¿Qué pasa cuando un personaje de novela antigua transmigra al mundo moderno? Esta es la divertida historia de una villana adaptándose al progreso. Es como invitar un neandertal a casa
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La chica del milagro
Sergio se marchaba a continuar su labor. Su tarea con la joven había terminado, ya estaba a salvo y en manos de los paramédicos. O eso es lo que pensó él. No había dado ni diez pasos, cuando ella le dijo:
- ¿A dónde va? Debe venir conmigo al marquesado para que mi padre le dé su recompensa. Sabe, ha tenido suerte en rescatarme. Yo soy la hija del Marqués Del Alba y mi papá me adora. Así que lo colmará a usted con una buena recompensa y quizás hasta le dé ropa, esa que trae es rara y está muy sucia.
- Los médicos y él se miraron con extrañeza. ¿De qué hablaba? Sergio se acercó nuevamente, pero bajito le preguntó a uno de los médicos.
- ¿Qué le pasa a la joven?
- El examen realizado aquí muestra varias contusiones y algunos rasguños. No presenta ninguna fractura. Muestra ligeros síntomas de deshidratación que pudieran ser la causa de su desorientación. Las señales que muestra concuerdan con alguien que está confundido. Como ve, ella tiene miedo, está ansiosa, agitada y por lo que dice casi podemos afirmar que alucina. El nombre que nos dio, no coincide con ninguno en la lista de los presuntos desaparecidos en este desastre natural.
- Su madre se encuentra arriba. La he visto esta mañana. Quizás si la chica la ve... Lo curioso es que estoy seguro de que su madre me dijo que se llama Dalia, me ha dado una foto.- Sergio sacó la fotografía de su bolsillo y se la enseñó al médico.- Ve es la misma chica y acá atrás dice Dalia Viamonte. Pruebe con ese nombre.
Mientras Sergio hablaba con el doctor, la joven se peleaba con una enfermera.
- ¿Pero qué le pasa plebeya, por qué me hace daño? Mi papá se va a enterar de esto? Aléjese de mí y no vuelva a tocarme plebeya desagradable y maleducada. Haré que la castiguen.
- ¿Qué es lo que pasa ahora? -preguntó el doctor a la frustrada enfermera.
- La joven se niega a que le canalice la vena.
- Bueno tendremos que sedarla si no queda remedio, pero voy a intentar razonar con ella. Usted vaya con el oficial de allá y pídale que busque en el listado el nombre de Dalia Viamonte.- la enfermera se fue a cumplir con la solicitud del doctor y este se acercó a la muchacha.
- Hola jovencita. ¿Por qué no ha dejado que le canalicen? Usted está deshidratada y es necesario hidratarla.
- Mire señor yo tengo sed. No tengo idea de dónde estoy, ni cómo llegué aquí y esa mujer desagradable me agarró del brazo y me quería poner esta cosa.- Mostró la liga y el suero que estaban al lado de ella en la camilla.- Ve quería hacerme daño. ¿Oiga no tiene un poco de agua que me dé?
El doctor pensó que la chica quizás le temía a las agujas y por eso reaccionó así. Le dio una botella de agua. Esto podía ayudarla hasta que estuvieran listo los preparativos para subirla a la superficie y fuera trasladada al hospital. La enfermera regresó confirmando la identidad. El médico se rascó la cabeza. Cogió la tablilla con el diagnóstico y agregó. Valoración por psiquiatría. Se giró hacia Sergio y le preguntó.
- ¿Puede contactar a la madre? Eso sería de mucha ayuda.
- No la conozco, la vi una sola vez esta mañana antes de descender. Quizás si la vuelvo a ver podría identificarla. ¿Doctor qué hace ella?
La muchacha estaba examinando minuciosamente la botella como si fuera la octava maravilla del mundo. Mientras murmuraba para sí misma.
- ¿Extraño de qué está hecho esto? No es cristal, pero es transparente y suave. Si lo aprieto no se rompe y tiene agua adentro, pero como se coge? Oiga señor esto cómo se llama? Es extraordinario y me puede decir cómo cojo el agua?- todo esto lo decía mientras agitaba la botella plástica. Sergio y el médico miraban atónitos la escena. El médico tomó nuevamente la tablilla y subrayó la palabra psiquiatría y le escribió como nota adyacente la palabra urgente. La enfermera viendo aquella pantomima trató de quitarle la botella para abrírsela, pero la joven reacción inmediatamente abrazándose a la misma mientras le decía.
- Eres una plebeya horrible. Ahora quieres quitarme mi regalo.
- Jovencita solo quiero abrirle la botella para que tome el agua.
- ¿Sabes abrir esto? No me hagas reír. Qué va a saber una plebeya maleducada como tú sobre esta cosa tan bonita.
Ante que las cosas se pusieran más locas Sergio se adelantó y le dijo a la muchacha:
- Deme, yo puedo mostrarle cómo se hace.
- ¿En serio?
- Claro es muy fácil.
