En un mundo donde las tradiciones patriarcales dictan el poder, Arya Eryndor, la hija menor de una familia noble, lucha por demostrar que es digna de liderar su clan. Tildada de inútil y subestimada por sus tres hermanos mayores—Aric, Magnus y Kael—, Arya enfrenta conspiraciones internas y externas mientras intenta consolidar su posición como líder legítima.
Su vida da un giro inesperado cuando hereda una vasta fortuna y propiedades tras la muerte de un benefactor secreto, lo que le da los recursos para enfrentarse a sus enemigos y reconstruir la posición de su familia. Sin embargo, la traición dentro de los Eryndor no tarda en surgir, con Aric liderando los esfuerzos para desacreditarla y Magnus y Kael urdiendo planes que pondrán en peligro no solo su reputación, sino también su vida.
En medio de estas tensiones, Arya invita a Darian Arkavian, un enemigo histórico de los Eryndor, a un festival con la esperanza de negociar la paz y desarmar las hostilidades. Pero la llegada de Darian
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El regreso de Sienna
Los días pasaron con una tensa calma en la fortaleza Eryndor. Arya mantenía un control firme sobre las decisiones del consejo, pero el peso de la traición de Magnus y las crecientes amenazas externas comenzaba a desgastarla. Los exploradores que envió al norte aún no habían regresado, y la incertidumbre era un enemigo tan peligroso como cualquier espada.
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Sienna llegó a la fortaleza con un contingente de soldados Vendel, encabezados por Lady Ilena. Los estandartes de ambas casas ondeaban juntos, un símbolo de la alianza que Arya tanto necesitaba. En el salón principal, Sienna se acercó a Arya con una mezcla de orgullo y preocupación.
"La alianza está asegurada," informó Sienna, entregándole un pergamino con la firma de Lord Alaric. "Los Vendel han prometido apoyo militar y suministros, pero Ilena tiene una advertencia: Aric podría estar buscando aliados entre las casas menores al este. Si no nos movemos rápido, podríamos enfrentarnos a un frente más amplio."
Arya asintió, estudiando el documento. "Esto nos da una ventaja, pero no podemos subestimarlo. Aric es astuto y está desesperado. Si está movilizando casas menores, debemos actuar antes de que ganen fuerza."
Lady Ilena intervino. "Mis tropas están listas para marchar. Solo necesitamos tus órdenes."
Arya apretó los labios. "Primero, necesito noticias de mis exploradores. No podemos planear una ofensiva sin saber qué está pasando en nuestras propias fronteras. Mientras tanto, debemos fortalecer nuestras defensas y asegurarnos de que Magnus no cause más problemas."
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En un bosque cercano a las fronteras norteñas, los exploradores de Arya yacían tendidos en el suelo, víctimas de una emboscada. De los seis que partieron, solo uno logró sobrevivir, escondiéndose entre los árboles mientras los atacantes saqueaban sus pertenencias.
El joven explorador, llamado Callen, logró escapar bajo la cobertura de la noche. Con heridas graves y apenas fuerzas para caminar, se dirigió de regreso a la fortaleza Eryndor, llevando consigo una advertencia urgente.
Cuando Callen llegó a las puertas de la fortaleza días después, apenas podía mantenerse en pie. Fue llevado inmediatamente ante Arya, quien lo recibió en la sala del consejo.
"Habla, Callen," ordenó Arya, su tono firme pero cargado de preocupación.
"Fuerzas desconocidas nos emboscaron en el bosque," dijo Callen con voz débil. "No eran mercenarios comunes... llevaban armaduras con símbolos que no reconocí. Pero lo peor es que... mencionaron a Magnus. Dijeron que estaban cumpliendo sus órdenes."
La sala estalló en murmullos. Arya levantó una mano, silenciándolos.
"¿Estás seguro de lo que oíste?" preguntó, acercándose al explorador.
Callen asintió. "Lo juro, mi señora. Magnus está detrás de esto."
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En su confinamiento, Magnus había estado moviendo sus piezas con cuidado. A través de espías y aliados secretos, logró contactar con una fuerza mercenaria del norte, prometiéndoles oro y tierras a cambio de desestabilizar las fronteras Eryndor.
En su habitación, Magnus recibió a uno de sus cómplices, un sirviente leal que le trajo noticias del caos que había causado.
"Los exploradores fueron eliminados, mi señor," informó el sirviente. "Pero uno logró escapar. Podría haber llevado información a Arya."
Magnus apretó los dientes, pero rápidamente recuperó la compostura. "No importa. Si sabe algo, será insuficiente para probarlo. Y mientras Arya lidia con las amenazas externas, yo continuaré debilitando su posición desde dentro."
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Esa misma noche, Arya se reunió en privado con Lord Thane. El jefe del consejo estaba cada vez más preocupado por la inestabilidad dentro de la familia, pero su lealtad a Arya permanecía firme.
"Arya, debemos actuar con rapidez," dijo Lord Thane. "Magnus está jugando un juego peligroso, y si no lo detenemos ahora, podría destruir todo lo que has construido."
Arya asintió, su mirada decidida. "No puedo eliminarlo sin pruebas contundentes. El consejo ya desconfía de mí, y cualquier acción precipitada podría jugar en su favor. Pero lo mantendré vigilado de cerca. Si hace un movimiento en falso, estaré lista."
Lord Thane se inclinó hacia ella. "Recuerda, Arya, el poder no siempre se sostiene con fuerza. A veces, la astucia es tu mayor aliada."
Arya sonrió levemente. "Eso lo aprendí de ti, Lord Thane."
