Santiago Santoro, es un empresario muy exitoso que le huye al amor y no desea por nada del mundo formar una familia, por tal motivo se comprometió con Diana Lois, una mujer fría, calculadora y ambiciosa al igual que él. Sin embargo, su abuela Giovanna no está dispuesta a ver como su nieto se arruina la vida a lado de una mujer frívola, y le exige que cambie de opinión o de lo contrario perderá toda su fortuna. Santiago con miedo a perderlo todo, decide alquilar un vientre y tener el hijo que tanto desea su abuela, sin arruinar la hermosa figura de su novia. Pero de repente su vida cambia por completo, cuando debe dirigirse a un hospital a buscar a su verdadera hija, una hermosa niña prematura, de ojos claros que necesita con urgencia un tratamiento médico para salvar su vida.
Sin embargo, Karen Jones ¿Será capaz de abandonar a su hija realmente ? o ¿Hará todo lo posible por estar a su lado?
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Capítulo N°13
Paola regresó al hospital junto con todas las pertenencias de la joven, el sobre y los trescientos dólares manchados de sangre que se encontraban en su uniforme de moza.
⎯ Hola Karen, volví y veo que la ropa que te dejé te queda perfecta.⎯ le dice al ver que se encontraba vestida con un pantalón de jean y una camisa roja.
⎯Si, muchas gracias.⎯ se pone de pie y camina con dificultad para alcanzar su mochila.⎯ Necesito mis zapatos.
⎯ Espera, quédate ahí, yo lo busco.⎯ Paola apoya la mochila sobre la cama y comienza a revisar las cosa hasta que le entrega el calzado.⎯ Ten.
Karen se sienta con dificultad y procede a ponerse sus zapatos, pero le cuesta atarse los cordones; entonces Paola se arrodilla y la ayuda.
⎯ ¡Listo!
⎯ Gracias.
⎯ No hay de que.⎯ la mujer se incorpora y le sonríe entonces busca en su bolso el sobre y los trescientos dólares.⎯ Mi niña, Pietro te envía este dinero y aquí está tu dinero pero creo que no servirán de mucho.⎯ se los entrega y Karen recibe los billetes ensangrentados y sonríe.
⎯Te equivocas esto me servirá de mucho, será el recuerdo de que debo dejar de ser ingenua y confiar en las personas equivocadas.⎯ entonces toma el sobre y al ver su contenido le dice.⎯ Yo no puedo aceptar esta cantidad, es demasiado.
⎯ Te aseguro que esto no es nada para nosotros.
⎯ Gracia Paola, esto me servirá para pagar la cuenta del hospital.
⎯Tranquila, eso también corre por nuestra cuenta y ya la deuda está saldada.
Karen la observa, Paola es una mujer muy bella, cariñosa y desde que la conoció ella en todo momento se mostró muy maternal, algo que le parece extraño porque ni su propia madre era tan dulce, con trabajo se puso de pie y la abrazó con todas sus fuerzas.
Luego de una conmovedora despedida, Paola se retira de la habitación, con la esperanza de volver a encontrarse con esa niña algún día.
Eran las cinco de la tarde, cuando una enfermera le informó a Karen que ya tenía el alta médica y debía retirarse de la habitación. Ella se coloca la mochila en un solo hombro y camina persiguiendo a la mujer hasta la salida.
Al llegar a la entrada principal mira para todos lados; entonces se desespera al ver que no conoce la zona y que no tiene ni idea de donde se encuentra. Sin un rumbo fijo y sin saber a dónde ir, cruza la calle hasta una pequeña plaza y se sienta en una banco a contemplar los autos que avanzan en doble sentido. De repente un auto pequeño de color rojo se detiene frente a ella y de la ventanilla aparece el rostro de Eve.
⎯ ¡Mujer, por fin te encuentro!⎯ suspira y acomoda su cabello.⎯ No sabes el susto que me llevé al ver que ya no estabas en el cuarto.
⎯ ¿Me estabas buscando?
⎯ Te dije que te vería después de mi turno.
⎯ Pensé que solo eras amable.⎯ confiesa con pena.
⎯ Claro, que soy amable, pero también te voy a ayudar.⎯ sacude su mano.⎯ Ahora sube antes que me hagan una multa por estar mal estacionada.
Karen toma su mochila y camina con lentitud hacia el vehículo. Al abrir la puerta ve como Eve está sacando varias cosas del asiento y las tira sin cuidado hacia atrás entre ellas un mono de peluche y un sombrero de vaquero.
⎯ Perdón, mi sobrino cada vez que sale a pasear conmigo me llena el auto de comida, juguetes y no he tenido tiempo de limpiarlo.
⎯ No importa.
