Mildred es una mujer que siempre se ha dedicado a su marido y a sus hijos, dejando su carrera en segundo plano. A cambio, su esposo se quedó con su mejor amiga, lo que le costó su amor y ahora lucha por reiniciar su vida. Ella todavía lo ama y lo que más desea es olvidarlo.
Valentín comenzó desde cero y se convirtió en uno de los mayores empresarios de Nueva York y de los Estados Unidos. Es un hombre frío, calculador y extremadamente sistemático. Le gusta aparecer con mujeres hermosas y jóvenes. Tuvo un romance de un año con una modelo considerada la más bella del país. Tuvieron un par de gemelos, pero antes de que nacieran los niños, ya no estaban juntos. Las mujeres dicen que no tiene corazón, que es frío, sistemático y temido. Sin duda, es una persona muy importante e imponente; se dice que trabaja con la mafia, y algunos incluso especulan que es parte de ella.
La Navidad se acerca y él necesita urgentemente ayuda con su familia; ella, por su parte, necesita dinero y una oportunidad para mudarse de ciudad. Sus destinos se cruzan y, de un lado, hay un corazón roto que quiere olvidar un amor; del otro, un corazón que nunca ha amado ni se ha dejado amar. Dicen que en Navidad suceden milagros, ¿será cierto?
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Capítulo 7
Mildred
Me quedo pensando cómo le voy a decir a Ade, ella va a querer matarme, decirme mil cosas y después como siempre apoyarme.
Necesito ver a la hija de doña Leila para que se quede con Melinda.
Voy yendo y pensando en las cosas que tengo que organizar...
Al llegar a la tienda
Adelaide sonriendo - Hola mi querida, por la sonrisa, ha salido bien.
Mildred - ¡Sí! Pero no te va a gustar mucho...
Adelaide seria – No me digas que fue por la locura de Marie.
Mildred - ¡No!
Adelaide – Bueno, ¡menos mal! O tendría que matarte....
Si no vas a trabajar para Valentin Carters, ya estoy feliz.
Mildred – Pues...
Adelaide - ¡Mille! No me mires con esa cara de póker... ¿entonces qué?
Mildred – Es que sí voy a trabajar para él, pero Marie no tiene nada que ver, ella me lo dijo y me informó.
Adelaide – ¡No me lo creo y no! ¡No vas a trabajar para ese hombre frío! Extremadamente guapo, sin corazón, calculador y detestable.
Mildred riendo - Peor que el estresado sea realmente guapo, ¡pero arrogante y me irrita!
Adelaide – ¿Te ha gustado Mille?
Mildred sonriendo - ¡No! Sabes que me gustaría, pero por desgracia Brian todavía vive en mi corazón, es difícil.
Adelaide abrazándola - Olvida a Brian, no te merece Mille y nunca te mereció.
Mildred – Tengo muchas ganas de olvidarlo, incluso estoy pensando en la posibilidad de venir a vivir aquí, quién sabe....
Adelaide dando saltitos – ¡¡¡Bieeen!!! Haré todo lo posible para que vengas con Linda, pueden quedarse con nosotros un tiempo.
Ahora llama a la empresa de Carters y di que no vas.
Mildred – Sí voy Ade, me va a pagar 28 mil dólares por hacer lo que siempre he hecho gratis, cuando estaba casada con Brian. Recibir las visitas, entretenerlas, ¡comprar los regalos de Navidad que me encantan!
Mantener la casa limpia y ordenada. Y además, sólo voy a ir unos días.
Adelaide – ¡¿¡¿28 mil dólares, Mille?!?
Mildred – Voy a trabajar para el señor sin corazón y estresado.
Adelaide - De acuerdo, en ese caso tendré que apoyarte y ¿cómo puedo ayudarte?
Mildred – ¿Crees que la hija de Leila es de confianza para que se quede con Linda cuando esté trabajando?
Adelaide - ¡Mucho! Es estupenda, está estudiando psicología y como está de vacaciones, seguro que acepta cuidar de la pequeña, además Leo y yo estamos aquí y vamos a ayudar.
