Atrapada En El Juego Infernal

"Zaria, espera... Hablemos..."

"¿De qué quieres hablar? ¿De cómo te robaste a mi novio? ¿O de cómo te burlabas a mis espaldas?"

La chica de cabellos rojos me estaba ahorcando con su brazo demoníaco color carmesí, esta chica por esa condición era conocida como el demonio carmesí. Ella era mi amiga, o mejor dicho era amiga de la protagonista del juego. Yo intentaba calmarla tratando de explicarle lo que sucedía, pues todo era un malentendido, eso de que yo le había robado el novio.

"Zaria... Me lastimas..." Dije con una voz débil y quebrada.

"........"

Zaria no respondió, en cambio, apretó con más fuerza mi cuello.

"¡Gaaaah!" Sin poder liberarme de su agarre sólo me limité a quejarme y forcejear, sin éxito pues ella era mucho más fuerte.

Hace ya un mes desde que me transmigaron a este infernal juego, y de hecho este es el final malo del juego, mi objetivo era evitar este final y conseguir el final bueno en donde la protagonista sobrevive. Sí, esa protagonista era yo... Bueno, no yo, era Ember Dragonheart y yo vivía como ella en el juego... En estos momentos estaba presenciando los últimos segundos de mi vida, pues si moría en el juego también moriría en la vida real, eso fue lo que me dijo aquella voz misteriosa.

Todo se empezó a oscurecer y mi respiración se estaba deteniendo, fue en ese entonces que me di cuenta de que era mi final... Metí la pata, pensé, o debí tomar mejores decisiones. No... La culpa era de ese maldito mujeriego Christian Laski si no fuera por él...

En fin... Cualquiera que fuera el caso ya de nada valía lamentarse, pues todo estaba por acabar en unos instantes...

Antes de continuar, sin embargo, mejor retrocedamos un mes antes de acabar atrapada en este juego, para saber cómo terminé en esta situación.

...****************...

Yo, junto a dos chicas, estábamos afuera del aula del salón 9B de la escuela Pureza de María, una escuela católica con torres de aguja como los campanarios, adornado con cruces y ventanas de vidrios satinados con santos reconocidos. Este centro estudiantil privado es muy conocido por sólo ser un colegio para chicas. Este año, sin embargo, la escuela empezó a aceptar a estudiantes masculinos también.

"¡hey, no empujes!"

"Shhh silencio."

La primera que habló fue Mayuri Gabrielle, una chica de baja estatura de cabellos dorados amarrados en dos moños a los lados, también conocida como la mascota de la escuela. Eso por ser muy enérgica y porque su corto tamaño recordaba mucho al de un perro chihuahua.

La segunda que habló fue Neizy Roche, una chica de cabellos largos marrones, una estudiante tranquila y responsable, pero por alguna razón ella estaba muy eufórica en este momento.

"Umm, chicas.... ¿qué estamos haciendo aquí?" Pregunté confundida a ambas.

"¡Está mirando hacia aquí! ¡hyaaa!" Ambas gritaron en éxtasis. Sinceramente, siento pena por el futuro de estos dos seres.

Lo que estábamos haciendo, no... Lo que estaban haciendo ellas era observar a uno de los chicos que recién ingresaron a la escuela... Dantés Eduard, un chico apuesto de cabellos negros y ojos igual de oscuros, alto, muy modesto y asertivo, es de familia italiana y es muy culto, él sabe muchas cosas.

"por qué simplemente no van y le hablan"? dije.

"¿Estás loca?" La que me respondió así fue Mayuri.

"Jane, no entiendes nada, ¿verdadd?" siguió Neizy "míralo, esa aura alrededor de él, ese misterio. Hay que ir con calma, si vamos a hablarle el primer día de clases, se perderá toda esa sensación, todo ese encanto"

"........"

No entendiendo su comportamiento, simplemente callé. Al ver a mi alrededor ya no éramos nosotras tres, había más chicas reunidas. Alrededor de 20 chicas más, en las que destacaban Christa Lyoni una chica vanidosa y de familia adinerada y Rozalia Banfild una chica tímida y de poco hablar. Y todas asentían enérgicamente en aprobación con lo dicho por Neizy, y yo las miraba perturbada. Vaya disculpa por no tener los mismos gustos...

Como un trofeo en una vitrina, o como esas figuras de colección que nadie quiere sacar de su empaque, así veían al pobre Dantés.

"¿Misterioso? Pero Dantés no es para nada así, él es un chico muy divertido cuando entra en confianza... Bueno eso creo..." Anuncie.

"Jane, acaso no entiend--" Dijo Mayuri, pero dándose cuenta de algo se detuvo y luego siguió "¿Qué? ¿Dantés? ¿Ese es su nombre? ¿Acaso lo conoces?"

Todas las chicas dejaron de observar a Dantés y cambiaron su mirada muy fija hacia mí, esperando expectantes una respuesta de mi parte. Yo sonreí nerviosa mientras sudaba por la tensión. ¡Rayos, hablé de más! Pensé.

