Chloe huye de sus captores en los barrios de la zona roja para salvar su vida, al ir hilando los acontecimientos se da cuenta que cayó en la trampa de su prima que resulta ser la amante de su esposo, hay una incógnita más ¿Dónde está su hijo?. Logra sobrevivir gracias a una indigente que no solo le salva la vida, también le ayuda a recuperar a su pequeño, su fortuna y el amor.
Te invito a que te sumerjas en esta historia donde la tradición, envidia se desarrollan, una serie de eventos donde la protagonista después de pasar momentos desagrables encuentra a su alma gemela.
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Tu ángel de la guarda...
Las calles son estrechas de un solo sentido y donde solo un auto podía circular.
Avanzamos una cuadra más y fuimos hacia el lado derecho.
Llegamos un bonito local.
La parte principal era un ventanal donde se aprecia una sala, se encuentran varias personas que al vernos se levantan a saludar a Loretta, también a mí con una sonrisa que ella corresponde.
Continuamos por un largo pasillo, se detiene frente a una puerta que dice "sicólogo" toca y enseguida entramos al escuchar un:
-- Pase.
Observo con discreción, hay un diván color blanco, Inmaculado, al lado de un cómodo sofá. En la parte más al fondo, una chica con bata blanca revisa anotaciones en una computadora. Tras de ella un librero que cubre toda la pared.
-- Tomen asiento por favor, en un momento estoy con ustedes.
Está tan concentrada que no voltea a vernos, aún con el ruido de mi rechinante de mi silla.
Loretta toma asiento en el sofá después de haberme acomodado.
--¿Te has divertido?
Cuestióna la médico sin alzar la vista de su portátil.
-- Un poco, sabes que siempre encuentro algo nuevo que hace interesante el día.
--¿Tomaste de nuevo?
-- ¡Sí! Es un día triste para mí y me ayuda a sobrellevarlo.
Giro el rostro haciendo una mueca de duda hacia mi salvadora, ella me responde con una sonrisa.
-- Él es tu ángel de la guarda, seguramente te cuida.
Agrega la doctora que ha levantado la mirada.
En su escritorio hay varios documentos apilados perfectamente alineados, una maceta con un cactus con una hermosa flor color naranja que resalta el color caoba del mueble.
Se levanta de su asiento y se acerca a nosotras.
Me observa en el trayecto con una sonrisa.
--Hola hermosa soy Estefany Collins es un placer conocerte.
Me da la mano y yo la recibo sonriendo nerviosa.
--Sí soy su hija y esta señora anda de parranda sola, bueno contigo.
Me suelta la mano y abraza Loretta.
Las observo entre entrecerrando los ojos y no pregunto ni digo nada, mi salvadora un llora en silencio.
Estiro la mano y tomo la de ella acariciándola.
-- Es una pena que no tengo un lugar donde llevarle flores a mi hijo no nacido.
Agréga Loretta entre sollozos.
--¡Mamá! déjalo ir haz oración por él, pídele su bendición.
Le palmea con dulzura de la espalda.
-- Bien, bien eso fue ayer. Te presento a Chloe la querían desaparecer, la han buscado por todos lados, nos deshicimos de ellos pacíficamente.
Sonríe limpiando sus ojos con el pulgar.
-- Sí lo sé y también lo de la atropellada.
La hermosa chica la abraza y ambas se sientan en el diván.
Es muy bajita, rubia, de ojo azul y delicadas facciones aún así se nota su bien formado cuerpo.
-- Podrás encargarte y hacerla aparecer como muerta, su vida corre peligro, como cereza del pastel le quitaron a su hijo.
-- Bien mami, deberías de cambiarte tienes reunión por la tarde.
Mi salvadora asiente y se va al fondo del consultorio sin girar a verme ordena.
--Pídele sus datos, haz que ella sea la difunta, encárgate por favor Steffy.
-- ¡Sí mamá! Anda ve Estefan necesita de tu ayuda, no debes llegar tarde.
No tengo palabras, las tengo atascadas en la garganta. Entiendo perfectamente su dolor, Inevitablemente se me escapan algunas lágrimas.
Me empuja a un lado de su escritorio y se acomoda detrás de él.
Me cuestiona todo y yo se lo cuento.
De vez en cuando ella escribe, pero la mayoría del tiempo se recarga en el respaldo de su silla y me escucha con mucha atención jugando con su pulsera.
Fue larga la conversación lloré, me enojé, sonreí.
--Eso es bueno que exteriorices tus sentimientos, con eso sanarás más rápido tu mente y corazón.
La puerta del fondo se abre con un pequeño ruidito y ambas volteamos.
Una hermosa señora con elegante traje de color beige, su blusa color marrón al igual que sus zapatillas, perfectamente maquillada y peinada como si acabaste de salir de un salón de belleza. Su pelo rubio está a la altura de sus hombros le da el toque final de elegancia. Reloj en muñeca seguida de varias punseras delgadas.
Por el color azul intenso de sus ojos la reconozco, debió ver mi expresión y sonrió.
--Sí soy yo, la de ahora y la que viste ayer fue la Loretta desterrada. Por cierto deberías asearte, ahí dentro habrá algo que te quede.
De mis piernas retira el bolso del botín y me ayuda a ponerme de pie.
Una sonrisa de estruendoza se escucha de Esteffy al ver el contenido.
-- ¡Ay mamá, eres genial!
La abraza dándole muchos besos en las mejillas.
-- Anda ve aseate, seguramente nosotras nos sorprenderemos al igual que tú al verte.
Me hace un movimiento con la mano indicándome que me apresure y me señala la puerta.
Antes de entrar a la habitación giro levemente el rostro y les digo:
-- Gracias, sin usted no estaría con vida. ¡Gracias!
--Fue un placer Chloe, apresúrate no hay tiempo que perder.
Madre e hija toman asiento y yo por fin voy a darme un baño.
Apenas entré, toca la puerta al abrir me pide llegando cerca de mi.
--Dame tu ropa y uno de tus cabellos, hay huellas que cubrir.
Asiento.
Voy directo al el tocador de la habitación, tomo unas tijeras y corto mi largo cabello hasta la altura de mi mentón de un golpe.
-- ¡Vaya! Esa sí es decisión.
Me acompaña hasta el baño y le pasó mi ropa.
--No olvides tu ropa interior.
Steffy me apura.
Se la doy.
Ahora sí es hora de ducharme.