Álvaro, creyente en la reencarnación, se encuentra atrapado en el cuerpo de Felipe, un ladrón muerto en un tiroteo. Con una nueva identidad, pero con la misma mente astuta y sedienta de justicia, decide vengarse de Catalina y de su amante. Usando sus habilidades empresariales y su inteligencia, se infiltra en su propia casa, ahora ocupada por otros, y empieza a mover las piezas de un plan de venganza que se va tornando cada vez más complejo.
Entre situaciones cómicas y tensiones dramáticas, la novela explora temas de identidad, amor, traición y justicia, mientras Álvaro navega en un mundo que no le pertenece, pero que está dispuesto a dominar. La lucha interna entre el alma de Álvaro y el cuerpo de Felipe crea un conflicto fascinante, mientras él busca vengarse de aquellos que lo destruyeron.
NovelToon tiene autorización de Carlos Contreras para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La huella de Felipe
La tormenta rugía afuera como si el cielo mismo estuviera desatando una furia contenida durante años. En el interior del pequeño cuarto de huéspedes que ahora llamaba su refugio, Álvaro sintió un escalofrío que no provenía del clima, sino del conflicto interno que amenazaba con consumirlo. Se sentó al borde de la cama, sus manos temblorosas enterradas en su rostro. Desde que había reencarnado en el cuerpo de Felipe, había sentido la sombra persistente de la vida del ladrón, pero nunca con tanta intensidad como ahora.
De repente, una risa baja y burlona resonó en su cabeza, como si proviniera de algún rincón oscuro de su mente.
—¿Crees que puedes simplemente borrar quién soy? —dijo la voz de Felipe, cargada de cinismo—. Este cuerpo es mío. Tú eres el intruso aquí, ¿o ya lo olvidaste?
Álvaro cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear la voz, pero era inútil. Desde su reencarnación, había logrado mantener el control, pero ahora sentía que algo estaba cambiando. Felipe no solo estaba presente, sino que parecía ganar fuerza.
—No tienes derecho a estar aquí —respondió Álvaro, hablando en voz alta a la nada—. Si estoy en este cuerpo, es porque tengo un propósito.
—¿Propósito? —Felipe se rió aún más fuerte—. ¿De verdad crees en eso? Tú querías venganza, no redención. ¿Qué tan diferente eres de mí?
La pregunta golpeó a Álvaro como un puñetazo en el estómago. Había intentado convencerse de que sus acciones eran justas, pero la verdad era más compleja. En el fondo, sabía que había usado los mismos métodos manipuladores que había despreciado en Felipe.
Los Recuerdos de Felipe
Esa noche, mientras Álvaro intentaba dormir, las imágenes comenzaron a inundar su mente. No eran recuerdos suyos, sino fragmentos de la vida de Felipe: una infancia marcada por el abandono, una adolescencia sumida en la violencia y una adultez definida por la desesperación y la supervivencia.
En uno de los recuerdos más vívidos, Felipe, un niño de apenas ocho años, lloraba en un rincón oscuro mientras su madre discutía con un hombre borracho.
—No necesitamos a este mocoso aquí —gritaba el hombre—. ¡Es una carga!
La madre de Felipe no dijo nada. Solo se dio la vuelta y lo dejó allí, con el corazón roto y el miedo grabado en su alma.
Álvaro despertó sobresaltado, con el pecho agitado. Por primera vez, sintió una punzada de compasión hacia el hombre cuyo cuerpo habitaba. Felipe no había elegido esa vida; había sido moldeado por las circunstancias, igual que todos.
—¿Lo ves ahora? —susurró la voz de Felipe—. No soy el monstruo que crees. Soy el reflejo de un mundo que no perdona.
Una Decisión Difícil
Durante los días siguientes, Álvaro comenzó a notar cambios en su comportamiento. Había momentos en los que actuaba impulsivamente, como si fuera Felipe tomando el control. Una vez, al discutir con un proveedor en el mercado, casi lo golpea, algo que nunca habría hecho en su vida pasada.
—No puedes resistirte para siempre —le advirtió Felipe desde lo profundo de su mente—. Este cuerpo me pertenece.
Pero Álvaro no estaba dispuesto a rendirse. Visitó nuevamente al chamán que lo había guiado antes, buscando respuestas desesperadas.
—Tu conflicto es más profundo de lo que pensaba —dijo el chamán, mientras encendía un incienso que llenó el cuarto con un aroma a tierra y maderas secas—. No solo compartes un cuerpo, sino también un alma fragmentada.
—¿Qué significa eso? —preguntó Álvaro, sintiendo una mezcla de miedo y frustración.
—Felipe no es solo un huésped en tu mente. Es parte de ti ahora. Si no encuentras un equilibrio, ambos se destruirán mutuamente.
Álvaro sintió que un peso insoportable caía sobre él. Había pensado que podía simplemente tomar el control y seguir adelante con su plan, pero ahora entendía que el camino era más complicado.
—¿Cómo encuentro ese equilibrio?
El chamán lo miró con una expresión grave.
—Primero, debes aceptar quién fue Felipe y quién eres tú ahora. Solo así podrás decidir el camino a seguir.
El Enfrentamiento Interno
Esa noche, Álvaro se sentó en silencio, meditando sobre las palabras del chamán. Cerró los ojos y, en su mente, se encontró cara a cara con Felipe. Era extraño ver al hombre tal como había sido antes de morir: duro, desafiante, pero con una tristeza oculta en sus ojos.
—No vine aquí para destruirte —dijo Álvaro, tratando de mantener la calma—. Vine para cumplir una misión.
—¿Y qué te hace pensar que tu misión es más importante que mi vida? —respondió Felipe, con los brazos cruzados—. Tú tuviste tu oportunidad. Yo merezco la mía.
—No somos tan diferentes —admitió Álvaro, sorprendiendo incluso a sí mismo con sus palabras—. Ambos hemos cometido errores. Ambos hemos perdido cosas importantes. Pero si seguimos luchando entre nosotros, no lograremos nada.
Felipe lo miró, desconfiado.
—¿Qué propones?
—Que trabajemos juntos. Tú puedes ayudarme a entender este mundo, y yo puedo ayudarte a encontrar un propósito más allá de la violencia.
Por un momento, Felipe pareció considerar la idea.
—Suena bonito, pero ¿cómo sé que no me vas a traicionar?
—Porque necesito tu fuerza tanto como tú necesitas mi inteligencia —respondió Álvaro, con una determinación que no había sentido en mucho tiempo.
Un Nuevo Propósito
La conversación marcó un punto de inflexión. Aunque la lucha interna no desapareció por completo, Álvaro comenzó a aceptar la influencia de Felipe, utilizando su astucia callejera para navegar situaciones difíciles. Al mismo tiempo, Felipe empezó a ver el mundo de manera diferente, aprendiendo a valorar la posibilidad de un cambio.
El camino hacia su venganza, aunque aún presente, empezó a transformarse en algo más complejo. Álvaro se dio cuenta de que no solo quería destruir a quienes lo traicionaron, sino también encontrar una manera de redimirse a sí mismo y, tal vez, incluso a Felipe.
Sin embargo, justo cuando Álvaro pensaba que estaba comenzando a tomar el control de su destino, una carta anónima llegó a la casa donde trabajaba. La nota, escrita con una caligrafía elegante, decía:
"Sé quién eres realmente. Y sé lo que estás planeando."
Álvaro sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La batalla interna ya no era su único problema. Ahora, alguien más conocía su secreto, y las consecuencias de ese descubrimiento podrían cambiarlo todo.
CONTINUARÁ...