[Advertencia: ⚠️ Contenido para adultos, contiene violencia y sexo explícito]
Un mundo donde los humanos son la raza más débil y hostigada por las demás... Hasta que el primer dios de su raza aparece llenando los corazones de esperanza.
Uno que no es realmente un Dios, es falso y nadie lo sabe.
¿Podrá nuestro protagonista ayudar a la humanidad? ¿Descubrirán la verdad?
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Capitulo 4
Algunas veces mi cuerno crece al amanecer y debo sacarlo, siempre duele; sin embargo, el dolor es muy inferior a cuando sale de mi frente.
Empiezo a acostumbrarme a esta sensación en mi cuerpo, este calor que los de este mundo llaman energía mágica.
¿Hay razas que pueden verla? ¿Cómo hago para ocultarlo?
Solo puedo esconder mi cuerpo y con mi pelo tapar el lugar donde está la base, nadie notaría que oculto algo.
Siempre intento absorber dentro de mí la energía en mi cuerpo, ya es algo involuntario, algo natural.
Aún tengo mucho que aprender de esto.
Últimamente, este roedor cornudo está apegado a mí, se esconde en los muebles, bajo la cama, bajo mi ropa.
Me hace pensar en las invocaciones o el obtener un "familiar" monstruo.
Un compañero sería bueno.
No veo utilidad a alguien de su tamaño.
Me gusta su cuerno, es precioso...
Maeva y Han salieron juntos, dijeron que tenían cosas que hacer.
Tengo la duda si Han realmente está interesado en mi hermana o si lo que mijo es cierto.
"a mí no me gusta tu hermana"
Tendré tiempo para verlo, tengo otras cosas más importantes.
La puerta de la casa se abre de golpe, y escucho a mi madre gritar junto a la voz de un muchacho.
Salgo corriendo de mi habitación para ver qué sucede.
Es Han, herido y ensangrentado.
— ¿¡Han que te pasó!? ¿¡Dónde está mi hija!?—.
— ¡Se la llevaron, esos elfos de mierda se la llevaron, se llevaron a Maeva!—.
Mi madre cae de rodillas y no dice una palabra.
— Han, cuentame que pasó —.
— Ciel... Perdón, no pude hacer nada—.
— Solo cuéntame, quiero saberlo—.
— Si, merecen saber lo que pasó —.
...
Maeva y Han se encontraban en las tiendas del pueblo, dónde las personas suelen recorrer el lugar.
No solo humanos hay en ese lugar.
Mientras caminaban observando collares, comidas y cosas bonitas aparecieron dos elfos.
— Ellos dijeron que Maeva era linda y la querían para ellos—. Dice Han nervioso.
— Para ellos...—.
¿Es lo que estoy pensando?
¿A los elfos les gustan las mujeres humanas?
Apenas tiene doce años, es demaciado...
Debe ser otra cosa, si, definitivamente debe ser otra cosa.
— Perdón Tae, perdón —.
— No es tu culpa, no hay nada que se pueda hacer—.
Si era tan peligroso ¿Por qué dejaron que se fueran allí?
Mi madre abrasa a Han con lágrimas, ellos parecen sentir impotencia.
Por mi parte, me siento algo nervioso y preocupado.
Me siento mal por su puesto, ya le tomé mucho cariño a mi hermana en este mundo, aún así confío en que no le sucederá nada antes de que actúe.
Esto es malo... Y una oportunidad.
Por fin un evento donde puedo probar mis habilidades nuevas.
No esperaba que fuera tan pronto, mi cuerpo aún es pequeño y no comprendo todo sobre la energía mágica.
Pero cada noche entreno, practico, medito, recuerdo mis tiempo cuando hacía artes marciales, no necesito un arma.
En todo caso.
Mientras me dirijo a mi habitación nuevamente, tomo de mi pantalón un cuerno oscuro carmesí para ver el brillo que refleja la luz al rebotar en él.
Necesito saber dónde está.
¿Cómo hago para saberlo?
Para atraparlos es necesario recabar información...
Ellos golpearon a Han mientras había gente mirando, en los locales, lo que significa que ellos deben de estar cerca del lugar.
Alguien que no teme a ser encontrado no irá muy lejos.
Ellos están ahí, basta con buscar en todo lugar donde estén razas de elfos.
Aprovecharé la confusión, empezaré de inmediato.
Necesito tapar mi identidad, haré crecer mi cuerno nuevamente y necesito...
