AMOR Y MAFIA

En el mundo donde ella nació no existía la frase “segundas oportunidades” eso lo tenía claro desde que tuvo uso de conciencia y razón, ella no pidió nacer en ese ambiente, incluso no pidió ser hija de aquella pareja dueña de la mafia y territorios de drogas y prostitución.

Nayla Macnel Colens nació en producto de el amor de jhons Macnel un alfa dominante y Rose Colens una Omega Dominante, creció en ese mundo como la princesa de la casa, nacida en cuchara de plata y dueña desde su nacimiento de aquel legado que su familia ponía sobre ella al ser la primogénita, su madre le consentía todo, su padre la adoraba, pero como en todo mundo lleno de sangre y mafia la envidia, la corrupción, la sangre, y la ambición ganan hasta en el corazón más libre de maldad.

Jhons su padre deseaba el territorio que era de Rushiel Lavisky el famoso padre y dueño de la mafia rusa, un alfa Dominante en extremo, que vivía desde hacía un año en Manhattan, habían llegado hacía muy poco a territorios del norte y se hicieron de un gran imperio en el mundo de las armas y drogas, la organización Lavisky solo tenía un lema “No omegas, no niños, no prostitución” algo que la organización Macnel no compartía, su imperio creció con la cantidad amplia de mercenarios que inundaban las calles de Manhattan, la empresa de valores dónde Rushiel lavaba su dinero como una empresa legal era el punto perfecto para disfrazar el verdadero negocio del alfa, y aunque muchas llamadas anónimas siempre mantuvieron bajo investigación a Rushiel, el jamás piso una cárcel pues las fachadas que armó le servían demasiado bien en el ámbito, jhones amaba a Roce pero siempre deseo que fuese más dedicada a su negocio y no solo que tomara la actitud de la Omega bonita y femenina, era hermosa pero le hacía falta algo, dureza y maldad.

Jhones tenía vigilado a Rushiel hacía tiempo, ese día al mirar a la Omega tras el, bajar con pistola en mano lo supo, el quería a esa mujer en su organización, a la mujer fuerte, bella y cabrona que era Laura, esa Omega fuerte y decidida, jhones comenzó a seguir la trayectoria de Laura y se fascinó cada vez más con ella, la admiración y fascinación se convirtió en la obsesión enfermiza que llevo a jhones a secuestrar al pequeño bebe que Laura cargaba en brazos aquel día, Laura peleó con uñas y dientes pero inútil le fue contra los 10 hombres de los Mcnel, jhones lo sabía, si el tenía al bebé tendría a la Omega y teniendo a ambos, tendría al alfa a su Merced para matarlo sin piedad y así no solo obtendría el territorio, si no tambien a la Omega y al pequeño bebé alfa para su hija Omega.

En realidad el mes que jhones tuvo a Maximiliano Lavisky secuestrado lo trataron como un rey, Rose supo los planes del alfa, o lo que le convenía a el que ella supiera claro está, lo cuido como a un hijo y lo alimento de lo mejor. Maximiliano era solo un bebé, el no sabía de odio ni de mafia, al igual que Nayla con quién convivio ese mes y que llegó a apreciar incluso como hermana, ese día jugaban en el jardín cuando los rezumbidos en el aire sonaron, acompañado a esa explosión en la puerta grande, Rose tomo a los dos niños y corrió a el cuarto de protección que había en esa casa, los puso a salvó y salió a tomar por primera vez un arma para defenderse, miro a Laura bajar del auto en compañía de Rushiel y matar de solo unos tiros a todos los guardias que allí había, tembló, la mano le tembló y no pudo disparar, vio cuando tomaron a su esposo y lo subieron de un solo golpe a la camioneta, se estremecio al tener de frente a la Omega que ya había sido bautizada como “la bala” enfrente de ella, apuntando con su arma a la cabeza, lloro y pidió piedad, ella no sabía de qué trataba todo eso, ella no era mala, su crimen fue tener un alfa ambicioso y obsesivo como pareja, Laura la miro y se acercó a su oído aún con la pistola puesta entre sus ojos.

“¿en dónde está mi hijo?”

