Zulema de la Puente, tiene 25 años, y en poco tiempo ha sufrido una serie de desgracias que cambiaron su mundo, su padre murió, su madre está muy enferma, fue despedida de la compañía en que estaba desarrollando una carrera exitosa y su prometido Javier Belmonte canceló su compromiso.
Ahogada en los problemas, una noche bebió más de la cuenta, y para vengarse de su prometido durmió con su tío, Mathias Belmonte, un frío, pero apuesto hombre de 35 años, dueño de una de las más importantes fortunas del país.
¿Será Mathias un problema más grande para Zulema o será su Salvador?
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1. Los males no vienen solos
Zulema De la Puente, estaba a punto de cumplir veinticinco años y creía que su vida era absolutamente perfecta; sin embargo, en estos últimos meses su mundo se vino abajo y conoció el verdadero rostro de las personas que la rodeaban, no hay nada más revelador que cuando llegan las desgracias, te muestran la hipocresía, y solo quedan a tu lado las personas que en verdad te aman y las verdaderas amistades; descubres de lo que estás hecho y de cuánto valor se necesita para seguir adelante.
Todo ocurrió desde que acusaron a su padre de desfalco, una acusación que destruyó su vida. Ella no entendía como él pudiera cometer un delito, más aún si siempre fue un hombre ético, con alta moral y fuertes convicciones, alguien que la había orientado, enseñado y apoyado para llegar a convertirse en la persona que era.
Sin mucho detalle, se debe decir que la acusación y las actuaciones judiciales bastante turbias llevaron a don Santiago De la Puente a prisión; donde tras un confuso y lamentable incidente, falleció supuestamente después de haberse ahorcado con unas sábanas; la situación más traumática y dolorosa que había enfrentado hasta entonces, pero no fue la única.
Zulema está convencida que tal situación no podría ser cierta, se negaba a creer esa versión de la historia, su padre clamaba su inocencia pese a las pruebas en su contra, las actuaciones del desfalco habían sido tan obvias, que Zulema no podría imaginar que alguien tan inteligente como don Santiago, pudiera haber dejado tales cabos sueltos en el supuesto negado que hubiese cometido el mencionado delito.
Además, Zulema De la Puente estaba segura, que su padre no optaría por suicidarse sino que demostraría su inocencia con convicción y fortaleza, un hombre así no dejaba a su familia a la deriva.
Tras esta terrible noticia, la madre de Zulema sufrió un infarto cerebral, dejando la mitad de su cuerpo paralizado y con problemas para hablar y comer, ha pasado meses internada, con rehabilitación y terapia, con costos altos que dadas sus circunstancias eran difíciles de solventar.
Para agregar sus pesares, ante el escándalo, la compañía donde estaba trabajando la despidió, no querían tener en su nómina a la hija de un presunto desfalcador, la mayoría de sus compañeros de trabajo, que antes la felicitaban por los logros que iba alcanzando, le empezaron a dar la espalda, y la carrera profesional que iba construyendo se iba desvaneciendo irremediablemente ante sus ojos.
Solo Yanira Santibáñez, la secretaria del departamento de diseño, la ayudó a sacar sus cosas y le deseó muy buena suerte, diciéndole que si en algo le podía ayudar contara con ella; Zulema no sabía que en el futuro la ayuda de Yanira le sería de vital importancia para limpiar el nombre de su padre y de su familia.
Dicen que los males no vienen solos y que las ratas son las primeras que abandonan el barco cuando se está hundiendo; y para Zulema fue exactamente eso, su prometido Javier Belmonte, rompió el compromiso que tenían. Una relación de cinco años; en que ella dio todo, construyendo un futuro que se vino abajo al instante.
No solo ello, cuando confiscaron todos los bienes de la familia, ella quiso vender las cosas que había comprado para su vida juntos; sin embargo, se dio con la sorpresa de que Javier le había bloqueado todos los accesos al penthouse que la madre de él les había dado para que vivieran luego del matrimonio; que se iba a realizar tres meses después del cumpleaños número veinticinco de Zulema.
Ahí estaba Zulema, sentada en la barra del pub, sola y queriendo distraerse un poco de sus males, tomando un Cosmopolitan; esa combinación de arándanos, cítricos y vodka, pasando por su garganta, no se sentía tan fuerte, como la amargura que siente en su corazón, ella quisiera retroceder el tiempo y que nada de lo que pasó hubiese ocurrido.
- “Jamás me imaginé verte en tan miserable estado, la gran Zulema de la Puente, en pantalón de mezclilla y jersey barato”, dijo Grecia Luján con mirada despectiva.
Ahí estaba la nueva novia de Javier. Grecia había estado detrás de Javier por años, pero él jamás le había hecho caso; hasta ahora.
...Zulema De la Puente...
te felicito
mamita y su abuelo