"Sí, somos vecinos y amigos de la infancia"

"¿Queeeeeeee?" Todas gritaron a una voz.

"Por qué no lo dijiste desde un principio? Ahhh la decepción, la traición", expresó la ahora deprimida Mayuri.

"Hey, no sabía que él se iba a transferir a esta escuela!"

"¿Pero no son amigos? ¿Cómo es que no te lo contó?" Esta vez la que preguntó fue Neizi en un tono de curiosidad.

Cierto, conozco a Dantés desde que éramos pequeños, éramos como uña y mugre inseparables, como hermanos siempre estábamos juntos, no importaba la situación, pero algo cambió... Yo cambié, ya no quería estar cerca de él... No porque él hubiera hecho algo malo, por supuesto.

Todo se remonta a un 7 de octubre, recuerdo que ese día estaba oscurecido por nubes negras muy espesas, parecía que iba a caer una tormenta pero no calló una sola gota de agua. Mis padres discutieron terriblemente y como resultado mi papá se fue de casa... Nunca regresó y seguido de eso mi Mamá se divorció de él.

Días después mi madre lloraba amargamente mientras tiraba todo en casa, era una escena muy difícil de ver para mí cuando era pequeña. Mi padre le había sido infiel a mi madre así que era una reacción normal de parte de ella, eso pienso ahora que soy más grande.

"Jane, nunca confíes en un hombre..." me dijo mi madre entre lágrimas "Te utilizarán y una vez satisfechos, te desecharán y buscarán a una más joven que tú".

Esas palabras calaron en lo más hondo de mi corazón. Mi madre lo era todo para mí, era mi modelo a seguir y si ella lo decía tenía que ser verdad o ¿no? Quizá por eso me matriculó en una escuela sólo de chicas, aunque no sé si fue por esa razón.

¿Qué tiene eso que ver con Dantés? Pues fuimos creciendo, él se hacía más masculino y atractivo y yo también iba madurando. Y yo empecé a... Bueno, eso no importa. Simplemente tenía miedo, no quería pasar por lo mismo que mi madre. Pensé, ¿y si él es así también? ¿Se convertirá él en un hombre sin corazón, así como lo es mi padre? Sé que fue injusto lo que hice con él, juzgarlo así sin razón y alejarme así sin más, cuando él no había hecho nada malo, me sentía mal pero simplemente tenía miedo. Estaba muy confundida.

Verlo de nuevo aquí en este colegio fue una sorpresa y me hizo muy feliz encontrarme con él otra vez.

Claro que aún seguíamos siendo vecinos, yo, sin embargo, ideé una estrategia para que nuestros horarios no coincidieran. Me aprendí el horario de Dantes, ¡no pregunten cómo! Ahora que sé que está en esta escuela, quiero evitar toparme con él lo más que pueda, también no quiero lastimarlo  con mis indecisiones y mi indiferencia. estuve pensando en esas cosas cuando escuché una voz.

"¿Sucede algo, Jane? ¿Estás bien?" Mayuri me miraba preocupada, las otras chicas también, me sumergí mucho en mis pensamientos y me había olvidado de la situación en la que estaba.

Sacudí mi cabeza y continúe "de todas formas... pienso que es mejor que le hablen si les interesa..." eso dije mientras di unos pasos para retirarme "bueno me voy al salón"

Inmediatamente, volví para retirarme, y caminé lo más rápido que pude para salir de aquel lugar lo más pronto posible. No sé si es correcto o no lo que hago, pero... Bueno, de hecho ya no sé qué es correcto y qué no, solo quiero hacer lo que me haga sentir más cómoda, es egoísta, quizá, pero es lo que deseo.

¿Jane eres tú? dijo una voz mientras me agarraba por el antebrazo, una voz masculina que hacía tiempo no escuchaba aunque ahora es un poco más madura.

"¡¡..........!!"

Al girar un poco con temor mi cuerpo, vi el rostro de la persona que me retenía; Dantés me miraba, esperando mi reacción.

¡Rayos, qué rápido! ... Dantés estaba en el último puesto del aula de clases junto a la ventana, eso significa que en unos segundos recorrió toda el aula hasta aquí, y sin hacer ruido... ¿No es eso increíble? ¿Cómo llegó tan rápido Dantés? ¿Acaso tiene poderes de teletransportación? ¿Será que escuchó a Mayuri decir mi nombre? tomando en cuenta su tono de voz es lo más probable... Gracias Mayuri...

"¡De verdad eres tú Jane!, ¡cuánto tiempo ha pasado!" Una vez Dantés confirmó que era yo, se dibujó una gran sonrisa en su rostro. Las otras chicas, sin embargo, me daba la impresión de que se estaban comiendo al Dantés con la mirada. ¡Qué sin vergüenzas! ... ¡Y no! ¡No estoy celosa! ... Aunque también noté que otras chicas ponían sus miradas llenas de celos sobre mí.

Enfrente de mí estaba el chico expectante con una amigable sonrisa, el chico que yo estaba tratando de evitar ahora estaba justo enfrente de mí. Bueno, no tengo otra opcion, pensé, tendré que dar la cara.