Tras una muerte trágica, Sofía recibe una nueva oportunidad para corregir el pasado. En su vida anterior, fue despreciada por sus padres, que preferían a su hermana adoptiva, y traicionada por el hombre que amaba, responsable de su final.
Decidida a ser feliz, Sofía dejará todo atrás y valorará a quienes la amaron de verdad en ambas vidas.
Ella, una mujer plus size. Él, un hombre mayor y con discapacidad. Ambos rechazados por la familia y el mundo.
Mientras quienes los lastimaron se encaminan a la ruina, Sofía y Rafael avanzan juntos hacia el éxito y un gran amor.
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Capítulo 2
"¡Si tuviera otra vida, jamás me casaría contigo!"
Esa frase resonaba en la mente de Sofía, el dolor lacerante del aborto aún la hacía inclinarse, clavando las uñas en su abdomen.
Pero ya no estaba acostada y agonizando en una cama de hospital, estaba festejando en un bar de hotel.
—Sofía, ¿qué te pasa? ¡Bebe un poco más!
Oye la voz de Verónica, su hermana adoptiva, incentivándola a beber más vino. Sus amigos gritaban.
—¡Vamos Sofía, bebe más!
Aquella escena era tan familiar, ella ya había vivido eso. Ella se recordó que la primera vez que eso sucedió, ella quería mucho que aquellas personas gustasen de ella y ella había bebido todo.
De repente, Verónica comenzó a saludar con la mano.
—¡Aquí! ¡Estamos aquí!
Todos miraron hacia la dirección que Verónica saludaba y él acababa de llegar, Lucas Fontes, el joven Lucas Fontes, diferente del hombre que Sofía conoció, sin aquella mirada de desprecio que tantas veces él le ofreció en la otra vida, sin las acusaciones y mentiras.
Intercambiaron miradas por algunos segundos, pero los segundos duraron años de una vida de sufrimiento. 5 años casada con ese hombre que tanto la despreció, que refregó en su cara innumerables veces que su cariño y atención sería direccionado a otra mujer.
Aquel hombre que en el pasado la hacía suspirar enamorada, ahora era el rostro que le traía recuerdos terribles. Él que en su otra vida, negó socorro mientras ella estaba abortando y aún se negó a autorizar la cirugía que salvaría su vida, causando su muerte.
Lucas Fontes volvió a caminar, sin desviar la mirada de Sofía y ella se recordó que fue aquel día que todo sucedió, que fue aquel día que ella fue drogada y despertó desnuda, entrelazada a él, en la cama.
Aquellas personas que ahora parecían querer su amistad, estaban tomando fotos y burlándose, llamándola de gorda y zorra.
Las fotos fueron publicadas y se viralizaron en internet y más y más personas la insultaban y acusaban de haber drogado a Lucas Fontes para que él hubiese pasado la noche con ella.
Su cuerpo fue expuesto y ridiculizado y por eso ella casi pensó en matarse, lo que la impidió, fue el descubrimiento de su primer embarazo.
Tras el descubrimiento, Lucas Fontes que hasta aquel momento, nunca la defendió, se pronunció, él iba a asumir la responsabilidad y se casaría con Sofía.
Un hilo de esperanza se instaló en su corazón, ella pensó que aquel embarazo haría con que Lucas la defendiese y aquel casamiento haría con que él la amase. Ella prometió a sí misma que sería la mejor esposa y la mejor madre así, haría con que él correspondiese sus sentimientos.
Pero nada sucedió como ella imaginó, él la negligenció, dejó que personas la lastimasen, aquel primer bebé ella abortó y muchos otros abortos sucedieron, hasta el último que acabó causando su muerte.
Recordando su otra vida, Sofía decidió, ella iba a reescribir la propia historia.
Mientras todos adulaban a Lucas, Sofía miró a su copa con el vino que probablemente estaba con la droga, ella había tomado la mitad, pero aún no había tomado todo.
