Sacha, buscando una lectura emocionante, se topa con "Emperador, ¿por qué mataste a mi hermano?", una novela BL donde el emperador, obsesionado con Leo, lo mata accidentalmente al proteger a su hermana adoptiva.
Al terminar la novela, Sacha se ve transportada al mundo ficticio, convirtiéndose en la hermana adoptiva de Leo. Ahora, con el conocimiento del futuro, debe proteger a su hermano del emperador, un hombre que, aunque lo amaba, lo mató por un error trágico.
Sacha se enfrenta a un dilema: ¿puede cambiar el destino de Leo sin sacrificar su propia felicidad? ¿O se verá atrapada en un romance peligroso con el emperador, un hombre que, a pesar de su amor, es capaz de cometer actos terribles?
NovelToon tiene autorización de Yulisa Rodriguez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cacería de Sombras
Habían pasado tres meses desde aquel fatídico encuentro en el que el emperador había posado sus manos en el cuello de Sacha. Desde entonces, las cosas parecían haber tomado un rumbo más tranquilo, al menos en la superficie. El emperador, en un gesto inesperado, se había disculpado formalmente por su comportamiento, pero Sacha no era tan ingenua como para creer que sus palabras eran sinceras.
Durante ese tiempo, comenzaron a intercambiar cartas, aunque el contenido de las mismas era tan banal que rayaba en lo absurdo. Preguntas sobre el clima, pequeños comentarios sobre la vida en la corte, nada que realmente profundizara. Pero para Sacha, ese era un buen signo. Si lograba mantener al emperador distraído con trivialidades, tal vez podría evitar que su obsesión por Leo se desarrollara como en la novela original.
Sin embargo, lo que Sacha no notaba era cómo, sin querer, había cambiado el curso de la historia. El emperador, que inicialmente había mostrado interés en Leo, ahora parecía más intrigado por ella. Pero Sacha estaba convencida de que eso era imposible.
"Esto es una novela BL," pensaba para sí misma. "Los hombres solo se interesan en otros hombres. No hay forma de que el emperador pueda obsesionarse conmigo. Es ridículo."
A pesar de estas afirmaciones, no podía negar que algo la inquietaba. En las cartas, el emperador parecía casi… juguetón. Y aunque sus palabras eran corteses, había algo en el tono subyacente que la hacía sentir como si fuera parte de un juego del que no conocía las reglas.
Una mañana, mientras revisaba los documentos que Leo le había pedido organizar, una carta con el sello imperial llegó a sus manos. La abrió con cuidado y leyó:
"Dama Sacha Lin, me complacería enormemente contar con su presencia en el próximo torneo de caza. Será una oportunidad para que disfrute de la naturaleza y participe en una tradición noble. Confío en que aceptará mi invitación."
Sacha Lin
El simple hecho de recibir una invitación del emperador era suficiente para atraer las miradas de los sirvientes y la curiosidad de su hermano.
—¿Otra carta del emperador? —preguntó Leo con el ceño fruncido.
—Sí, parece que hay un torneo de caza. Me ha invitado —respondió ella, evitando su mirada.
Leo la estudió durante un momento antes de suspirar.
—No me gusta que tengas tanto contacto con él. Sabes que es peligroso, Sacha.
Sacha asintió lentamente, sin responder. La invitación era una oportunidad que no podía dejar pasar, pero también sabía que debía ser cautelosa.
Esa noche, mientras observaba las estrellas desde su ventana, Sacha se permitió un momento de introspección.
Sacha Lin
"Si puedo proteger a Leo del emperador, tal vez esta historia termine diferente. Y si logro salvarlo, ¿podré volver a mi mundo?"
Era una pregunta que la atormentaba. Había leído tantas novelas con protagonistas devotos a una causa que olvidaban su propio destino. Ahora ella entendía esa devoción, ese impulso de proteger a alguien a cualquier precio.
"¿Pero cómo puedo ser tan devota? ¿Qué me asegura que esto funcionará?"
Sacha cerró los ojos, recordando la última escena de la novela original, cuando el emperador confesaba su obsesión por Leo después de haberlo salvado en el ataque del jardín. Ese era el momento clave que debía evitar, pero con cada movimiento que hacía, sentía que estaba jugando a ciegas.
El torneo de caza llegó rápidamente. Sacha, vestida con un elegante pero modesto atuendo, llegó al claro del bosque escoltada por un carruaje imperial. La escena era como algo sacado de un cuento de hadas: caballos majestuosos, nobles en sus mejores galas, y un aire de camaradería que ocultaba las tensiones políticas subyacentes.
El emperador la recibió con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Dama Lin, me alegra que haya aceptado mi invitación —dijo, tomando su mano para ayudarla a bajar del carruaje.
—Es un honor para mí, Su Majestad —respondió ella, inclinando ligeramente la cabeza.
Mientras caminaban hacia el centro del campamento, el emperador mantuvo su atención fija en ella.
—¿Ha montado a caballo alguna vez?
Sacha negó con la cabeza, sintiendo cómo las miradas de otros nobles se clavaban en ellos.
—En ese caso, permítame ayudarla. —El emperador la guió hacia un imponente caballo negro.
Cuando Sacha vaciló, él sonrió, montando primero y extendiendo una mano hacia ella.
—No tenga miedo, Dama Lin. No permitiré que nada le ocurra.
Aunque cada fibra de su ser le decía que debía rechazar la oferta, Sacha sabía que no podía permitirse insultar al emperador frente a tantos testigos. Tomó su mano, y en un instante, se encontró sentada frente a él, sintiendo su aliento cálido en la nuca.
Emperador y Sacha Lin
—Curioso —murmuró él mientras tomaba las riendas—. Hace tres meses apenas me miraba, y ahora estamos aquí, compartiendo un caballo.
Sacha no respondió, enfocándose en no perder el equilibrio.
El emperador guió al caballo hacia un claro más apartado, donde el bosque se cerraba alrededor de ellos.
—Dama Lin, ¿sabe qué me intriga más que la cacería?
Ella negó con la cabeza, sintiendo cómo su corazón comenzaba a acelerarse.
—Las personas. Sus secretos, sus decisiones. Son como un juego complicado, ¿no le parece?
Sacha tragó saliva, sin saber cómo interpretar sus palabras.
—¿Por qué me dice eso, Su Majestad?
El emperador se inclinó un poco, sus labios cerca de su oído.
—Porque creo que usted y su hermano esconden algo. Pero no se preocupe, no estoy aquí para descubrirlo. Estoy aquí para divertirme. Y tal vez, para averiguar qué tan interesantes pueden ser los Lin.
El ambiente parecía congelarse por un instante. Sacha, aún con una sonrisa forzada, no podía evitar sentir que, aunque había desviado su atención de Leo, había caído en una red aún más peligrosa.
"No puede ser… No puede obsesionarse conmigo. Esto no estaba en la novela," pensó, intentando reprimir el escalofrío que recorría su espalda.
Pero en lo más profundo de su ser, sabía que algo había cambiado. Y que esta historia ya no seguiría las reglas del libro que había leído.