Irina ha amado con locura, hasta el punto de negarse a sí misma en pos de buscar el amor de ese hombre que ni siquiera se preocupa por ella.
Luego de tres largos y dolorosos años decide dar vuelta la página y continuar con su vida sin él. Llegó el momento de dejar de amarlo para amarse a sí misma.
_ Por favor regresa_ le dijo Louis postrado a sus pies.
_¿Te conozco?_ preguntó ella con burla en los ojos para luego continuar su camino ignorando al hombre que seguía postrado en ese lugar.
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Promesa sin cumplir
Irina había decidido ir a comer con Natacha, su mejor amiga y socia. Necesitaba poder contar aquello que había decidido, sabía que su amiga estaría satisfecha con esa decisión ya que era algo que hace tiempo le decía que debía hacer.
Habían decidido juntarse en su restaurante preferido, aquel en el que usualmente compartían sus comidas, ya que era muy acogedor y la gastronomía era del absoluto gusto de ambas.
Cuando Irina llegó al lugar Natacha ya la estaba esperando con una encantadora sonrisa.
Dime que al fin te decidiste a deshacerte de ese infeliz dijo sin saludar siquiera.
Bueno, creo que ya he tenido suficiente de este matrimonio sin amor, así que sí decidí que era hora del divorcio respondió tranquila mientras se sentaba.
El camarero se acercó a ellas para entregar la carta. Al mirarlas se quedó embobado con las dos hermosas señoritas que se encontraban frente a él. Una era rubia de ojos color caramelo, tez blanca como de porcelana. La otra parecía ser todo lo contrario. Una morena, de cabellos negros como la noche y ojos del mismo color. Ambas eran inusualmente bellas y deslumbrantes.
Se...señoritas, aquí les dejo el menú, estaré cerca para recibir su orden dijo tratando de mantener la calma, ya que sentía que su corazón latía apresurado por la imagen celestial que estaba presenciando.
_ Bueno, ahora desembucha, ¿cómo fue que por fin te decidiste?
La verdad es que él solo tiene a Silvie en su corazón, solo ella es la que importa y lo cierto es que sé que jamás podrá amarme. Me he rebajado a mí misma a ocupar el último lugar en su vida, he sido humillada y pisoteada no sólo por él sino por toda la familia y todo para qué, si jamás fue capaz de tan solo mirarme una lágrima rebelde comenzaba a descender por su mejilla, ella intentaba ser fuerte, pero había pasado tantos años anhelando su amor que ahora le era muy difícil poder continuar.
Irina, tranquila, saldremos juntas de esto como lo hacemos desde hace años Natacha acarició la mano de su mejor amiga para darle apoyo y consuelo.
_ Lo sé, lo sé, ya no veré hacia atrás, no pienso seguir siendo quien caliente su cama cuando su amante no está de humor. Ya decidí renunciar y dar un paso al costado.
Esa es mi amiga. Ahora debemos enfocarnos en el trabajo. Tenemos muchos contratos pendientes y es hora de que te encargues de lleno en nuestra compañía. Ya no es una pequeña empresa de sistemas de seguridad, ahora es una multinacional que nos necesita al frente como las dueñas que somos esas palabras sacaron una hermosa sonrisa de Irina. Natacha estaba en lo cierto, lo que había comenzado como un sueño de estudiantes se había transformado con el tiempo en un gigante de proporciones internacionales. Ellas habían permanecido a las sombras por mucho tiempo, pero era hora de salir a la luz.
Irina tenía un alto coeficiente intelectual lo que posibilito que se convirtiera a temprana edad en una ingeniera en sistemas, administradora y contadora. Ella había creado en la universidad un sistema de seguridad y rastreo que le permitió ganar muchísimo dinero y comenzar su propia compañía dedicada a ese rubro con la ayuda de Natacha quién también era ingeniera. Nadie sabe de los logros de estas dos grandes amigas que estudiaron becadas. Fueron los blancos de las burlas y el acoso de todos en la escuela y la universidad, y de a poco se abrieron camino en el mundo.
Ahora llegó el momento de dejar las máscaras de lado y por fin presentarse como las dueñas de aquello que habían creado con esfuerzo y dedicación.
No mires, pero acaba de llegar gente indeseable a comer aquí dijo en voz baja Natacha mientras que su cara se transformaba a una llena de odio.
Irina no necesitaba voltear para darse cuenta de quién era la persona que había entrado. Tampoco quería hacerlo, ya no soportaba esa situación un segundo más.
_ Tranquila, no te preocupes, de aquí vamos al estudio del abogado para comenzar con los preparativos de mi divorcio. No quiero estar muchos días más atada a este hombre despiadado.
