les contaré mi historia y cómo es que aprendí a amarme después de un divorcio.
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la desilusión
Les contaré cómo fue que me encontré con el amor que debí tenerme incluso antes del divorcio.
Hoy es nuestro cuarto aniversario, voy a sorprender a mi esposo, lo voy a invitar a comer, trataré de verme los más guapa posible.
Busco en el clóset y veo un vestido negro muy bonito y elegante, es recto y con un escote corto, me gusta como se me ve, me maquillo muy ligeramente, pues no creo necesitar desmasiado para resaltar mis facciones, me veo al espejo y me gusta el resultado.
Tomo las llaves del auto y me dirijo a la oficina de mi esposo, él es socio de un bufete de abogados muy prestigioso.
Estaciono el auto frente al edificio y espero, ya comienzan a salir sus compañeros, pero él aún no, pasan cerca de diez minutos y nada, decido bajar y buscarlo personalmente en su oficina, al llegar y tratar de abrir la puerta oigo gemidos, me quedo paralizada, no quiero entrar, no quiero comprobar algo que sé me romperá el corazón, me siento en el limbo, no sé que hacer.
Oigo como su secretaria grita su nombre entre jadeos, y él grita el de ella extasiado.
Decido no entrar para qué martirizarme más con escenas que sé no podré borrar, doy media vuelta y me voy, no subo a mi coche sé que no podré manejar, solo camino entro a un restaurante, busco un lugar para sentarme y pido un café, el mesero me ofrece el menú, pero no quiero comer, se me fue el apetito, me pierdo en mis pensamientos.
Estoy llorando cuando recuerdo las palabras de mi padre.
-Hija tú eres una mujer muy fuerte, nunca debes depender de nadie y mucho menos de un hombre. Recuerda hija que cuando pierdes tu dignidad y tu amor propio te perdiste para siempre, nunca le des el poder a nadie de lastimarte. Primero, después y por último ámate a ti misma, porfavor nunca lo olvides.
Porque deje que él fuera primero?, que rabia, que dolor me ha causado.
Perdón papá, te falle, no hice nada de lo que me eseñaste, y termine fallando me a mi misma.
Mi papá murió un año después de que nos casáramos, él siempre respeto a las personas con las que me relacionaba, pero si me decía que tuviera cuidado, que en ocasiones no eran lo que te mostraban.
A Luis lo conocí en la universidad, estudiábamos juntos, a mi me gustó desde el primer día que lo vi, cuando me pidió que fuera su novia no lo podía creer, por supuesto que le dije que si, era muy atento y cariñoso conmigo, no me fue difícil enamorarme perdidamente de él.
Nos casamos después de terminar la licenciatura, yo también soy abogada, ejercí por poco tiempo ya que él quería una esposa de casa, y yo tontamente le obedecí y lo deje todo, incluso subí algunos kilos de más ya que sólo me dedicaba a las labores del hogar y terminaba muy cansada como para ir al gimnasio, aún no tengo hijos, él todavía no quería, decía que hasta después de un tiempo que aún no se sentía listo para una responsabilidad tan grande, y que quería que disfrutaramos de nuestro matrimonio, que por ahora solo fuéramos los dos, y que con el amor nos bastaba.
Hasta hoy me doy cuenta de porque ya no me tocaba, y yo pensando que era porque comprendía que no tenía mucho ánimo después del trabajo del hogar, incluso ya no salíamos, no me invitaba al cine o a cenar, él acudía a los eventos de su trabajo solo, según ya no le extendían la invitación para mí, en ocasiones me llevaba a las recepciones que organizaba su familia, pero terminaba dejándome sola.
Es por ella, por su secretaria, ya los había visto juntos, ace poco más de seis meses, no fue solo casualidad, ya desde entonces eran amantes, que ilusa soy, porque no lo vi?
Ese día quise invitarlo al cine, para ese tiempo era una mujer con peso de más y no tenía mucha ropa sexy, así que siempre usaba ropa holgada que disimulara las imperfecciones de mi cuerpo, no podía usar nada sexy, no me sentía cómoda, cuando llegue al edificio el estaba saliendo con Esmeralda su secretaria; no le dí mucha importancia nunca he sido una mujer celosa, yo confiaba ciegamente en él y en el amor que decía tenerme; imaginé que tenían alguna reunión de trabajo fuera de la oficina, vi como la tomo de la cintura y le abría la puerta del auto para que subiera, por supuesto nunca se percató de mi presencia.
Regresé a casa, triste por no poder compartir tiempo con mi esposo, le hice una cena muy rica, decore la mesa con velas, en fin lo puse todo muy romántico, lo esperé, pero él llegó hasta altas horas de la noche, no vió mi esfuerzo, al otro día recogí todo, no dije nada seguí como siempre hablándole con cariño, las labores de casa, lo que sí modifiqué es que ahora me daría tiempo para mí, empecé a hacer ejercicio para poder recuperar mi figura, el se dará cuenta que también puedo ser sexy, volveré a encender la llama de la pasión en mi matrimonio.