Capítulo 20

Pelear contra una criatura ciega debería ser fácil en teoría. En teoría. Ahora, como dicen por ahí: del dicho al hecho hay un trecho. Confundido por su propio olor, el necrófago difícilmente podía encontrarlos o identificar su aroma. La peste a podredumbre tapaba cualquier cosa que estuviera en el ambiente. Por lo que no dudaba en arremeter con furia hacía cualquier cosa que generará un sonido.

El silencio del lugar era otro problema. Era fácil escucharlos. Thiago tenía un miedo irracional de hacer ruido hasta con su ropa. Aprovechó los movimientos del necrófago para buscar un refugio entre cajas y algunas máquinas de carga.

El lugar era enorme, compuesto por un pasillo principal que conectaba a doce filas de estantes enormes por el medio y la entrada por donde ingresaba camiones. Los espacios entre estantes eran enormes, esperable si pretendían movilizarse con maquinaria de carga. Era difícil no sentirse expuestos.

Demir estaba queriendo arrancarse el cabello. Necesitaba un plan. Sus ojos vagaron hacía Thiago. Este tipo que no tenía idea de nada y apenas era un bebé en pañales, era una carga. Sabía que si llamaban a Ramsés, no aparecería. Esta era su prueba, y difícilmente intervendría.

Contuvo su frustración apretando los dientes.

Thiago se sentía demasiado tenso. Toda su mente estaba en alerta de correr lejos del peligro, pero a la vez tenía que contenerse. No podía simplemente huir aunque quisiera. Un pensamiento oscuro circulaba por su mente.

La mano de Demir lo agarró de la muñeca y escribió: "Matar". Fue rápidamente deducible a qué se refería.

Thiago, repitiendo la misma acción, respondió: "¿Cómo?".

Ese sería otro problema; el cómo. El matar a la criatura podría ser difícil pero su verdadero problema estaba en que no podía dejar a Thiago solo. Sería arriesgado y complicado.

"Invocar" fue lo que escribió Demir. No tenía mucha forma de explicar cómo lo iba a hacer sin que el necrófago los encuentre y comience a atacarlos.

”¿Qué–Necesita?" Escribió separando las palabras.

Demir apretó los labios y escribió: "Tiempo".

Podía hacer un círculo de invocación. Tenía las piezas en su bolsillo para dibujarlo, solo debía tener tiempo para realizarlo.

Thiago vió el rostro concentrado de Demir y giró viendo por encima de la máquina dónde se escondían como la criatura apestosa chillaba y ronroneaba.

Se levantó de pronto y corrió mientras pegaba un silbando. La criatura gritó en respuesta.

— ¡Apúrate! —gritó mientras sentía el horrible olor de la criatura desde atrás.

Sentía la horrible ansiedad como una bola en su estómago y la desesperación como un susurró en su cabeza que aseguraba que le gustaba jugar con la muerte.

Esquivó por instinto un mordisco a su derecha que pudo haberle arrancado un pedazo de su torso, golpeándose contra una viga de metal. Thiago amagó hacia adelante, pero terminó yendo para atrás.

La bestia siguió hacia delante, creyendo poder darle una mordida pero fue engañando, derrapó hasta chocar contra una pared. Se acudió y gruñó por lo bajo, girando hacía Thiago. Estaba furioso, su cara había creado pliegues que no eran naturales y le daban un aire más bestial. Rugió con ira.

— ¡Uff, amigo, te hace falta un poco de enjuague vocal! —alcanzó a exclamar antes de esquivar otra embestida de la criatura —. ¡Bueno también un baño!

Thiago se rió, no había felicidad en su risa solo ansiedad, y corrió hacia una nueva dirección. El horrible chillido de ira lo perseguía desde atrás.

No era consciente en el momento, pero su velocidad y agilidad era mayor de lo normal. A comparación de Mara, nunca fue muy bueno en artes marciales. La había practicado, no a los mismos niveles que su amiga, pero lo suficiente para poder defenderse. Estaba agradeciendo que su madre hubiera considerado anotarlo en las prácticas con Mara.

En un momento, dejó de escuchar a la criatura gruñir a sus espaldas. Miró sobre su hombro y no había nada, desconfiado siguió corriendo por los pasillos hasta llegar a una esquina. Giró, enfrentándose a un tétrico pasillo desolado.

— ¡Ven, bicho asqueroso! —gritó con fuerza, buscó a su alrededor algo para llamar la atención —. ¡Apestosito! ¡Ven, cosita horrible! —canturró.

