💖 NOVELA EN EMISIÓN--NOVELA EN EMISIÓN💖
David Montés un hombre que perdió a sus padres en su adolescencia, el junto a sus hermanos lograron salir adelante gracias a una gran mujer que nunca los dejo solos y ahora es su segunda madre.
Los años pasaron y con ellos David Montés se convirtió en Teniente de la fuerza aérea de los EEUU forjando una gran carrera a base de esfuerzo y dedicación, un hombre honesto y transparente, aunque en un principio se vio motivado a unirse a la fuerza aérea por amor, Brittany Williams fue un amor imposible, ella nunca lo aceptó y al contrario cuando podía lo humillaba, hasta que finalmente se rindió, Pero su amor por los aviones no.
(Saga de la novela: LOS HIJOS QUE ME DIO LA VIDA)
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CAPITULO VEINTIDÓS
Leah Flitz
Alejandra llamo a David al siguiente día de haber hablado con ella, Matilde consiguió un excelente Oncólogo para Tomás y estaba más que listo para empezar con su tratamiento, eso me puso demasiado feliz, el tema laboral ya estaba más que listo, Alejandra se haría cargo de esa parte, así que solo era convencer a Yulia de dejar a ese desgraciado y comenzar una nueva vida junto a su niño y no someterlo a pasar su tratamiento junto a un tipo que no merece ser llamado padre.
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Ya era sábado, salí de mi servicio y fui directo a mi unidad, tenía que preparar mi maleta para el viaje, volví a llamar a Yulia, quería estar segura de que si nos íbamos a ver, ella me confirmó que allá estaría, tomé mis cosas y me fui a casa de David.
Mientras iba de camino me sentí observada, una sensación en la espalda que se volvió incómoda, di pasos más rápido para salir de esa situación, no me sentía en peligro, pero es incómodo sentir que te están vigilando, saque mi celular del bolsillo, cuando iba a marcar el número de David vi que frente a mí venía el Capitán Stuart, entonces aceleré mí paso y me acerque a él.
-Ca.. Capitán, que gusto verlo- fue nerviosa.
- si no notará tu nerviosismo pensaría que me estás coqueteando-- me tomó de los hombros y observo para todos los lados -- ¿pasa algo? ¿Estás bien?-- preguntó.
- ya estoy mejor, gracias -- dije tratando de evitar más preguntas.
- dime qué está pasando -- insistió.
Yo agaché mi cabeza, mire para todos lados y después me dirigí a él -- es que sentí que me estaban siguiendo, fue muy extraño, es solo eso, pudo haber sido imaginación mía-- dije.
- pues no creo que lo hayas imaginado, o quizás yo también estoy viendo cosas donde no las hay, antes de que te acercaras a mí vi a un hombre de contextura gruesa, tuve la sensación de que te estaba viendo fijamente, Pero no te puedo asegurar nada-- me dijo.
- ¿y viste hacia donde se fue?--
- no, justo cuando te acercaste y yo volví a levantar mí mirada no lo vi-- me dijo.
Pasé mis manos por mi cabeza-- tú me puedes acompañar en él camino a casa de David, voy para allá, Pero ya no me siento cómoda caminando sola- le pregunté.
- Está bien, te acompaño, Pero me tienen que invitar a la cena, iba para mi casa a buscar algo de comer, muero de hambre --
- claro que sí, te invito lo que quieras con tal de no irme sola-- le dije y él sonrió.
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Llegamos a la unidad de David, abrí la puerta y él estaba en la sala, él me observo extrañado porque había llegado en compañía del capitán Stuart.
- A mí no me preguntes, ella me ofreció comida a cambio de acompañarla-- dijo Stuart al sentir la mirada que le daba David.
- jajajaja, no hay problema amigo, solo que es extraño para mí verlos llegar juntos, ¿paso algo?-- indagó David.