Mildred - Entonces hablaré con Leila, voy a ir unas horas al día y necesito empezar a buscar los regalos para la familia del señor Gruñón o Estresado...
Adelaide riendo - Pobre hombre, creo que lo compadezco si te irrita.
Mildred – Me irrita, Ade.
Van a hablar con Leila sobre su hija Ester.
Leila sonriendo - Hablaré con ella a la hora de comer y si esta tarde acepta, la traigo para que habléis.
Ellas – Perfecto Leila, gracias.
Mildred - Ade, ¿qué tal si salimos un rato con Melinda a dar un paseo?
Adelaide – ¡Vamos! Me ha encantado la idea.
En la oficina
Martin – No me puedo creer que haya encontrado una mujer y, entre nosotros, es guapa, hermano.
Ruy – El sin corazón se ha dado cuenta y me ha encantado cómo ha negociado con él.
Héctor riendo - Ni me lo recuerdes, cuando te dijo que aceptaría los 20 mil dólares, deberías haber visto tu cara, hermano.
Martin - Es verdad, no me reí porque no podía.
Ruy – ¡Por no hablar de que ni siquiera se fijó en el guaperas como todas!
Héctor – Bien recordado, ni siquiera preguntó por ti como todas y, hermano, la tal Mildred está muy buena.
Valentin – ¿No tenéis nada mejor que hacer?
Los tres riendo - ¡No! Molestarte es la mejor parte del trabajo.
Valentin – Idos a la mierda.
Mildred
Hemos ido de paseo y está todo decorado para Navidad, ¡todo mágico y precioso!
Hemos acabado almorzando en un restaurante muy chulo que hay en el barrio de Ade, muy sencillo, pero la comida muy rica y limpia. ¡Dios mío, hasta parezco el insoportable de Valentin Limpio! Y ni siquiera he convivido con él todavía.
Ester ha venido, hemos hablado y me he puesto de acuerdo con ella, una chica muy querida y simpática.
Melinda la ha adorado y viceversa. He decidido hablar con mi hija.
Mildred – Hija, mamá ha encontrado un trabajo y voy a trabajar unos días, y te lo voy contando y explicando.
Melinda sonriendo - Vale mamá, me alegro mucho por ti y me ha gustado Ester.
Mamá, ¿puedes comprarme esa Barbie que quiero?
Mildred riendo - ¡Lista, te la compro! Pero tienes que portarte bien.
Melinda – Prometo que voy a ser muy buena.
Mildred - Te quiero mucho, hija mía.
Melinda - Te quiero mamá, ¡eres la mejor del mundo!
En cuanto termino de hablar con ella, suena mi teléfono. Es Brian.
Mildred – Hola, Brian.
Brian – Hola Mille, ¿cómo estáis?
Mildred – Bien, ¿y tú?
Brian – Bien, ¿y tú estás bien de verdad?
Mildred – Estoy bien, te paso con Melinda.
Mildred
Brian siempre llama a Melinda, aunque quiera o no se ha distanciado un poco de ella.
Siento que a veces se disgusta.
Hablan un rato y...
Melinda – Papá quiere hablar contigo, mamá.
Mildred – Habla, Brian.
Brian – Voy a enviar el regalo de Linda a casa de tu hermana.
Mildred - Vale.
Brian – ¿Linda me ha dicho que ha encontrado trabajo? ¿Quieres hablar de ello?
Mildred - Sí, lo he encontrado y voy a la librería con Linda.
Brian – Vale, mucha suerte entonces.
Mildred - Gracias.
Mildred
A veces siento que lo hace a propósito, acabo pensando en voz alta y Ade escucha.
Adelaide – ¿Eso qué?
Mildred – Tratarme bien, parecer que se preocupa por mí.
Adelaide - No me cabe duda de que lo hace a propósito.
Mildred - ¿Será?
Adelaide – Hermana mía, espera a que encuentres a alguien y luego me lo cuentas.