Llévate a Mi Esposo

Bima estaba en su oficina, terminando un informe que debía entregar a su jefe ese día. Sus pensamientos estaban divididos, entre el documento que tenía delante y el rostro de Desi, su esposa, que aún se veía tan enojada.

"Ah, realmente me he excedido, si no lo arreglo, podría perder a Desi", murmuró Bima en voz baja mientras negaba con la cabeza, tratando de concentrarse en su trabajo. Tecleaba rápidamente, tratando de ahogar su sentimiento de culpa en la pila de documentos.

Poco después, el informe finalmente estuvo terminado. Bima apiló los papeles cuidadosamente, los metió en una carpeta y caminó hacia la oficina de su jefe.

Bima llamó a la puerta de la oficina de Pak Hardi. "¡Adelante!", la voz grave de Hardi se escuchó desde adentro.

Bima abrió la puerta, entró con una postura firme, pero su rostro se veía un poco cansado.

"El informe de esta semana está terminado, señor", dijo Bima mientras entregaba la carpeta.

Hardi asintió mientras recibía el archivo. Abrió la carpeta, revisando el contenido del informe cuidadosamente.

"Bien, Bima. Trabajas rápido, como siempre", elogió el Capitán, aunque sus ojos aún estaban enfocados en leer el informe.

"Gracias, señor", respondió Bima, sonriendo levemente.

Hardi levantó la vista, mirando fijamente a Bima. "Pero te ves cansado. ¿Está todo bien en casa?"

Bima se sobresaltó un poco, luego trató de ocultar su inquietud con una sonrisa. "Bien, señor. No hay problema".

"Bien, entonces. Si necesitas algo, no dudes en decirlo", dijo Hardi con un tono atento.

Bima asintió y se despidió para salir.

Después de salir de la oficina de su jefe, Bima caminó hacia la cantina para llenar su estómago vacío. Algunos de sus compañeros de trabajo ya estaban reunidos allí, incluidos Dono, Jeki y Bagas. Se reían mientras disfrutaban de su almuerzo.

"¡Pak Bima, únete aquí!", llamó Dono mientras agitaba la mano.

Bima sonrió y se acercó a ellos. Tomó un plato de arroz y acompañamientos, luego se sentó entre Dono y Jeki.

"Pak Bima, ¿cómo está tu esposa? ¿Se dice que Pak Bima se tomó un día libre ayer para acompañar a su esposa que está enferma?", preguntó Dono mientras tomaba una cucharada de su comida.

Bima sonrió rígidamente. "Ella está bien. Ahora está en casa", respondió brevemente mientras se llevaba el arroz a la boca.

"Lo siento, cariño, les mentí a mis amigos diciendo que me tomé un día libre para acompañarte," dijo Bima en su interior sintiéndose culpable.

"Oh, qué bien entonces", respondió Dono asintiendo satisfecho.

La conversación cambió a otro tema. Sin embargo, poco después, Jeki comenzó a contar una historia inesperada.

"¿Quieren escuchar una historia?", comenzó Jeki con un tono serio, mientras dejaba su cuchara y tenedor. "Se trata del momento en que ayudamos a las víctimas del derrumbe ayer".

Todos los ojos miraron a Jeki, incluido Bima, que lentamente dejó de masticar.

"Hay noticias sobre una mujer embarazada que tuvo una hemorragia severa y fue derivada al Hospital General de Lembayung", continuó Jeki con una expresión entusiasta. "¿Saben? Allí, se dice que los pacientes, visitantes e incluso los trabajadores estaban emocionados de contar la historia. El esposo de la mujer fue llamado varias veces, pero nunca contestó. ¡Imagínense, su esposa está luchando por salvar su vida y la de su hijo, pero su esposo no da señales de vida!"

"¿En serio?", interrumpió Dono, pareciendo sorprendido. "¿Quizás su esposo está ocupado?"

"¿Ocupado con qué, Don?", resopló Jeki. "La enfermera de allí dice que llamó más de 20 veces, pero no hubo respuesta en absoluto. Eso se convirtió en la conversación de todos allí, incluido mi familiar que está siendo tratado en ese hospital".

Bagas, que había estado en silencio desde el principio, también habló. "Si me encuentro con el esposo de esa mujer, lo golpearé. ¡Cómo puede ser un esposo tan incompetente!"

"Sí, es muy fácil hacer un hijo, pero la responsabilidad es cero", respondió Jeki con un tono irritado.

Bima, al escuchar la conversación, de repente se atragantó. Rápidamente tomó un vaso y bebió agua. Sus ojos se abrieron, sus pensamientos comenzaron a correr.

"Eh, Pak Bima, ¿qué pasa? ¿Te atragantaste?", preguntó Dono.

"Ah, no es nada", respondió Bima mientras se daba palmaditas en el pecho, tratando de parecer tranquilo.

La conversación continuó hacia otros temas. Sin embargo, para Bima, cada palabra que salía de la boca de sus amigos se sentía como un cuchillo que apuñalaba su corazón repetidamente.

"Entonces, ¿qué pasó con la mujer embarazada?", preguntó Bagas con curiosidad.

Jeki suspiró profundamente y luego dijo: "Se dice que estaba muy crítica. Incluso necesitó una gran cantidad de transfusiones de sangre. Pero como no se pudo contactar a su esposo, los médicos de allí se enojaron. En el último segundo, ella misma tuvo que firmar el consentimiento para la operación. Imagínense, estaba sola en la sala de emergencias, asustada, sin nadie que la acompañara".

