Shopia estudiante de enfermería es engañada por su gran amor, sin querer conoce a un familiar de su ex, con quien conocerá la otra cara del amor.
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Rencor
En la entrada de la construcción en obra, donde supervisaba el trabajo Ezequiel, Diana lo esperaba, las noticias de mi matrimonio y mi embarazo habían llegado a sus oídos, una felicidad rondaba por todo su sistema, con una gran sonrisa veía como él se acercaba, él sintió algo de incomodidad al verla ahí.
—Hola Ezequiel— ella saludó cuando él estaba en frente de ella.
—¡Diana!.. ¿ Qué haces aquí?— preguntó.
— Estaba cerca y pase a saludarte, quería hacerte una invitación.
—Diana, no me lo tomes mal, pero lo mejor será que tomemos distancia. Siempre te vi como amiga, no puedo verte con los mismos ojos después de lo que has hecho, tu chantaje terminó la relación que tenía con Shopia, pero eso no significa que yo pueda tener algo contigo.
La sonrisa de Diana se convirtió en ira y rencor, sentía que sus sentimientos estaban siendo pisoteados, estaba reprimiendo muchas cosas en ese momento. Desató una lluvia de emociones negativas, no encontraba paz en su interior solo autodestruirse.
—¿Por qué no puedes ver todo lo que siento por vos?, sabes que te amo, solo te tapas los ojos para no ver con claridad — levantó la voz con ira.
—Diana, tienes que entender que mis sentimientos no son mutuos, el mundo está repleto de hombres, uno te está esperando en alguna esquina, pierdes energía en alguien que aún lleva heridas porque perdió a la mujer que amaba.
— Yo puedo ayudarte a cerrar esas heridas si lo permites...
—Las cosas no son así, yo por mi cuenta tengo que seguir, no quiero jugar con tus sentimientos, el amor llegara a tu puerta, pero debes buscarlo en alguien más, yo no soy esa persona.
—Estás diciendo un montón de estupideces, pero pronto sabrás de mi, tu rechazó acabará con la vida de tu familia.
—Una vez más estás intentando chantajearme, ¿verdad?, tu mente débil acabará con tu corazón.
—Tú que sabes de mi corazón, no sabes nada.
Diana se fue dolida, muchas ideas negativas colapsaban en su cabeza, tomó las fotos que tenía del padre de Ezequiel y se las mando a la madre de él.
La señora Rivero salía de la estética cuando recibió las fotos de su marido con su amante, le dio un ataque, 20 años de matrimonio era la burla ante los ojos de los demás. No pudo dar un paso adelante, sentía que el aire le faltaba, se desmayó cayendo al vacío, su chófer enseguida corrió a su auxilio, llamó a Ezequiel para decirle que su mamá se desmayó y que la llevaba al hospital.
No había pasado más de quince minutos que entro a su trabajo y ya tenía que volver a salir, su mente enseguida volvió unos minutos atrás, recordó la ira de Diana, era evidente que ella había hecho algo.
Llamó a su padre para decirle que su mamá iba camino al hospital, el señor muy angustiado dejó su trabajo y se dirigió hacia haya.
Diana había logrado alterar los sentimientos y emociones de la familia de Ezequiel.
Después de hablar con Derek me sentía algo relajada, salí a la calle por un momento para tomar un poco de aire, cuando de pronto veo que la madre de Ezequiel entra en una camilla con oxígeno, y al momento veo que Ezequiel entra tras ella, voy tras de ellos.
El rostro de Ezequiel radiaba nostalgia, amaba mucho a su madre, desde que el se enteró del cáncer de su madre, la cuidaba y siempre la acompañaba en sus dolencias, fui testigo de esas noches desoladas y de todas las caídas que había tenido la señora y Ezequiel siempre estaba a su lado.
Encontré a Ezequiel en el pasillo del piso tercero donde atendían a su madre. Se tocaba la cabeza y caminaba de un lugar a otro, muchos malos pensamientos atormentaban su cabeza y su corazón.
—¿Qué pasó?— le pregunté cuando aborde su atención.
Él no me contesto nada, simplemente se echó a mis brazos y empezó a llorar como un niño. Entendía su dolor, sabía que tenía miedo, muchas veces ya se había sentido así.
—Shopia, mi mamá se desmayó, tengo miedo que esta vez no abra los ojos— dijo después de un pequeño tiempo.
—Tranquilo Ezequiel, tu mamá es una mujer fuerte, verás que pronto estará dándote órdenes— murmuré para tranquilizarlo.
— Fue mi culpa, si hubiese aceptado salir con Diana, nada de esto hubiese pasado.
—¿Por qué dices eso?
—Antes que mi madre se desmaye estaba con Diana, rechace sus sentimientos y al momento pasó lo de mi mamá, imagino que al final envió las fotos que tenía.
—No sientas culpa por el actuar de esa chica, ella siempre vino sembrando veneno alrededor, y en cualquier momento ella misma caerá en su propio sembradío.
—Si le pasa algo a mi mamá, no sabré que hacer.
—No pienses en eso, sé lo mucho que amas a tu mamá a pesar del mal que le hizo a Derek, pero hay cosas que están fuera de nuestro control y eso lo tienes que entender.
—Mi papá también de cierto modo es culpable, su satisfacción sexual le llevó a buscar consuelo en otras mujeres.
— ¿Sabes quien es esa mujer?
— De la oficina no es, jamás vi el rostro de esa mujer.
—¿Tienes las fotos?
—Diana no me las paso, ¡pero un segundo!, si no me equivoco se parece a aquella mujer que estás entrando a ese consultorio— me señaló con la mano.
Cuando giré para ver quien era, ese rostro se me hizo familiar, no podía ser verdad, esa mujer era Zaíra.
—¿Zaíra?— dije asombrada—¿Estás seguro de que se parece a esa mujer?
—No podría olvidar esa cara, la imagen aún está en mi cabeza como una maldita fotocopia. ¿Conoces a esa mujer?
—Era la amante de Derek, un par de veces nos cruzamos. Quien iba a imaginar que este hospital nos tenía una gran sorprecita.
—Tenemos que estar seguros de lo que estamos diciendo, voy a ir a buscar el celular de mi mamá, si Diana envió las fotos, las debe tener ahí.
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