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OH ¡MAESTRO! QUIEREME

OH ¡MAESTRO! QUIEREME

Status: En proceso
Genre:Embarazo no planeado / Profesor particular / Traiciones y engaños / Maestro-estudiante / Poli amor / Diferencia de edad
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

Sipnosis

En la cosmopolita ciudad de Busan, tres vidas se entrelazan en un inesperado triángulo de emociones. Joon-Ho, un humilde maestro de matemáticas, lucha por equilibrar su pasión por la enseñanza con las limitaciones de su origen. Durante una conferencia, su vida da un vuelco al conocer a Han Soo-Yeon, una encantadora profesora de arte y dueña de una acogedora biblioteca. La conexión entre ellos es instantánea, aunque sus mundos parecen demasiado lejanos para unirse.

Mientras Joon-Ho intenta conquistar el corazón de Soo-Yeon, no se percata de los sentimientos de Mi-Ra, una de sus estudiantes, hija de una familia adinerada y atrapada en un amor no correspondido por su maestro. Desde hace meses, Mi-Ra guarda en secreto lo que siente, pero la creciente cercanía entre Joon-Ho y Soo-Yeon pone a prueba su paciencia y valentía.

Entre las lecciones de la vida y las barreras que impone la sociedad, "Oh, ¡Maestro! Quiéreme" explora los conflictos del amor prohibido, las

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cambio de planes

El cuarto estaba en completo silencio, salvo por la respiración suave de Mi-Ra. Su cuerpo delgado descansaba sobre las sábanas arrugadas, mientras los rayos de la luna entraban tímidamente por las cortinas. Me senté al borde de la cama, mirándola con una mezcla de emociones que no lograba descifrar. Había un sentimiento extraño de paz en el aire, pero también una tensión latente, como si una bomba estuviera a punto de estallar.

Sabía que Mi-Ra no iba a detenerse después de esta noche. Ella era persistente, implacable incluso. Había cruzado una línea peligrosa, y si algo tenía claro, era que ahora necesitaba asegurarme de que tuviera el control.

"No puedo seguir dejando que ella maneje todo este juego," pienso, mientras me levantaba despacio para no despertarla.

Caminé alrededor de la cama, viendo cómo el camisón de seda que Mi-Ra había llevado al principio de la noche yacía olvidado en el suelo. La luz tenue acentuaba su piel desnuda, y por un momento, sentí un nudo de culpa en el estómago. Pero rápidamente lo reemplacé con determinación.

"Esto es por mí. Si ella quiere jugar sucio, yo puedo jugar más sucio."

Saqué mi teléfono del bolsillo y activé la cámara, asegurándome de apagar el sonido para no delatarme. Me arrodillé al lado de la cama y tomé una primera foto: el rostro sereno de Mi-Ra mientras dormía, su cabello desordenado cayendo sobre la almohada. Luego me levanté, retrocediendo unos pasos, y enfoqué todo su cuerpo. La sábana cubría apenas su cintura, dejando al descubierto el resto de su figura.

Respiré hondo, tratando de calmar la adrenalina que le corría por las venas. Era consciente de lo que estaba haciendo, y sabía que no había vuelta atrás. Tomé varias fotos más desde distintos ángulos, asegurándose de que cada una fuera lo suficientemente comprometedora como para hacerla pensar dos veces antes de intentar algo en mi contra.

Cuando terminé, revisé las fotos en silencio, confirmando que tenía todo lo que necesitaba. Mi pulso seguía acelerado, pero al menos ahora sentía que tenía algo con lo que podía defenderme si Mi-Ra decidía salirse de control.

"Esto no significa que vaya a usarlas," aunque una parte de mí sabía que esa era solo una excusa para calmar mi conciencia.

*Al día Siguiente

El amanecer llegó demasiado rápido para su gusto. Joon-Ho había pasado horas despierto, mirando el techo mientras intentaba procesar lo que había sucedido. Cuando finalmente se levantó, Mi-Ra seguía dormida, su rostro relajado como si no tuviera una sola preocupación en el mundo.

Se vistió en silencio, recogiendo su ropa del suelo y lanzando miradas furtivas hacia la cama, asegurándose de no despertarla. Antes de irse, se acercó una última vez y se inclinó sobre ella.

—Mi-Ra... —susurró, aunque sabía que no podía escucharlo. Suavemente, le apartó un mechón de cabello de la cara y suspiró.

"No sé qué estamos haciendo, pero espero que no me destruya."

Se dirigió al pequeño comedor del hotel y pidió algo para desayunar. Aunque no tenía hambre, sabía que necesitaba algo en el estómago para lidiar con lo que vendría después. Mientras esperaba su comida, revisó las fotos en su teléfono una vez más. Las guardó en una carpeta oculta, bloqueada con contraseña, y luego apagó el dispositivo, como si eso pudiera enterrar la culpa que empezaba a consumirlo.

Cuando regresó a la habitación, Mi-Ra estaba despierta, envuelta en la sábana como si fuera un vestido improvisado. Lo miró con una sonrisa perezosa, pero sus ojos brillaban con algo más profundo, algo que Joon-Ho no quería descifrar.

