando llegue al pueblo, se hizo una fiesta de primavera y la abuela maría le partió la cabeza a un cerdo para poder hacer guiso con él.

—¿de verdad?

—si, igual no se confíen y tengan cuidado con el bosque ustedes son nuevos y se pueden perder fácilmente.

—no se preocupe, estaremos bien.

—bueno nos vemos, cuídense de los bandidos.

Sacha se alejó de ellos para seguir su camino rumbo a la zona de cacería qué quedaba muy lejos del pueblo lo suficiente como para que ella pudiera andar libre sin restricciones y en donde cazaría algún pato o cerdo para guardarlo para el próximo mes.

El invierno no estaba lejos y sacha tenía que prepararse, porque sus cultivos no le darían nada hasta la primavera eso es algo que aprendió a la mala.

Ese día había decidido llevar de cacería a Dylan y Lilly para que aprendieran algunas cosas para que pudieran sobrevivir en el futuro por si ella llegaba a faltar en algún momento.

—Mamá!!!—dijeron los dos niños corriendo en su dirección.

—¿qué pasa? ¿encontraron algo bueno?

—mama, encontramos una rana, mira.—Lilly abrió sus manos dejando ver un rana regordeta.

—la encontramos en un charco, se llama arnulfo.—dijo Dylan.

—perfecto, consigan unas 5 más y podremos hacer sopa de ancas de rana.—dijo sacha sujetando la rana con sus manos saboreándola con la mirada.

—no mamá, arnulfo es nuestra mascota.—dijo Lilly quitandole la rana de las manos.

—esperen, vengan conmigo.—sacha se alertó por el sonido de algunas ramas siendo tronadas.

Los tres se escondieron en un arbusto cerca de su presa la cual era un jabalí qué pasaba cerca de ellos.

—bien ¿quién lo va a matar?. —dijo sacha.

—¿no lo vas a matar tu?. —pregunto Dylan.

—si lo mató yo cual seria la lección.

—yo lo mato. —dijo Lilly.

Sacha entrego el arco qué llevaba en su espalda y espero detrás de ella para que pudiera disparar.

—vamos Lilly, directo a la cabeza.—dijo sacha subiéndose a un árbol para que esta entrará en confianza.

Lilly sujeto el arco y la flecha y apuntó directo a la cabeza del animal, pero al soltar la flecha esta no callo donde debería y le dio en el estómago haciendo que el animal se alterará y corriera en su dirección.

—mamá ahí viene ¿qué hacemos?!!.—grito Dylan.

—tienes una espada en tu disposición, usala.

—pero...

Dylan lo dudo demasiado dándole oportunidad al animal de acercarse lo suficiente a Lilly.

Estando el animal a pocos centímetros de dañar a Lilly su cabeza fue cortada con un corte limpio echo por sacha quien había abandonado su posición para evitar la tragedia.

Sacha sugeto la cabeza del animal y se la dio a Dylan como castigo por haber titubiado ante el peligro de la situación.

—perdón. —dijo Dylan con la cabeza agachada, en su cabeza estaba el pensamiento insesante de que había decepcionado a su madre en algo tan sencillo como matar un jabali.

Sacha noto esto y de inmediato se acercó a él para poder darle un consejo.

—Dylan ¿sabes que hiciste mal?

—si, dude soy un tonto por dudar.

—dudar no te hace tonto mi vida, eres joven todavía y estas cosas siempre te harán dudar, por que a nadie le gusta matar a los animales, pero tienes que tener en cuenta que ese animal iba a matar a tu hermanita, si yo no hubiera estado otra cosa seria, el día que yo no esté aquí necesito que te cuides tu solo y que cuides a tu hermana y no digo que los valla a abandonar es solo que nada es para siempre y yo no te puedo proteger por siempre, por eso te enseñó estas cosas para que no tengas que pedirle a nadie que las haga por ti, ¿entendiste lo que te dije?

—si mamá, te juro que la próxima vez no dudaré en protegerte a ti y a Lilly.

—bien, vámonos ya.—sacha levanto el pesado cuerpo del jabali en sus hombros, sin duda el arduo ejercicio que había estado practicando desde que se escapó a dado sus frutos.

El animal aun sangraba y le mancho la cara de sangre dándole un aspecto aterrador.

El pueblo de perquinson quedaba lejos de donde ellos estaban por lo que volver caminando tomaria un tiempo.

En el trayecto de regreso Lilly logro casar varios conejos y Dylan logro recolectar varias hierbas qué podrían servir en el futuro.

Lilly al igual que sacha termino cubierta de sangre de los conejos y Dylan se cubrió de tierra por las plantas.

—bien, chicos cuando regresemos nos tenemos que bañar, no podemos cenar oliendo asi ¿verdad?

A lo lejos se escuchaba el galope de varios caballos y un carruaje qué se acercaban cada vez más.

—¿no nos vamos a esconder?. —dijo Dylan.

—no quiero esconderme y no voy a detenerme ahora que estamos tan cerca de llegar a casa ya quiero darme un baño.

El carruaje estaba finamente decorado y parecía que transportaban a una mujer de alta sociedad en el.

La cortina del carruaje se abrió lijeramente y dentro de este se encontraba una mujer de cabello amarillo y ojos verdes quien observó a sacha de pies a cabeza.

Al instante dio la orden para que todos se detuvieran y esta la pudiera apreciar mejor.

A sacha no le importo dicho gesto y continuó su andar sujetando fuertemente la mano de sus dos hijos.

—Oye tu, espera.—dijo el caballero qué escoltaba a la señorita.

—¿Qué? —contesto sacha con indiferencia.