Pregunto y Rose le señalo el cuarto, Laura la levantó con fuerza del brazo mientras la arrastraba al cuarto con contraseña dónde los pequeños se encontraban, al entrar la escena de dos pequeños bebés jugando en aquel tapete acolchonado lleno de juguetes, pelotas y algunos andadores con música la dejaron muda, ella e imaginaba que su hijo estaría sufriendo pero muy por lo contrario el estaba bien, limpio, sano, e incluso feliz, al mirar a Rose Máximiliano sonrió y extendió su mano reconociendo a la Omega como una buena persona para el, un pequeñito de solo 1 año, rose lo tomo en brazos y lo entrego a Laura que lo abrazo y beso con furia, miro a la Omega, los ojos llorosos, las manos débiles y temblorosas que se aferraba a su hija y le recordó que no todo en la mafia es maldad y odio, algunos solo son víctimas.

“vete, vete lejos, eres libre”

Le dijo Laura mientras salía por aquella puerta y se llevaba a su hijo con ella, en ese momento Rose tomo a su hija y la fortuna en aquel maletín que su alfa le había dejado para “emergencias” y salió de allí, esa noche Laura Ferel le había dado a ella una segunda oportunidad, se fue voló a Mónaco en Italia, y al llegar pidió refugio con sus socios italianos, la recibió Leandro Dominy papá Omega de “La bala” justo la mujer que le había dado la pauta para huir, esa noche Rose Colens de Mcnel murió junto a su marido y nació Roce Colens “La madre” de la mafia Italiana.

Nayla creció bien hasta los 10 años recibió el mejor trato en los mejores colegios, su madre se volvió una Omega fuerte y decidida, aprendió a manejar las armas y a conocer las mejores y peores drogas, y las mejores tácticas de entrenamiento militar, al cumplir Nayla los 10 años su instrucción en el mundo de la mafia comenzó, se dedicó a aprender el duro entrenamiento que Leandro y Rose le daban, aprendió cada técnica, a manejar cada arma, a reconocer tantas drogas, a conocer cada táctica de defensa, en su mente siempre había una sola cosa, llegar a Manhattan a buscar el legado que su padre le había dejado desde el nacimiento, y poder llevar a su madre al éxito, en su cabeza solo existía una persona a la que tanto ella como su madre y su tío Leandro admiraban, Laura Ferel “la bala” reconocida Omega y madre de la mafia rusa y Americana.

Cuando Nayla cumplió 16 años se sentía completamente lista de regresar a Manhattan, la comunicación que existía con su tío Simón y su madre les alertó del vuelo en el que deberían llegar y en el que el los recibiría, confiada Rose llegó sin guardias y con su hija en su mano, al mirarla Simón puso de inmediato los ojos en la joven de solo 16 años y sin chistar de un tiro en la cabeza mato a Rose frente a Nayla, Nayla dejo salir sus Dominantes feromonas de odio, Simón jadeo y se tiró al piso, Nayla tomo la pistola y apunto a la cabeza hasta que sintió el golpe en la cabeza que la hizo caer al piso, el beta tras ella sonrió mientras el alfa se levantaba entre jadeos y dolor.

“subela al auto, llevenla a la casa grande”

Le dijo al beta y este cargo a la chica, la subió al auto y la llevaron a la que sería su prisión durante 7 años, el lugar donde conoció el odio y el dolor y en dónde supo lo terrible que podía ser la maldita humanidad, esa fue la última vez que Nayla miro la libertad y la luz del sol en los últimos 7 años, hasta ese día el mismo día que el hijo de “la bala”, aquel alfa que de niño estuvo con ella estaba en su cuarto y ella en medio de drogas y el calor del celo provocado tomo posesión del alfa, con dolor, con asco, con odio, quería morir, lo deseaba, quería solo morir en ese instante en que de nuevo su cuerpo no obedecía a su voluntad, pero no podía, no debía ella solo pedía una cosa, la venganza que la mantenía viva, el deseo de vengarse en su corazón, solo eso la hacía seguir adelante entre tanta pudredumbre, hasta ese día que “la bala” entro al rescate de su hijo, y junto con el se la llevó a ella en sus brazos, de nuevo la había rescatado y dado una segunda oportunidad, y no solo eso, en ese mismo cuarto, en esa misma casa lo sintió, el furioso grito de su luna en su cabeza que reclamaba al alfa frente a ella, ese grito que decía.

“es mío”

Para después saberlo, Julián Lavisky hijo de Rushiel, el padre de Maximiliano y hermano de Julián, era nadamenos y nadamás que Su alfa.