- Pero no quiero. Esto es mío. Me lo dio el señor amable de allá.
- Está bien no pasa nada. Espere. - Sergio se viró hacia la enfermera y le pidió otra botella de agua. Ella se la dio y girándose con ella en la mano hacia la chica le dijo:- Mire esto es lo que vamos a hacer usted haga lo que voy a indicarle.- Ella no dijo nada sólo lo miró fijamente.- Bien ponga la botella así y luego gira la tapa así y ya está abierto y después toma el agua así- Sergio se empinó la botella y bebió de ella. La muchacha imitó todo lo que vio.
- Gracias. Por esto también lo recompensaré.- Sergio rió. ¿Total para qué discutir? Era evidente que aquella muchacha tenía algún tornillo suelto.
Mientras todo esto sucedía el equipo para trasladarla a la superficie estaba listo, pero se encontraron con la dificultad de que ella quería que la acompañara el joven. Ya le habían avisado a la madre en la superficie que su hija había sido encontrada y ya la esperaba. Sergio tuvo que subir con la loquilla como le llamó en su cabeza.
- ¿Mi Princesa cómo te sientes? ¿Te duele algo?
- ¿Qué hace, suélteme? ¿Quién es usted señora? No se tome tanta confianza. Yo no la conozco.
La madre de Dalia se quedó de piedra. Miró al médico que revisaba la planilla, describiendo el diagnóstico inicial de la paciente.
- ¿Doctor qué le pasa a mi hija? ¿Por qué no me reconoce?
- Cálmese señora, no altere más a la paciente. Ahora no estamos en condiciones de confirmar nada. Vamos a trasladarla al hospital más cercano y allí se le realizará un estudio más completo.
- Ok, pero es que...
- No se preocupe es normal en estos casos. Su hija ha sufrido un accidente y todavía no sabemos cómo la afectó el mismo. Ahora entre a la ambulancia que debemos partir - la pobre mujer subió con el corazón apretado. Ya adentro se encontraba su hija, mirando todo como cuando tenía tres años y había comenzado a percibir el mundo.
- Señorita Dalia, debe acostarse. Señorita por favor es necesario que coopere.
- ¿Me habla a mí, plebeya? Yo no me llamo Dalia.
- Jovencita la ambulancia va a empezar a moverse y es peligroso para usted estar así. Por favor coopere.- la sirena había empezado a sonar y la muchacha azorada preguntó.
- ¿Qué es eso?
- ¿A qué se refiere?
- Es que no lo oye. Ah! Esto se mueve. Qué maravilla? Esto es cosa de magia. ¿Cómo es que se mueve tan rápido y sin caballos. Tengo que comprarle una de estas ambulancias a mi padre, pero qué es ese ruido que nos sigue?
- Es el sonido de la sirena de la ambulancia. ¿A eso se refiere?
- ¿Y no se le puede quitar ese ruido?
- Sí, pero usted es una paciente que ha sobrevivido milagrosamente a un terrible accidente y por eso es necesario pedir vía para llegar rápido al hospital.
- No me interesa. Quítele ese horrible sonido.
- Es que no se puede comprenda.
- ¿Estos plebeyos y usted mujer también va para mi casa?
- Dalia hazle caso a la enfermera no seas grosera hija.
- Oiga ya le dije que no soy esa tal Dalia. ¿Qué no oye o es sorda? Ah!, ¿qué le pasa a usted también por qué me pinchó con esa cosa?- dijo virándose para la enfermera.
El sedante fue bastante fuerte y en segundos quedó inconsciente. La madre muy preocupada la ayudó a colocar correctamente en la camilla.
- ¿Es que mi hija se dio tan fuerte en la cabeza que tiene amnesia o estar allá abajo la ha vuelto loca?
- No se preocupe es normal que pueda pasar esto. Su hija ha pasado por una situación muy difícil. Quizás esta sea la forma que encontró su cerebro para sobrevivir al estrés de estar atrapada bajo toneladas de escombros y tierra.
- ¿Pero ella se va a poner bien, verdad?
- Cada paciente es diferente yo no estoy calificada para responderle esa pregunta, pero le puedo garantizar que su hija va a ser atendida por uno de los mejores equipos de trauma del Estado. Así que esperemos que ellos la examinen y le den su diagnóstico.
- Está bien. No me malinterprete estoy muy feliz de que mi hija esté viva y a salvo. Solo estoy preocupada eso es todo. No obstante agradezco a Dios por mantener con vida a mi Princesa.
La ambulancia había llegado a su destino. Un equipo médico, la prensa y un montón de curiosos se encontraban esperando. La policía mantenía a raya a los curiosos y a los periodistas. Solo el equipo y los flash de las cámaras tocaban a la joven. Ese mismo día por la noche en los telediarios y los períodicos aparecía bajo el título de "La chica del milagro", la noticia del rescate de la única sobreviviente del desastre hasta el momento.
de raros como su amiga que a pesar
de todo va por su meta de acostarse con Mario le gusta
los villanos será que ella se lo quede lo amarre?