—la princesa Arianna armendis quiere hablar con usted.

"¿princesa Arianna? ¿Quien es esa? Bueno igual no pierdo nada con saludar".

Sacha se acercó al carruaje y la puerta de este fue abierta por un caballero, dejando ver la hermosa figura de la princesa.

—mucho gusto, mi nombre es sacha blut, pero tu puedes llamarme sacha, estos son mis dos hijos Lilly blut y Dylan blut.—sacha hablo primero para que la mujer notará qué ella no era una mala persona solo por estar cubierta de sangre.

—mucho gusto señorita sacha, tu apellido me pareció interesante ¿blut es tu apellido de casada?

—ah, no, no, no, blut es el apeido qué me dieron mis padres, yo soy madre soltera.

"Bueno de echo es el nombre de mi canción favorita, no me juzguen no encontré un mejor nombre"

—ya veo ¿ese animal no es pesado?. —la mujer hablaba de él jabalí qué sacha llevaba en su espalada y de inmediato aviso a un guardia para que este la ayudará.

—espera, esta cosa pesa mucho y tus guardias no son muy fuertes que digamos deja esto en mis manos no es la primera vez que cargo uno así.

—pero son hombres.

—¿y eso que tiene que ver?

—los hombres por naturaleza son más fuertes.

—con todo respeto madam, pero está equivocada qué alguien sea hombre no lo hace automáticamente el hombre más fuerte del mundo al contrario la fuerza se hace con los años, bueno al menos esa es mi forma de ver la vida.

Un hombre se acercó a la princesa para notificarla de que si continuaba con la conversación llegaría tarde a su reunión.

—me parece interesante tu forma de ver el mundo, por favor concédeme una taza de té la próxima vez que nos veamos.

—no hay problema, nos vemos la próxima princesa eh...

—mi nombre es Arianna armendis, espero que recuerdes mi nombre sacha blut.

—si, nos vemos después.

La mujer de cabello dorado se subió a su carruaje y continuó con su camino en una dirección desconocida.

El carruaje de la princesa iba en dirección al ducado luterano para terminar algunos arreglos y acuerdos qué este tenía con el imperio.

"qué mujer más interesante su platica me pareció más que esquisita mucho mejor que las conversaciones con esos ancianos qué creen saberlo todo."

Despues de unas largas horas de viaje por fin llegaron al ducado donde fueron recibidos por los sirvientes del duque.

—¿y el duque?. —pregunto Arianna al bajar de su carruaje.

—lo siento madam, el duque ha estado un poco ocupado estos días.

—ese hombre siempre ha estado ocupado, bien dígale que esperare en la sala.

Arianna se adentro dentro de la mansión y se sentó en la sala de espera bebiendo el té qué los sirvientes habían preparado y recordando las palabras de la muchacha salvaje qué había conocido anteriormente.

"me gustaría ser igual de libre"

Después de hora y media el duque por fin apareció en la sala interrumpiendo los pensamientos de la princesa.

—buenos días a la luz del imperó armendis, larga vida a su majestad.—dijo el duque haciendo una reverencia.

—esta bien, ya sabes que no me gustan las formalidades.

—¿qué la trae por aquí?. —dijo el duque tomando asiento.

—mi padre a insistido mucho acerca del matrimonio entre tu y yo, ese es el motivo por el que me envió aquí, para intentar convencerte.

—bien, si esas son tus intenciones puedes decirle al emperador qué no lo haré, no me casaré contigo por que yo ya estoy casado y tengo dos hijos.

—este matrimonio tampoco es mi deseo, pero si no lo hago padre me dejara de lado y no podré valerme por mi misma ¿no podrías conciderarlo si quiera un poco?

—ya dije que no ¿acaso yo soy el único buen partidos qué hay en el imperó?

—por supuesto que si, tu fuiste el único caballero qué regreso con la cabeza de uno de los apóstoles ¿qué mejor partido qué ese?

—por favor princesa regrese yo no pienso considerarlo y si me disculpa estoy ocupado buscando a mi esposa.

—¿todavía la sigues buscando? Recuerdo que cuando llegaste a la capital del imperio hace tres años hiciste un revuelo por todos lados, buscaste incluso debajo de las piedras ¿como sabes que ella no murió junto con tus dos hijos?

—princesa ese asunto no le incumbe y solo le diré que mi esposa apareció con vida hace unas semanas y no descansaré hasta traerla devuelta así que puede olvidarse del matrimonio.

—¿Esta viva? Eso es increíble y pensar que alguien como sacha escaparía de su hogar.

—si, ya lo se, yo tampoco me lo explico.

—espera, dime ¿como es tu esposa?.—a la princesa le llego a la mente de inmediato la mujer que se presentó ante ella como sacha.

—es un poco más baja qué yo tiene un largo cabello blanco qué llega hasta sus caderas y ojos azules como el cielo, ella parece un ángel con eso le digo todo.

—ya veo y ¿cual era su nombre de soltera?

—sacha montiner es su nombre de soltera ella es hija única del ducado de montiner ¿por que? ¿La viste?

—vi a una chica parecida no muy lejos de aquí cerca del área de caza de la familia imperial, su nombre es sacha blut ella iba acompañada de sus dos hijos, una pequeña de cabello rojo y corto y un niño un poco grande de cabello blanco y ojos dorados.

—¿hace cuanto la viste?

—hace más de 7 horas aproximadamente.

El duque se levantó de su asiento de inmediato sin despedirse correctamente de la princesa y fue directo a hablar con el jefe de los caballeros para que se movilizaran a la dirección que la princesa Arianna le había dado.