Cubro toda mi cara excepto mis ojos y cuerno con una bufanda que encontré para el frío.
Mi ropa... Lo resolveré por el camino.
Esto es suficiente.
En mi hombro un cuerno se hace visible y termino por acariciar a la pequeña criatura.
...
Muros de piedra, rejas, es un calabozo en toda regla.
Algunas mujeres y un niño se encuentran desnudos y encadenados en el lugar.
Frente a ellos dos elfos oscuros bien vestidos riendo a carcajadas.
— Está temporada tenemos buenas mujeres—.
— La nueva tiene buenos pechos ¿Cuál es tu nombre?—.
Ante el silencio de la mujer enfrente uno de ellos decide golpear su cara con una patada que la deja en el suelo.
— La falta de respeto a mi señor no será perdonada simple humana, ahora eres nuestra mercancía—. Declara luego.
— ¿Por qué me pasa esto?—.
Mientras las demás miran el niño golpea a uno de los elfos, mordiendo y rasguñando.
— ¿¡Cómo te soltaste hijo de puta!?—. Grita mientras golpea su cuerpo intentando proteger a su señor.
Aquel niño vuela por los aires hasta chocar contra los barrotes.
— ¡Estoy arto de este hijo de puta! ¡No lo quiero encadenado, quiero que le rompas piernas y brazos para que no se mueva!—. Reclama.
Aquel elfo oscuro en un arrebato de ira ataca al niño por orden de su superior pero Maeva se interpone entre ellos.
— ¡No lo toques!—.
— ¡No te metas!—.
Maeva vuela hasta la pared chocando contra ella.
— No te metas en lo que no te importa humana—.
— Así que así se ve la magia, bonita—.
—¿Quién—
— Un gusto, soy...
No tengo idea que nombre puedo usar.
No había pensado en eso.
Uno de ellos intenta golpearme con aquella magia sin éxito.
— Agradezco que me mostraran algo nuevo, acabo de aprenderlo—. Declaro mientras muevo mi mano hacia uno de ellos.
Imitando como se mueve su magia, lo hice a la primera, ahora sé cómo usarla correctamente.
— ¿Qué eres? ¿Por qué estás aquí? ¿Qué es esa cosa?—.
— Curioso, creí que por mi tamaño sería menospreciado—.
— ¿Un monstruo? ¿Un humano?—.
— Entiendo tu confusión, soy una raza nueva en este mundo, una raza superior a la tuya—.
— ¿Una raza nueva dices?... En ese caso ¿Por qué no negociamos? Olvidaremos este agravio—
— Alianzas con razas como la suya no serán necesarias, estoy del lado de los humanos—.
Aquel elfo comienza a reír a carcajadas.
— ¿De nuestro lado dice?—. Murmura una mujer desde atrás.
— Hacía tiempo no me reía de esta forma, eres fuerte, te lo reconozco, pero un idiota no me extraña que estés del lado de la raza más asquerosa—.
— No estoy del lado de los elfos, te equivocaste de raza—.
— ¿Intentas fastidiarme?—.
— ¿Funciona?—.
— Te lo diré una vez más, abandona esa idea y ven a nuestro lado—.
Aún quiere negociar.
¿Es más débil que yo o cree que sería un fuerte aliado?
— ¿Qué van a hacer con estas personas?—.
Un niño, dos niñas y una mujer adulta.
Todos desnudos.
— Dinero, los humanos es nuestro negocio—.
— Entiendo, los elfos son despreciables—.
— Es lo natural, el fuerte domina al débil—.
—... Tienes razón—.
— Me alegro de que lo entiendas—
— En este lugar, yo soy quien domina—.
Con esas palabras liberó mi energía mágica hasta hacerla visible, quiero ver de lo que soy capaz.
— Que cantidad de energía para ese cuerpo—.
— ¡Observen mi superioridad, está es la fuerza de esta nueva raza surgida de los humanos!—.
— ¿De los humanos? ¿Eres un humano?—.
— Lo era... Ahora soy ¡El Dios de los humanos! ¡Soy el Dios demonio infernal!—. Mientras muestro de mí la forma más arrogante posible.
Debo mostrarme como un Dios.
1 - Ciel el pequeño
2 - El Dios demonio
Da más interacción y momentos de "que hago ahora?", "me descubrieron?" y así por el estilo.
Simplemente merece 6/5 estrellas