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La Protegida Del Don Greco

La Protegida Del Don Greco

Status: Terminada
Genre:Romance / Posesivo / Arrogante / Mafia / Amor a primera vista / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:38.7k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Rosana C. Lyra

Theo Greco es uno de los mafiosos más temidos de Canadá. Griego de nacimiento, frío como el acero de sus armas y con cuarenta años de una vida marcada por sangre y traiciones, nunca creyó que algo pudiera sacudir su alma endurecida. Hasta encontrar a una joven encadenada en el sótano de una fábrica abandonada.

Herida, asustada y sin voz, ella es la prueba viviente de una pesadilla. Pero en sus ojos, Greco ve algo que jamás pensó volver a encontrar: el recuerdo de que aún existe humanidad dentro de él.

Entre armas, secretos y enemigos, nace un vínculo improbable entre un hombre que juró no ser capaz de amar y una mujer que lo perdió todo, menos el valor de sobrevivir.

¿Podrá una rosa hecha pedazos florecer en los brazos del Don más temido de Toronto?

NovelToon tiene autorización de Rosana C. Lyra para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 23 – El Enemigo Invisible

La nieve empezaba a derretirse en Toronto cuando Theo regresó a la mansión. Había pasado un mes desde el ataque que lo dejó todo en ruinas, y ahora, como un fénix de concreto y acero, la casa se erguía nuevamente.

Las paredes habían sido restauradas, los pasillos pintados, el portón reforzado. Para cualquier extraño, parecía que nada había sucedido. Pero dentro de esas paredes, la memoria de la sangre aún impregnaba cada piedra.

Naya caminaba despacio por los pasillos, observando el brillo nuevo de los candelabros, el olor a madera pulida, los cuadros recolocados en las paredes. Todo parecía demasiado perfecto, como si intentaran borrar cicatrices con pintura fresca. Pero ella sabía que las cicatrices nunca desaparecen. Solo se esconden detrás del tejido.

Theo estaba en su despacho, estudiando informes esparcidos sobre la mesa. El sol de la mañana atravesaba las pesadas cortinas, iluminando parcialmente su rostro. Un hombre hecho de sombras, pero con la luz siempre intentando arrancarle algún fragmento.

Naya entró en silencio, como solía hacer. Se quedó en la puerta, observando.

Él levantó los ojos, y por un instante, ambos se miraron fijamente. No hubo palabras, pero el recuerdo del casi beso flotaba en el aire como una cuerda tensa, a punto de romperse. Ninguno se atrevía a mencionarlo. Pero ambos sabían que la distancia era solo una fachada.

—¿Dormiste bien? —preguntó Theo, volviendo la mirada a los papeles.

Ella dudó antes de responder.

—Soñé.

Él levantó el rostro de nuevo, atento.

—¿Con qué?

Naya desvió los ojos, pero la voz salió firme, casi desafiante.

—No eran pesadillas, si es eso lo que quieres saber.

Theo entendió. No necesitó detalles. Su cuerpo reaccionó, una tensión sutil recorriéndole los hombros, pero se obligó a permanecer impasible.

Silencio.

Hasta que Nikos entró, interrumpiendo el momento. El brazo derecho traía en el rostro la expresión de quien carga malas noticias.

—Don. —dijo, cerrando la puerta tras de sí— Tenemos un problema.

Theo se recostó en la butaca.

—¿Cuál?

Nikos lanzó una mirada rápida a Naya, como si dudara si debía hablar frente a ella. Pero su presencia ya no era algo que pudiera descartarse. Theo no apartaba a Naya de nada, y eso, para Nikos, era una advertencia silenciosa.

—Dos cargamentos desaparecieron. —dijo Nikos— Ambos con destino seguro, ambos monitoreados… pero se desvanecieron en el camino.

Theo entrecerró los ojos.

—¿Quién tenía acceso a las rutas?

—Solo nosotros. —respondió Nikos— Y algunos de los hombres más cercanos.

Un silencio pesado cayó.

Theo apoyó las manos sobre la mesa, los dedos golpeando levemente la madera. El sonido rítmico era como un reloj de cuenta regresiva.

—Entonces sí tenemos un traidor. —dijo.

Nikos asintió.

—Estoy revisando los informes, cruzando horarios. Pero… Don, es alguien del círculo íntimo. No podría ser de fuera.

Theo se inclinó hacia adelante.

—Encuéntralo.

La orden fue fría, pero su mirada ardía.

Nikos asintió otra vez y salió, dejando la sala sumida en silencio.

Naya observaba a Theo. Él estaba inmóvil, pero era como una fiera enjaulada, la mirada fija en nada, la mente disparando en direcciones que ella no podía seguir.

—¿Alguien cercano a ti te traicionó? —preguntó ella, bajito.

Theo levantó los ojos hacia ella.

—No sería la primera vez. —respondió— Ni será la última.

Ella dio un paso adelante, el corazón apretado.

—¿Y si es alguien en quien confías?

Él rió, bajo, sin humor.

—No confío en nadie, Naya. Ni siquiera en mí mismo.

Las palabras lo golpearon más a él que a ella. Porque era verdad.

Esa noche, la mansión estaba en silencio, pero era un silencio tenso, vigilado. Hombres armados rondaban cada pasillo, y cámaras recién instaladas observaban cada ángulo.

Naya caminaba despacio por el balcón, la nieve reflejando el brillo de la luna. Theo estaba apoyado en la barandilla, los ojos fijos en la oscuridad afuera.

—¿No tienes miedo de morir? —preguntó ella, sin rodeos.

Él giró el rostro, sorprendido por la franqueza.

—No.

—¿Por qué? —preguntó ella, casi indignada— Cualquiera lo tendría.