Ella no quería ver ni por asomo a su marido, pero el destino es curioso en sus juegos y justo en la mesa de junto fue acomodada la feliz pareja. En cuanto Louis vio a su esposa en ese lugar tranquila comiendo su mirada se ensombreció. Se sintió incómodo ya que él estaba en el lugar con otra mujer, y no era cualquier mujer sino su ex novia, y él era consciente de que el fantasma de Sylvie siempre la había atormentado.
Oh, Louis, Irina está aquí también. Que grata coincidencia, deberíamos de comer todos juntos dijo Sylvie de manera dulce y cálida. Ella se incorporó de inmediato y se acercó a la mesa de las mujeres que ya degustaban de su comida y habían ignorado por completo a la pareja.
Hola Irina, es muy bueno encontrarte aquí, Louis me dijo que este lugar es uno de los mejores, sabes que él siempre me cuida porque mi salud es un tanto delicada mencionó con una sonrisa radiante en los labios, más feliz al notar la incomodidad y el disgusto de la mujer que se encontraba sentada en ese lugar.
Hola Irina, veo que decidiste salir de casa el tono de Louis era algo incierto, las mujeres no alcanzaban a distinguir si estaba molesto, preocupado, desconcertado o qué otra emoción lo estaba afectando. Su cara era un témpano de hielo, la misma que siempre tenía para su esposa, sus ojos fríos y sin emoción. Después de reflexionar un momento Irina comprendió que lo que tenía era molestia de tener que verla en ese lugar, y en este momento el sentimiento era compartido.
Si señor Black, invité a mi amiga a comer ya que ella está siempre sola encerrada en casa. Sé que muchas veces no come nada porque la soledad y la depresión la embargan por completo. Me preocupa mucho su salud dijo con ironía Natacha para devolver el golpe que acababa de recibir Irina.
La cara de Louis se transformó de inmediato. Comprendió el sentido de las palabras de la morena y un gruñido sordo salió de sus labios junto con un indescriptible sentimiento de culpa que lo invadió de repente.
Oh, es una pena que siempre estés sola, quizá deberías de buscar empleo, o estudiar alguna carrera, de esa manera podrías salir más de casa y ocupar tu tiempo en algo una vez más los dardos afilados de Sylvie se dirigieron con fuerza al pecho de su oponente, pero esta vez a Irina eso no le afectó.
Bueno, creo que tu consejo es muy bueno Sylvie, es más es una excelente idea, quizá deberías de ponerlo en práctica tu misma dijo limpiando su boca con la servilleta y levantando la mano para llamar al mozo _ por favor, ¿Nos trae la cuenta? nuestro tranquilo almuerzo se ha terminado arruinando.
Esas palabras afectaron al hombre que aún permanecía impasible parado junto a la mesa ¿Su presencia era molesta para su esposa? ¿Había entendido mal? Si eso debía ser, era imposible ella lo ama y añora el momento de estar juntos.
Irina no te pases, no provoques mi ira, es mejor que dejes esas ideas absurdas de trabajar y vuelvas a casa que es el lugar al que perteneces. Esta noche iré a cenar contigo, espero que prepares una cena deliciosa dijo de forma firme. Sus órdenes siempre eran acatadas por su esposa por lo que no dudó de que esta vez sería de la misma manera.
Tomó el brazo de Sylvie y la encaminó nuevamente a la mesa de junto. Toda esa situación lo había molestado en gran medida y en realidad ya no tenía intenciones de estar en ese lugar.
Sylvie, pide lo que gustes, yo olvidé que tengo asuntos pendientes. Por favor no te saltes tu comida le hablo de manera suave, como siempre hacía aunque su mirada y expresión lo mostraban un poco contrariado mientras tenía la vista fija en la entrada del lugar observando como su esposa salía sin tan siquiera dirigirle una mirada de despedida.
¿Crees que se habrá molestado? Yo...yo lo siento, siempre te estoy perjudicando. Pero descuida le explicaré todo, yo hablaré con ella su actitud lamentable hizo que Louis se sintiera un poco culpable de repente, por lo que se sentó a comer finalmente con ella.
Tranquila, yo lo arreglaré, tú no tienes la culpa de nada, he prometido cuidarte y lo haré. Yo hablaré con Irina la voz de Louis era realmente cálida y dulce en esta oportunidad. Él había hecho una promesa y siempre cumplía con sus promesas. Solo una promesa parecía que nunca iba a ser cumplida por este hombre y es la que le hizo a su esposa en el altar, esa promesa ni siquiera había sido registrada por la memoria del CEO