CURIOSIDAD

Regresé a mi habitación, me di una ducha y luego bajé a la cocina en busca de comida. Maribel permanecía despierta, por lo que decidió prepararme algo.

—Prepara algo también para Malik, él no ha comido.

—El señor salió hace unos minutos.

—¿Cómo que salió? ¿A dónde? Él está herido.

—Lo sé, pero dijo que tenía unas cosas que hacer, señorita.

—Deja que regrese, me va a escuchar.

—Si no es mucho mi atrevimiento, ¿qué fue lo que sucedió? ¿Por qué el señor resultó herido?

—Ni yo misma lo sé. Entramos a un edificio parecido a una barra, aunque era mucho más reservado. Jugamos billar juntos y luego Malik salió al baño. En el pasillo un sujeto me detuvo, preguntó mi nombre e intentó atacarme con un cuchillo. Si no hubiera sido por Malik, no sé qué hubiera sucedido.

—Parece que han ido arreglando sus diferencias. Me alegra mucho.

—Te equivocas. Jamás arreglaré algo con ese tipo.

—Lucía muy agobiada y preocupada buscando el botiquín.

—Pues claro, lo vi sangrando mucho, no era para menos. Además, parece que fue por mi culpa. Por alguna razón, esa persona quería lastimarme a mí. Aunque no entiendo el porqué. No le he hecho nada a nadie y tampoco conocía a ese hombre.

—¿Qué sucedió con el hombre?

—Escapó. Malik no quiso llamar a la policía, pero se supone que hubiéramos hecho algo para que lo encuentren. Ese sujeto está armado y puede hacerle daño a alguien más.

—Por esta misma situación, su mamá y él decidieron contratar a Rodríguez.

—Ahora que mencionas a mi madre. ¿Has notado algo extraño entre esos dos?

—¿Extraño? ¿A qué se refiere, señorita?

—Es que, no sé, siento que mi madre está perdiendo sus mejores años a lado de alguien que no la quiere.

—¿Por qué dice eso?

—Ese hombre no tiene nada atrayente a su persona, fuera de su apariencia. No los veo salir juntos cuando mi madre regresa del trabajo, pese a que están una semana sin verse. No es detallista o amoroso, jamás lo he visto darle algún detalle a mi mamá, agarrar su mano o besarla. Sin contar que ni se tratan con cariño o apodos. ¿Tú crees que ellos están teniendo problemas de pareja o algo así? Yo no quiero que mi mamá sea infeliz y siento que lo está siendo.

—No me atrevería a decir nada sobre eso, señorita.

—Por cierto, ahora que menciono todo eso. El otro día vi salir a una mujer de aquí. ¿Sabes de quién se trata? Ese día estabas aquí, ¿no?

—Sí, lo estaba, pero no sé quién era esa señorita — desvió la mirada y noté sus manos temblorosas. No es normal esa actitud en ella.

—¿Te sucede algo?

—¿Ha hablado con su madre desde que se fue?

—No, no lo he hecho, pero no me cambie el tema. ¿Es acaso una amante de ese hombre? ¿Ese tipo está engañando a mi mamá?

—No sé nada, señorita. No me mezcle en esos temas, por favor.

—¿Dónde estuvieron ese día? ¿Estuvieron en la habitación de mi madre?

—No, estuvieron en el estudio.

—¿Cuánto tiempo?

—No lo sé, tal vez unas tres horas.

—¿Tres horas? ¿Y no los interrumpiste para ver qué hacían? Ese hombre trae a una mujer a esta casa, se encierra por tres horas con ella, mientras mi madre no está y tú qué estabas aquí, ¿no hiciste nada?

—Señorita, el señor Malik es mi jefe y debo seguir sus órdenes. Él me pidió que no los interrumpiera, así que yo no lo hice.

—Ese perro infiel se atrevió a meter a una mujer a la casa de mi madre en su ausencia.

—No puede llegar a ese tipo de conjeturas. El señor recibe visitas algunas veces, pero es de trabajo.

—El trabajo de esa mujer estaba claro. ¿No viste cómo estaba vestida? Es un hijo de puta. Como me entere que le ha sido infiel a mi madre y, encima de eso, en nuestra propia casa, le cortaré los huevos — caminé ligero al estudio, dejando atrás a Maribel.

Ahora que no está, puedo ver qué puede tener oculto en este lugar. Busqué gaveta por gaveta, pero solo había papeles. Su computadora estaba bloqueada y no hubo forma de desbloquearla. Algo importante debe ocultar ahí como para tener contraseña. Rebusqué entre los libros, pero sin querer, tumbé el zafacón pequeño al suelo y pensando que solo eran papeles, devolví casi todo al zafacón con las manos, pero algo extraño colgaba de un papel grueso de servilleta y lo abrí con sumo cuidado sin saber qué era lo que iba a encontrar. Al abrirlo, cayeron varios condones largos y usados al suelo. Me levanté de prisa, alejándome un poco de ellos. Sabía que ese desgraciado estaba ocultando algo. Una presión invadió mi pecho, posiblemente de la misma rabia por su descaro y falta de respeto hacia mi madre y esta casa.

—¡He atrapado infraganti a ese maldito, cerdo e infiel! ¡Voy a matarlo!

MALIK

Esperé pacientemente a que sus ahogados gritos dejaran de escucharse y pudiera oír lo que tenía que decir.

—Espero tomes tu tiempo de pensar en qué dirás y cómo lo harás— presioné su cabeza contra el frío pavimento y la restregué en unas cuantas ocasiones con mi pierna—. Una respuesta negativa o poco convincente, te va a costar otra extremidad, güero.

Mi teléfono sonó con una alerta de que alguien ha intentado más de tres veces acceder a mi computador y me quité los guantes negros para ver de quién se trataba. Pero mira nada más lo que tenemos aquí. Cada día que pasa, esta gatita se vuelve mucho más arisca y curiosa. ¿Qué se supone que haga contigo, gatita traviesa?

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