Bagas negó con la cabeza con un rostro sombrío. "Esa mujer no tuvo suerte al elegir marido. ¿No tiene otros familiares?"

"Parece que no", respondió Jeki. "Espero que se divorcie pronto de su marido. Es una pena tener que vivir con alguien así".

Bima guardó silencio. En su corazón, sintió una punzada de culpa muy profunda. "Desi... Debe ser Desi. Recién me entero de que ella pasó por eso. Realmente no merezco ser perdonado. La he decepcionado, incluso cuando más me necesitaba".

"Pero debemos estar agradecidos de tener al Capitán Bima", dijo Dono de repente, tratando de cambiar el ambiente. "Miren, él se toma un día libre para acompañar a su esposa que está embarazada. ¡Ese es un ejemplo de un marido responsable!"

"Así es", asintió Jeki. "El Capitán Bima es diferente. Él sabe cómo priorizar a la familia".

Todos los compañeros en la mesa estuvieron de acuerdo, elogiando a Bima con entusiasmo.

Mientras tanto, Bima solo sonrió levemente, fingiendo disfrutar de sus elogios. Sin embargo, en su corazón, se sentía destrozado. "Si supieran que en realidad no acompañé a mi esposa esos tres días... Qué dirían mis amigos. Seguramente se decepcionarían".

Bima bajó la cabeza, sosteniendo su vaso con fuerza. Sus pensamientos estaban llenos de arrepentimiento, un sentimiento de culpa que se acumulaba en su pecho.

"Pak Bima, ¿por qué estás callado? ¿No tienes una historia para nosotros?", bromeó Dono mientras reía.

Bima negó suavemente con la cabeza. "No, Don. Solo estoy pensando en el informe de antes", respondió brevemente, tratando de evitar la atención.

La conversación en la mesa continuó, pero para Bima, cada palabra que salía de la boca de sus amigos se sentía como un cuchillo que apuñalaba su corazón repetidamente.

Bima regresó a su oficina con pasos vacilantes, sus pensamientos llenos de un sentimiento de culpa que lo perseguía constantemente. Su corazón se sentía pesado, como si tuviera una carga que no podía soltar. Miró su escritorio, pero la intención de sentarse y continuar con su trabajo parecía haber desaparecido. Inclinó la cabeza, sus ojos miraban fijamente al suelo.

Aún no se había sentado cuando su teléfono vibró en el bolsillo de su pantalón. Rápidamente lo sacó y vio un mensaje de su hermana menor. "Mas Bima, estamos en tu casa ahora. Mbak Desi se está pasando. Por favor, vuelve a casa."

Una mirada rápida al mensaje lo puso inmediatamente ansioso. Su rostro se tensó, su corazón latió más rápido. "¿Por qué tienen que venir a casa ahora?", pensó con pánico.

Bima inmediatamente movió sus pasos fuera de la habitación. Se acercó a Dono que estaba sentado en la oficina con Jeki.

"Don, pido permiso para irme a casa primero. Hay un asunto urgente en casa", dijo Bima apresuradamente.

Dono levantó su rostro y vio una expresión seria en el rostro de Bima. "Está bien, ten cuidado, Pak. No conduzcas rápido por la carretera."

Jeki que escuchó la conversación comentó inmediatamente con un tono de broma, "¿Por qué Pak Bima pide permiso tan seguido? Está muy ocupado, tal vez por su esposa, ya que está embarazada de su primer hijo. Sin mencionar el problema del desastre de ayer..."

Dono asintió con la cabeza. "Tienes razón. Pero, pase lo que pase, él es un esposo responsable."

Bima no tuvo tiempo de escuchar la continuación. Inmediatamente caminó rápidamente hacia su auto en el área de estacionamiento de la oficina.

Después de entrar en el auto, Bima se sentó por un momento mientras cerraba los ojos. Respiró hondo, tratando de calmarse, pero sus pensamientos se agitaban sin cesar. Golpeó el volante del auto suavemente, frustrado.

"¿Por qué mamá y mi hermana menor tienen que venir ahora? Mi problema con Desi aún no está resuelto... todo sigue siendo un caos", pensó para sí mismo.

Bima encendió el motor del auto y comenzó a salir del estacionamiento. Miró el teléfono que estaba en el asiento a su lado. Una nueva notificación apareció en la pantalla, un nombre familiar: Maya.

Sin embargo, Bima solo miró la pantalla brevemente antes de ignorarla. "No ahora, Maya. Este asunto es más importante". Suspiró pesadamente de nuevo, sus ojos enfocados en la carretera frente a él.

A lo largo del viaje, Bima no pudo deshacerse de los malos pensamientos de su cabeza. Negó suavemente con la cabeza, tratando de calmarse, pero cuanto más pensaba, más empeoraba su preocupación.

"¿Qué pasaría si supieran sobre la condición de Desi ahora?. Sin mencionar a nuestro hijo. Hasta ahora todavía no sé si ese niño realmente murió o nació prematuramente en el hospital. Ni siquiera me atrevo a preguntarle a Desi... Harán que mi situación empeore aún más."

Cuando su auto se acercaba a la casa, Bima vio la sombra de otro auto estacionado frente a su casa. Inmediatamente reconoció el auto como perteneciente a un miembro de su familia. Su corazón se volvió más inquieto.

Bima miró la puerta de su casa con una mirada vacía durante unos segundos. Respiró hondo, tratando de calmarse antes de enfrentar lo que fuera que estuviera adentro.