Atada Al Irlandes

TESSA.

Llego al aeropuerto casi corriendo, estoy segura de que si no me apuro pierdo el avión. En mi corrida me estampo contra un muro de hombres vestidos de negro como si custodiaran al presidente de la nación, en ese choque caigo de culo al suelo y me quejo por el impacto. Soy ignorada olímpicamente y eso me cabrea a más no poder.

-Me están jodiendo, al menos podrían ayudarme a levantar- les grito.

Sigo siendo ignorada y en un arrebato le tiro con uno de mis zapatos a la seguridad que está más cerca mio, pero este me esquiva y cae de lleno en la cabeza de la persona que está protegiendo.

-¿Qué mierda?- grita el tipo.

Juro que se me cayeron los calzones del dios del olimpo que estoy viendo, alto, sumamente alto casi dos metros, hombros anchos y robusto, rubio con ojos verdes. Cuando me mira siento que me congela, es una mirada penetrante y fría, nunca nadie me intimido como este hombre.

-¿Se puede saber que te pasa?- me dice acercándose a mí con mi zapato en mano y la marca de mi taco en su mejilla.

-Ups creo que debes agradecérselo a tu gente, si fueran más amables no hubiera ocurrido esto- le respondo.

-Explícate- me exige.

-Me chocaron, me tiraron al piso y ni siquiera me ayudaron- miento yo lo choqué sin darme cuenta, pero no lo voy a admitir.

Cuando me quiere decir algo miro el reloj y maldigo, me pongo de pie me quito el otro zapato y salgo corriendo hacia mi puerta de embarque y mientras le grito.

-Demándame si querés, pero te advierto tengo una muy buena abogada- y salgo corriendo y riendo como una loca, ah y descalza.

La gente me mira raro, pero si no subo a ese maldito avión mi mejor amiga va a acabar conmigo cuando nos veamos. Además jamás podría dejarla sola en un día como este, y vamos un poco de diversión después de meses encerrada en la oficina sin algo de entretenimiento me está convirtiendo en un ogro.

En el vuelo decido relajarme y pido una copa de champán, si me mato trabajando al menos debo obtener algún placer y el sexo no es una opción hace tiempo, ya que me la paso en la oficina. Pasa más rápido de lo que esperaba el vuelo y cuando aterrizamos hay una todoterreno esperando por mí con un cartel que dice" dama de honor zorra" y sé que fue la maldita de Beth.

Cuando llego al hotel me voy directamente a la suite que reservamos para las cuatro y solo encuentro a Mery leyendo un libro con su típica ropa de novicia.

-Hola cariño- digo y ella se sobresalta estaba sumamente concentrada.

-Llegaste- grita y corre hacia mí para abrazarme- te extrañé tanto.

-Y yo a vos mi pequeña.

La trato debidoa que es la más pequeña de todas tiene tan solo 25 años y es la hermana del que fue mi mejor amigo y ex, si fue un errormezclarr las cosas, pero lo único bueno que quedo fue la amistad con Mery.

-¿Dónde están las otras?

-Se fueron a la pileta a nadar y tomar sol- me responde.

-¿Y por qué no fuiste con ellas?

-Con este calor y este atuendo no me pareció conveniente.

-Lógico, aunque podrías haberte puesto algo acorde a tus gustos.

-Y que todos me miren mal, paso.

-Bueno que te parece si me ducho y después salimos a comer algo mientras ellas vuelven.

-Claro me encantaría, la verdad no se que hacer en esta ciudad sola, todo grita pecado y un castigo de 100 padres nuestros y 50 aves marías.

Ríe a más no poder por sus dichos y su cara de horror, siempre fue muy creyente y cuando nos dijo que quería tomar los hábitos nos resultó impactante, pero no podemos meternos en su decisión. Aunque hubiera preferido que experimente más de la vida antes de tomar una decisión tan importante.

Me tomo mi tiempo bajo la lluvia de la ducha dejando que el agua caliente relaje mi cuerpo. Fue una mañana movida además de tener que soportar a ese tipo violento que se llama hombre, aunque la satisfacción de verlo derrotado me hace regodearme de satisfacción. Y si tenemos en cuenta del adonis que me cruce en el aeropuerto eso quita todo malhumor que pueda llegar a tener hasta ahora.

Una vez lista bañada y cambiada tomo a Mery de la mano y salimos de la habitación, nos dirijo a la zona de las piletas para buscar a esas otras dos locas, ya que un almuerzo sin ellas no sería divertido. Cuando me ven gritan y corren hacia mí.

-Al fin estas acá zorra- dice Tiffani.

-Oh habla la reina de las zorras- respondo, las cuatro reímos como locas.

-Sí, vamos a comer muero de hambre ¿Nos acompañas?

-Eso no se pregunta sabes que siempre es un sí- dice Beth.

-No se donde se va todo lo que comes- digo riendo.

-En las horas de gimnasio que hago, pero todo sea por un buen plato de comida. ¿A dónde vamos?

-No llegue a tanto, pensé que podrías guiarnos a algún lugar lindo ya que sos asidua a esta ciudad.

-Hecho- me guiña un ojo Beth y salimos del lugar mientras ella y Tiff se ponen sus vestidos.

El almuerzo va genial, reímos como locas y Beth nos cuenta los planes para esta noche.

-Bien chicas hoy reserve un show de stripers exclusivo para nosotras- dice Beth.

-Para ustedes, yo no voy- dice Mery.

-Oh si que vas!- dicen juntas Beth y Tiff.

-Claro que no como pretendes que vaya a ver tipos desnudos, es inmoral- grita Mery.

-Es mi despedida de soltera, ya cedi que fueras con tú hábito a la iglesia como mi dama de honor en lugar de un vestido. Es tu turno de ceder!- dice enojada Beth y sabemos que cuando se enoja no hay mucho por lo que discutir, siempre tiene la última palabra.

-Ok, pero solo un rato y si me siento incomoda me voy-dice en tono de ruego.

-Siii, esa es mi pequeña- grita feliz Beth.

Después de un día de paseos risas y compras volvemos al hotel a bañarnos y prepararnos para ir al bar donde celebraremos la despedida de soltera. Es evidente que todas menos Mery estamos vestidas como unas zorras.

Mery está con su pollera larga gris y su camiseta mangas cortas del mismo tono, cuelga un crucifijo en su cuello y sus típicos lentes de nerd que la hacen adorables. Si tan solo se dejara arreglar seria la mujer mas hermosa de todas con su cabello rubio y sus oijos color miel, es pequeña en todos los sentidos mide 1.50 metros y extremadamente delgada.

Tiff lleva un vestido dorado ajustado al cuerpo,diminuto que resalta sus curvas de modelo, tiene cabellera negra corta que remarca sus facciones y unos ojos azules penetrantes. De su altura no hay que añadir mucho ya que es modelo.

La flamante novia Beth opto por un vestido verde también corto y al cuerpo que hacen juego con sus ojos y además resalta su cabello rojo como el fuego. Es de estatura normal 1.60 metros y delgada.

Por mi parte opté por un vestido negro largo con un tajo en la pierna y la espalda descubierta, tengo el cabello largo negro y ojos cafés típicos de una descendiente de latinos y mi cuerpo tiene las curvas típicas de una latina, pechos grandes, trasero grande y cintura diminuta.

Una vez listas las cuatro nos espera en la entrada una limusina que nos lleva directamente al bar del pecado.