Ella tenía una chance de escapar.
Pensando rápido, Sofía derramó el restante del vino en el vaso de Verónica, recordando los últimos acontecimientos de su vida pasada, ahora ella sabía que Verónica no era inocente cuanto parecía y probablemente fue ella quien colocó droga en su bebida, con la intención de ridiculizarla, pero ahora, Sofía haría ella sentir un poco del propio veneno.
En seguida, Sofía se viró decidida a alejarse. Ella dio algunos pasos y sintió el suelo debajo de sus pies hundirse y todo girar. Pensó que probablemente el poco de la droga que bebió ya estaba haciendo efecto.
Pero movida por la fuerza de voluntad de cambiar su historia, ella fue tambaleándose, apoyándose en la pared.
—¡Sofía! ¡Sofía! —ella oyó los llamados, pero no se viró, estaba decidida, no iba a repetir el mismo destino de su vida pasada.
Luego alcanzó el ascensor y cuando entró, casi fue tomada por un alivio, pero así que se viró, vio a Lucas viniendo en su dirección, ella quedó tan asustada que la mirada de ella lo hizo paralizar por algunos segundos, pero luego él volvió a caminar en dirección al ascensor.
Sofía apretaba el botón de cerrar la puerta, en la misma velocidad de las batidas de su corazón. Ella sentía su consciencia comenzar a fallar y para cambiar su destino, no debería perder la consciencia cerca de Lucas Fontes.
Cuando él estaba a un paso del ascensor, la puerta se cerró, trayendo finalmente el alivio que tanto necesitaba. Pero aún había un camino a recorrer, ella tenía que conseguir llegar a su cuarto y encerrarse allá.
Los periodos de consciencia e inconsciencia se alternaban, los efectos estaban aún más fuertes.
Cuando el ascensor paró, ella se arrastró para afuera, repitiendo para sí misma. “Tercera puerta a la izquierda.”
Así que llegó a la puerta, intentó verificar el número del cuarto, pero su visión se nubló y ella resolvió confiar en su intuición e intentar abrir la puerta.
Pero la tarjeta fue rechazada.
Ella intentó una vez más y fue rechazado nuevamente.
Con rabia y recordando que había acontecido lo mismo cuando ella llegó al hotel, ella pateó la puerta.
—¡Abre luego, caramba!
Sofía intentó nuevamente y mal tocó la tarjeta y la puerta se abrió, ella entró en el cuarto y de repente, fue tomada por un brazo fuerte envolviéndola.
—¿Sofía? —ella oyó una voz masculina y su corazón paró de repente.
Ella pestañeó y en la penumbra, con la visión turbia, consiguió reconocer un rostro masculino, ojos claros y cabellos rubios, más nada además de eso. Luego concluyó, era Lucas.
—¿Cómo llegaste primero? No. No. ¡Lucas de nuevo no!
Ella dijo, pero no consiguió librarse del hombre, sintió la piel desnuda de él a su toque, pasó la mano por sus hombros anchos y los músculos tensos de su pecho.
Su mente decía para ella huir, pero el cuerpo reaccionó, ella se sintió caliente, ella sintió su interior contorciéndose de deseo.
“Sólo puede ser una droga afrodisíaca…” ella pensó, intentando resistir, pero el deseo era más fuerte y luego ella se colocó en las puntas de los pies y tomó los labios de aquel hombre en un beso desesperado.
Al principio, él no correspondió, pero luego no resistió y correspondió el beso con aún más fervor. Él la tiró en la cama y en seguida abrió sus piernas y se puso entre ellas.
Sofía suspiró, sintiéndolo duro, tocando en medio de sus piernas, aquel cuerpo era inocente, pero su mente con recuerdos de otra vida, tenían memorias de cómo era ser tomada por un hombre.
Ella enlazó las piernas en la cintura de él y comenzó a restregarse en su dureza, queriendo más…