Un gruñido bajo lo dejó helado. Un ronroneo que Thiago no supo de dónde provenía. El hedor nauseabundo lo envolvía dejando su nariz saturada, poniéndolo más ansioso.

Trató de serenarse e identificar por dónde estaba.

— ¡Sal de ahí, estúpido!

El grito inesperado de Demir lo alertó a tiempo para escapar de las mordidas de la criatura que se había agazapado en lo alto de los estantes. Era ciego pero pronto aprendió cómo usarlo a su favor.

— ¡Ven por mi, pedazo de mierda! —exclamó Demir y empezó a correr siendo seguido por Thiago, haciendo todo el ruido posible.

El haber estado siendo continuamente burlada y molestada causó furia en la criatura, soltó un grito de pura frustración y odio que pondría los pelos de punta. El hambre se mezcló con la irritación y arremetió contra todo aquello que pudiera encontrar.

En un descuido de Demir, el necrófago logró encajar sus dientes en el hombro derecho de Thiago, quién había empujado al chico a un costado. Firmemente agarrado a su carne, lo sacudió de lado a lado. Thiago entró en desesperación cuando terminó con la criatura encima, su cara estaba contra el suelo y una de las patas sobre su espalda.

Vió hacia su hombro y pudo sentir el olor de su propia sangre y el hedor de la criatura entremezclado. Las pupilas brillantes y amarillas parecían mirarlo divertido, como una burla, mientras daba otro mordisco a la carne.

Mientras, Demir había quedado tendido en el suelo. Desesperado, se levantó y giró buscando algo. Entonces corrió hasta el final del pasillo.

Thiago se sacudía, quería liberarse del agarre, pero solo podía sacudirse como un gusano. Otra pata de dedos largos y uñas afiladas se posó sobre su cabeza, apretando con fuerza. Thiago no estaba seguro de si aquello húmedo que recorría su frente era sangre o algún otro líquido viscoso del necrófago.

—Ah… ah… Delicioso —gorgoteo una voz cavernosa. La palabra iba descendiendo en sonido hasta desaparecer en un ronroneo.

El necrófago saboreó los restos de sangre que había en su boca y rostro, su cara se torció en una sonrisa extraña y volvió a hincar sus dientes con fuerza. Thiago estaba ahogado en pánico, la criatura terminará por arrancarle el hombro como siquiera dando esos mordiscos. Se sentía descompuesto, no sabía si por la pérdida de sangre o el olor desagradable de la criatura.

— ¡Suéltame! —gritó mientras intentaba asentar un golpe de forma inútil.

— ¡Maldita porqueria!

Demir tenía una barra de hierro en mano y se lo clavó en el ojo derecho del necrófago. El agudo grito hizo que soltara a su presa y se desplazará hacia atrás, buscando evitar otro ataque, sus patas frontales se sacudían buscando retirar la pieza de su ojo.

Aprovechando el momento de distracción, Demir tomó del brazo sano a Thiago, quien se veía confundido, y dijo: — ¡Tenemos que atraerlo! ¡Vamos!

Lo arrastró hasta donde estaba un círculo de invocación, ubicado en la zona de descargue. Thiago se había aferrado a su brazo lesionado, cualquier movimiento era un tirón insoportable a su hombro.

Demir había dibujado un círculo con tiza blanca, tenía unos tres metros de extensión. Thiago vio formas y figuras extrañas dentro del círculo y un conjunto de palabras que no pudo llegar a leer por lo desesperado de la situación.

Un agudo chillido furioso los puso en alerta.

— ¡Dame tu brazo! —exigió Demir.

— ¿Mi brazo? —perplejo, entendió su brazo sano.

— ¡Ese no!

Demir agarró el brazo herido.

A pesar de ser pequeño y delgado, tuvo la fuerza de someterlo hacia abajo. Empujando a Thiago hacia el centro del círculo, puso una mano sobre la herida y apretó con fuerza.

— ¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! —exigió y forcejeo con el chico.

— ¡Quédate quito! —respondió mientras apretaba con mayor fuerza. Una vez satisfecho, lo soltó y empujó fuera del círculo. Thiago contuvo un grito cuando su espalda chocó contra el costado irregular de una máquina — ¡No hagas ruido!

Thiago iba a responder pero otro grito avisó de la llegada del necrófago. La criatura corría desesperada hacia su dirección. Solo se detuvo cuando llegó al charco de sangre que estaba en el centro del círculo. Entonces, Demir tocó el límite del círculo y una fuerte ráfaga cálida se extendió. Thiago le costó reconocer al principio que había sido una llamarada, la criatura chilló e intentó escapar, pero unas cadenas salieron del exterior del círculo quedando apresando.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play