La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
NovelToon tiene autorización de Vlaucia Campos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 9
Monalisa
Me despierto temprano, muy temprano, en realidad no me he despertado aún, solo mi cuerpo está en automático haciendo las cosas, arreglo la cama, me ducho, me pongo crema hidratante, necesito estar bien perfumada, me visto....
Voy a la cocina, empiezo a preparar el café y ahí sí empiezo a despertar de verdad,
Tina llega y empezamos a conversar y tomamos un desayuno muy animado, claro que Lisa vino a tomar café con nosotras.
Enseguida aparece Martina y me voy, señor, ¿por qué no puedo llegar a la misma hora que el tal Señor Abraham?
Martina ni siquiera sube, solo me llama y bajo.
Martina - ¡¡¡Buenos días!!! Estás muy bien
Monalisa - ¡¡¡Estoy aterrorizada!!!
Martina - tranquila, el señor Abraham es temperamental, pero no da miedo, además son solo veinte días
Monalisa - ¡¡¡no es por el Señor Abraham, es por el ascensor y los 33 pisos!!!!
Martina riendo - solo tú Mona, pareces una niña
Monalisa riendo- y lo soy, una niña de 43 años
Martina - mejor vamos
Monalisa
Vamos charlando y en coche, que si dependiera de ella no sabría volver, entraba en una calle y salía en otra, señor, esta gente no sabe vivir ¿no?
viven corriendo, estoy más mareada que si fuera en metro
Martina - ¡¡¡llegamos!!!
Monalisa - Dios Santo, ¿quiere trabajar en las nubes?
Martina - amiga hay edificios mucho más altos
Monalisa
Es un edificio precioso, ¡enorme! Y todo de cristal, señor qué cosa más extraña, es bonito y da miedo
Martina sonriendo- vamos, vamos
Monalisa iba dando los buenos días a todo el mundo, ella se para en recepción y Martina la jala
Martina - Mona no hace falta que pares ahí, subimos directo
Monalisa - solo iba a presentarme Martina, aunque me han mirado de arriba abajo, ¿habré metido la pata?, mira a ver si me he manchado
Martina se ríe a carcajadas - no te preocupes Mona, cuando entremos en el ascensor te cuento
Entran
Monalisa- puedo verlo todo desde aquí y esto cada vez está más alto, las personas se están convirtiendo en muñecos y cada vez más pequeños, no quiero ver mi muerte, creo que tendré que ir por las escaleras
Martina riendo- es muy seguro Mona y déjame contarte
A las recepcionistas no les vas a gustar ni a ti ni a mí ni a ninguna mujer que trabaje cerca del señor Abraham, están locas por estar con él, ya sabes
Monalisa- no, no lo sé, ¿por qué tienen que ser simpáticas con la gente?
Martina - y lo son, pero con nosotras olvídalo.
No lo van a ser, porque a todas les gustaría estar aquí,
incluso las recepcionistas querían que eligiera a una de ellas para que se quedara en mi lugar y te elegí a ti
Monalisa - entiendo, me odian y tú tienes la culpa
Martina termina de reír - mira esta es nuestra oficina
Monalisa - ¡¡¡uau!!! ¡qué alfombra tan bonita! Me encanta
Martina - espera a ver el despacho del señor Abraham
Monalisa
Me enseña dónde estaría, los cajones estaban todos ordenados, había un pequeño armario y en él algunos archivos
Una lista de nombres y cuáles no debía pasarle al señor Abraham bajo ningún concepto, después entramos en su despacho, ¡¡¡uau uau!!! ¡qué imponente, qué despacho tan chulo!
Llega a emanar poder, ahora entiendo que estoy en un buen lío, debe de ser muy poderoso este hombre.
Me enseña cómo tengo que dejar las cosas de su despacho, echa un poco de ambientador y me dice tantas cosas que creo que he olvidado más de la mitad...
salimos del despacho y entramos en otra puerta, donde haremos el café
Abraham
Me preparo, Cris no iba al colegio, no tenía los materiales, así que aún estaban durmiendo.
Hablo un rato con la señora Ruth y me voy a la empresa,
suelo tomar una taza de café allí y no suelo comer temprano.
Al llegar a la empresa, como de costumbre, saludo levemente a la gente y siento varias miradas sobre mí,
al entrar en mi planta, escucho voces, una de ellas muy alta, que destaca,
Dios mío, espero que estos días sin Martina pasen muy rápido
Entro en mi despacho, sé que Martina me traerá el café enseguida, nunca llega tarde
Martina - ya ha llegado
Monalisa - claro que no, ni un ruido
Martina - no hace ruido y no le gusta el ruido, pero es muy puntual, es hora de su café, no lo olvides Mona, puntualidad con su café o se irrita
Monalisa respira y piensa - seguro que me mata, si ni siquiera me acuerdo de cómo funciona la máquina, imagínate hacer el café....
Martina - vamos, vamos a presentarte a él
Monalisa se arregla - ok, vamos a ver al poderoso jefe
Martina riendo
Llama suavemente a la puerta, le pide que se quede mirando y - con permiso, buenos días señor Abraham
Abraham - buenos días Martina
Mira a Monalisa
parecían el actor y la actriz sacados de internet
Abraham pensando - ¡uau! guapa
Monalisa - Dios mío, tan joven
Martina - Señor Abraham, esta es Monalisa, ella es quien ocupará mi lugar
Monalisa es italiana y los italianos suelen dar dos besos cuando conocen a alguien y
Martina pensando que m*erda me olvidé de avisarle, ya la hemos liado, estaba besando a Abraham que no sabía qué hacer
Monalisa pensando ay, se me olvidó que los americanos son fríos y no les gustan los besos, ¿me acusará de acoso sexual? Mejor me explico ya
Abraham - buenos días, encantado
Monalisa - lo siento, es que soy italiana y me gusta besar a la gente, bueno, no es eso, tenemos la costumbre de besar a la gente, tradición, costumbres....
Abraham pensando que mujer más loca y guapa, que bien huele y me irrita, habla tan alto que no necesita micrófono y además es todo un rollo, Señor, ¿será un castigo?
Abraham - está bien Monalisa, espero que no lo olvide
Monalisa - claro que no Abram
Martina le dice en voz baja es el señor Abraham Mona
Monalisa - pues no, es un chico y creo que más joven que yo y no voy a llamarle señor
Martina tirando de ella - con permiso señor Abraham
Obs. este fue el último, besos en el corazón
no leeré nada más tuyo
es una vergüenza