⎯ Listo, ahora puedes subir.⎯ la mira con una gran sonrisa en sus labios.
Karen se sienta, abrocha su cinturón de seguridad y la mira con curiosidad entonces le pregunta.
⎯ ¿A dónde me llevas?
⎯ Iremos a mi casa, tengo una cama extra y te quedarás con nosotros hasta que te recuperes por completo.⎯ ella presta atención a la conducción y habla sin mirar a la joven que está sentada a su lado.⎯ Una vez que te encuentres bien, serás libre de irte donde quieras.
⎯ Eve…⎯ sus ojos se cristalizan.⎯ Soy una completa extraña, ¿ por qué me ayudas?
⎯ Primero porque me siento responsable, yo pude evitar tu golpiza.⎯ responde con pena.⎯ Vi a Estrella entrar a tu cuarto, pero por quitarme un borracho de encima, no lo hice.⎯ llega al semáforo y la mira.⎯ Perdón.
⎯ No tienes porque disculparte.
Eve reanuda la marcha una vez que el semáforo cambió su luz y continúa hablando.
⎯ Y segundo porque te encontré y ahora me pertenece.⎯ le habla con un tono que asusta a cualquiera y comienza a reír al ver la expresión de susto de Karen.⎯ ¡Es broma!
⎯ No hagas eso, no te conozco y no sé si no eres una psicópata que me lleva a su casa para sacarme los órganos.
Eve detiene el auto frente un garaje al llegar a un barrio de casas bajas entonces le dice
⎯ Bueno, llegamos y para que te quedes más tranquila me presento.⎯ extiende su mano y la mira seriamente.⎯ Soy Eve Costa, tengo 27 años, soy doctora y trabajo en mis tiempos libres en un club. Vivo con mi hermana Carolina de 25 años y mi sobrino Dylan de tres años que es un terremoto. Bueno yo ya me presente, ¿Y tú quién eres? Porque no pienso ingresar a casa con uña asesina serial.⎯ bromea.⎯ Soy responsable de mi familia y debo estar segura de que nos nos vas a matar por la noche mientras estamos durmiendo. Jajaja
Eve.
⎯ Soy Karen Jones, tengo 24 años y estoy desempleada, golpeada y tengo muchas ganas de que seamos amigas.⎯ suelta su mano y la abraza.⎯ Gracias por tu ayuda.
⎯ De nada⎯ se separa y con su gran sonrisa le ordena.⎯ Vamos, entremos que Dylan ya está en la ventana esperando por su regalo.⎯ ella se gira y busca el mono en el asiento trasero.⎯ ¡Aquí está! ¿Crees que le guste?
⎯ Es un mono muy simpático.
⎯ Eso pensé.
Karen baja abrazada de su mochila con el temor de que la hermana de Eve no la reciba, pero grata fue su sorpresa al ingresar y sentir como una morena muy bella la abraza con mucho cariño.
⎯ ¡Bienvenida! Mi hermana ya me explicó tu situación, te quedarás con nosotros hasta que te recuperes y estoy feliz de tener ayuda.
⎯ Gracias.
⎯Mi nombre es Carolina, y este pequeño es mi hijo Dylan.
Carolina
Dylan
⎯ Soy Karen.
⎯ No agradezca, te toca dormir con este demonio.⎯ dice alzando en brazos al pequeño.
⎯ Hola.⎯ saludó con timidez.
⎯ Hola hermoso.⎯ trata de sonreír pero el niño la mira y se abraza del cuello de su madre.
⎯ Mami, me asusta, palece un mouto.
⎯ Solo tuvo un accidente.⎯ explica con paciencia Eve.⎯ Pero una vez que sus moretones se vayan veras que es toda una princesa.
⎯ ¡Entonces que se vaya a su castillo! ⎯ responde.
Las mujeres no pueden evitar reír con la ocurrencia del pequeño y Carolina mira a Karen y le dice.
⎯ Creo que mejor te cedo mi cuarto y yo duermo con mi bebé.
⎯ ¡Sí mami!⎯ grita feliz el niño.⎯ Que el mouto duerma solo.
⎯ ¡Dylan!⎯ gritan las hermanas.
⎯ Creo que este regalo se lo doy al vecino, eres muy atrevido.⎯ Eve le muestra el mono.
⎯ Discúlpate con Karen.⎯ ordena Carolina.
⎯ Lo siento, señora mouto.
⎯Descuida, no pasa nada.
⎯ Perdón.⎯ se disculpa la madre del pequeño.
⎯ Ten.⎯ Eve le da el juguete a su sobrino y este sale a jugar a la sala.
Luego de un divertido y poco común recibimiento Karen se instaló en el cuarto de Carolina y se durmió placenteramente por el resto del día.