- fui a mi casa por mi maleta y por ropa para el viaje -- tomé aire y continué -- luego salí hacia acá, pero de camino sentí que me estaban observando, aceleré el paso, pero seguía sintiendo a alguien, en ese momento saque mi celular para llamarte, entonces vi al capitán, venía de frente hacia mí, entonces aproveche para que el me acompañara-- finalice mi relato.
- así es amigo, pero tienen que averiguar ese tema, yo alcance a ver a alguien, era un hombre alto, la verdad no ví su rostro, cuando Leah se me acercó, yo volví a levantar la mirada hacia donde lo había visto y ya no estaba, eso es sospechoso --
- gracias por acompañarla, estuviste en el lugar correcto, por favor ponte cómodo, y dime qué te gustaría cenar -- preguntó David.
- ¡¡uy!! Hoy he estado con un antojo de Sushi-- David lo miró con los ojos entrecerrados -- me lo merezco, fui el ángel guardián de tu futura esposa, agradece que solo estoy pidiendo sushi, por qué también se me antoja un corte de Kobe a la parrilla, con unas papas al horno…-- iba a continuar Pero David lo interrumpió.
- Sushi está bien- dijo y todos nos reímos.
El domicilio llevó 40 minutos después, cenamos juntos en la mesa, luego el Capitán Stuart se fue.
David se acercó a mí y me abrazó por la cintura-- ya no puedes andar sola hasta que sepamos quién te estaba siguiendo -- dijo.
- No te preocupes, yo sé que puedo defenderme, tengo la ventaja de saber que me están siguiendo, así que voy a estar alerta, mejor vamos a terminar de empacar para irnos, son 2 horas aproximadamente hasta Santa Mónica y debemos buscar un hotel -- dije.
- Está bien, Pero vamos a tomar muy en serio está situación -- recalcó.
- claro que sí, te lo prometo -- le respondí él sintió y nos dimos un beso.
Fuimos a su habitación, tenía que ayudarle con su maleta, pero ya estaba casi lista, solo faltaban un par de zapatos y cerrarla.
Cuando estuvo todo listo salimos y guardamos las maletas en el auto, yo me subí en el lado piloto, por su yeso David aún no puede manejar.
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Salimos al rededor de las 7:30 de la noche de la base y llegamos a Santa Mónica a las 10 de la noche, recorrimos las calles hasta encontrar un hotel con habitaciones disponibles, nos registramos y subimos a dejar nuestras pertenencias.
- ¿Estás seguro de que quieres salir a dar un paseo?-- lo vi directo a los ojos esperando su respuesta.
- si, además hay mucha gente, no desaprovechemos está salida -- dijo.
- ok, está bien, entonces espérame me pongo un suéter, está haciendo mucho viento y soy demasiado frío lenta--
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Caminamos por algunos senderos cerca a la playa, finalmente terminamos sentados sobre la arena mirando el ocaso, las aguas se veían terroríficamente tranquila, siempre le he tenido respeto, y verlo en tanta calma me asusta.
Estuvimos hasta casi la media noche, solo nos abrazamos y en silencio nos quedamos observando la combinación entre el mar y las estrellas, un espectáculo digno de ver, luego regresamos al hotel, nos dimos una ducha rápida y nos fuimos a la cama, el sueño se apoderó de nosotros, el día siguiente teníamos que estar listos a las 8 de la mañana.
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Amaneció y el sol comenzó a lanzar sus primeros rayos a través de las ventanas, David se levantó y yo lo seguí, nos bañamos y nos cambiamos casi de afán, ya faltaban 15 minutos para las 8, se nos había hecho un poco tarde.
Salimos casi corriendo cuando Yulia llamo a mi celular, dijo que nos esperaría en una cafetería, miramos el mapa y nos quedaba cerca, asi que pudimos llegar a tiempo.
En cuanto entramos pude distinguir a Yulia y a su niño, desde allí pude ver el semblante de Tomás un poco desmejorado, una tristeza se poso en mi pecho, David se dió cuenta y apretó mi mano fuerte, yo lo mire y me sonrió, así que trague el nudo que se había formado en mi garganta y nos acercamos a ellos.