—¿Ya te vas? —preguntó, con su voz ronca por el sueño.

—Sí. Pero antes quería asegurarme de que estés bien.

Ella lo miró, ladeando la cabeza como si intentara entender por qué sonaba tan diferente. Finalmente, asintió y se levantó para abrazarlo.

—Gracias por quedarte conmigo, Joon. De verdad.

Él le devolvió el abrazo, aunque su mente estaba en otro lugar. Cuando se separaron, acarició su rostro con una suavidad que no sabía que tenía.

— Pasé por una farmacia y te traje la pastilla del día después.

—¿Tienes miedo de que yo salga embarazada?

—Si sales embarazada tan pronto, me voy a enojar contigo. El embarazo es algo complicado y no podremos disfrutar del sexö si estás con una panza, a eso súmale que estaremos como tres meses sin intimidad si das a luz a un bebé.

—De acuerdo, ya entendí.

—Él le pasa la pastilla, y ella la toma sin problemas

—Bien será mejor que me vaya, no es conveniente que nos vean salir juntos. Realmente me encantó estar contigo... el hecho de que eras virgen me encendió bastante, ¿Sabías que eres la primera mujer con la que me acuesto? Tú no eras la única virgen.

—Me emociona saberlo.

—Te veré esta noche, te dejo un mensaje para decirte en qué lugar nos encontramos. Mientras tanto no me escribas y menos en clases, no quiero distracción. Si lo haces te voy a castigar. ¿Entendido?

—Si, entiendo.

Ella pareció querer decir algo más, pero al final solo sonrió y lo dejó ir.

Joon-Ho salió del hotel con pasos lentos, sintiendo que llevaba un peso invisible sobre los hombros. La noche anterior había sido un torbellino, y aunque parte de él intentaba justificarse diciendo que solo estaba intentando controlar la situación, sabía que había cruzado una línea que no debería haber tocado.

Mientras caminaba hacia su auto, Joon-Ho sintió un peso inmenso en su pecho. Había hecho una promesa implícita al quedarse con Mi-Ra, una que no estaba seguro de poder cumplir. Pero sabía que, de alguna manera, necesitaba encontrar la forma de ponerle fin a todo eso. Porque, aunque una parte de él se sentía atraída por ella, también sabía que este juego no terminaría bien para ninguno de los dos.

Subió al auto y encendió el motor, mirando una última vez hacia la ventana de la habitación. Mi-Ra estaba ahí, observándolo desde detrás de las cortinas. Su sonrisa era pequeña, pero cargada de significado. Joon-Ho apartó la mirada y salió del estacionamiento, dejando atrás la noche más confusa de su vida.

Sin embargo, mientras conducía, no podía evitar preguntarse si realmente había cerrado el capítulo...

El aire fresco de la mañana lo ayudó a despejarse un poco mientras llegaba a su destino. Con la mente llena de pensamientos que no lograba organizar. Mi-Ra no era alguien fácil de ignorar, y después de lo ocurrido, estaba seguro de que ella no lo dejaría ir tan fácilmente.

El tráfico era leve, pero a Joon-Ho el trayecto se le hizo eterno. En cada semáforo, revisaba su teléfono, como si esperara que ella ya hubiera enviado otro mensaje o una foto más. Sin embargo, la pantalla seguía vacía. Por alguna razón, eso lo ponía más nervioso.

Cuando finalmente, llegó a la universidad, las clases ya estaban por empezar. Entró al edificio principal intentando pasar desapercibido, pero la sensación de que todo el mundo lo miraba no lo abandonaba. Sus compañeros parecían sumergidos en sus propias conversaciones, pero para Joon-Ho, cada mirada al azar parecía cargada de juicio.

Al llegar al aula, se encontró con Soo-Yeon. Ella estaba sentada en otro escritorio junto al de él, hojeando unas notas con una concentración que, como siempre, lo impresionaba. Cuando levantó la vista y lo vio, le dedicó una sonrisa cálida que le hizo sentir un nudo en el estómago.

—Buenos días, Joon-Ho —dijo con dulzura.

—Buenos días, Soo-Yeon —respondió él, intentando sonar casual. ¿Qué haces aquí?

— ¡Sorpresa! Pedí que me trasladarán a esta universidad.

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Mckasse Escritora
jejejje viene lio
Yandisita Perea Maturana
para terminarla de amolar más la profesorosa en la Uní pobre maestro longaniza Mi-Ra lo va a colgar de las bolas.
Mckasse Escritora
jajaja por estar gustandole el dinero tremendo lio
Yandislena Perea Maturana
pobre maestro girafales lo que te falta por sufrir Mi-Ra te va a volver loco
Mckasse Escritora: nadie lo manda a tenerle amor al dinero la necesidad tiene cara de duende
total 1 replies
Yandislena Perea Maturana
este profesorucho de cuarta que piensa hacer con Mi-RA si ya le propuso noviazgo a la profesorosa.
Mckasse Escritora: jejeje
total 1 replies
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