Theo respiró hondo, mirando al cielo.

—Porque ya morí por dentro hace mucho tiempo. Lo que queda es solo consecuencia.

Naya se estremeció.

—¿Y yo? —arriesgó, la voz temblando— ¿También soy consecuencia?

Él se volvió despacio hacia ella. Su mirada era dura, pero había algo detrás, una grieta en el hielo.

—Eres la excepción. —respondió.

El silencio que siguió fue tan denso que hasta el viento pareció retroceder.

Naya bajó los ojos, incapaz de sostener el peso de esas palabras. Pero por dentro, algo ardía.

Dos días después, Nikos volvió con información.

—Don. —dijo, entrando al despacho con pasos firmes— Crucé horarios, rastros de llamadas, movimientos de cuentas.

Theo levantó los ojos, esperando.

—El traidor está sentado a la mesa. —confesó Nikos— Uno de nuestros hombres más antiguos.

Theo no reaccionó de inmediato. Solo cerró la carpeta frente a él.

—¿Cuál de ellos?

Nikos respiró hondo.

—Dimitri.

El nombre resonó en la sala como una melodía desagradable. Dimitri, uno de los que Theo había sacado de la calle, alimentado, entrenado, protegido.

—¿Estás seguro? —preguntó Theo.

—Más que nunca. —respondió Nikos— Los cargamentos desaparecieron en las rutas donde él estaba de guardia. El dinero fue rastreado hasta una cuenta que lleva a su esposa. No es coincidencia.

Theo guardó silencio, pero su mirada se endureció.

Naya, sentada a cierta distancia, observaba la escena. No necesitaba escuchar todo para entender. La traición no venía solo de los enemigos, sino de los propios hombres.

Theo se levantó despacio.

—Prepáralo. —dijo, con voz baja.

Nikos asintió y salió.

Naya se acercó, el corazón acelerado.

—¿Qué vas a hacer?

Theo se volvió hacia ella, la mirada impasible.

—Lo que siempre hago con quien me debe sangre.

Ella se estremeció. Quiso preguntar más, quiso detenerlo, pero sabía que no serviría de nada.

Esa noche, Theo enfrentó a Dimitri en uno de los sótanos recién restaurados de la mansión. El hombre, arrodillado, sudaba de pánico, jurando lealtad, suplicando perdón.

Theo no levantó la voz. No lo necesitó.

—Es curioso… —dijo, frío— cómo algunos hombres olvidan quién les dio todo.

Dimitri sollozó, negando con la cabeza.

Theo solo levantó el arma.

—La lealtad no se pide. Se demuestra.

El disparo resonó seco, enterrándose en las paredes del sótano.

Theo no tembló. No vaciló. Pero cuando subió de nuevo a los pasillos iluminados, encontró a Naya parada en la puerta, los ojos fijos en él.

Ella no dijo nada. Solo lo miró.

Y en esa mirada, Theo comprendió que, por más que lo intentara, no podría esconderle quién era en realidad: cazador y presa, verdugo y hombre.

El enemigo estaba en todas partes. Pero el mayor de ellos era invisible… el que vivía dentro de él.

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Letty Santaella de Samaniego
hermosa novela
Tamara
Hermoso
Beatriz Mas
excelente historia!!
Chali Ortiz
muy linda historia me atrapó desde el principio,
me gustó como se fue desenvolviendo la protagonista
un pequeño detalle, cuando atraparon a Stefano no hubo concordancia, ya que al principio decías que estaba de rodillas amarrado a la silla y al final escribiste que estaba atado a una columna
te deseo muchos éxitos y gracias por compartir tu talento
👏👏👏👏👏👏👏👏💐💐💐💐💐💐
Maria Rojas
felicidades autora una excelente novela muy buena la trama los personajes y tuvo un gran final éxitos bendiciones
JZulay
una historia que me mantuvo en vilo .....viendo al hombre rudo e implacable que fue transformado por un amor que no esperó.

💯 recomendada 😉👌🏼
🇧🇷Rosana Lyra🇧🇷: Gracias mi querida, la historia de Nikos está completa en el perfil ❤️
total 1 replies
JZulay
😔🙏🏼🥺😍.... increíble Greco..... transformación total ☺️
JZulay
ohhh muchacha....te la pasarás en cama y criando 🤭😋
JZulay
🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️🥰❤️
JZulay
quién lo diría...el mafioso férreo....pero tan tierno ..🥰
JZulay
tú la creaste ...!!!!....ella se reconstruye ...😍❤️
JZulay
atrevido Morozov.....venir amedrentar en la puerta de su casa 😤.....
De lo que llevas ....traes.... 🤜🏼🤛🏼
JZulay
hermoso...🥰..ver un hombre que no se quiebra por nada, pero cuando el amor ❤️ toca a su puerta no tiene cómo resistirla 😍
JZulay
ya era hora.../CoolGuy/....todos estábamos languideciendo...!!!!!..../Hey//Smug//Proud//Tongue//Drool/
JZulay
mi reina.....qué haces nadando contra la corriente ...,🤔....sí no quieres ver sangre , entonces abandona ese lugar....pero ten por seguro, que tú serás la próxima con un tiro en la cabeza o peor ..../CoolGuy/
JZulay
Theo encontraste lo que no estabas buscando !!!??...,❤️💔
JZulay
mucha larga a ese silencio !!!!! 🤦🏼‍♀️
JZulay
qué osado Vladimir.....🤦🏼‍♀️.....sí ... definitivamente...
estás muerto !!??!!!
JZulay
esto es un duelo en el infierno ⚒️
JZulay
me tiene en suspenso /Blush/
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